Richard Read: “El FA es un auto que se está descarrilando, y quien lo maneje no sé adónde va a ir”

EN PANINI’S

Richard Read

Richard Read, exdirigente de la FOEB


“Si yo tengo un auto y tiene una rueda desinflada, repiqueteo en la válvula, no tiene luces, el burro de arranque se me embroma, pero además no tengo asiento y voy apoyado en dos bloques, ¿qué voy a estar perdiendo tiempo discutiendo quién lo maneja?”. Así ejemplificó el sindicalista la situación actual del Frente Amplio (FA), y dijo sentirse dolido con la fuerza política. Se refirió también a la oposición, y explicó por qué cree que es “un avión que no despega”.


 El menú  En la cava de Panini’s, Read eligió como entrada ensalada de salmón, y de segundo plato optó por salmón laqueado, sobre risotto de quinoa y vegetales. Para beber prefirió agua mineral, y más tarde un té verde.


Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-Se retiró de la actividad sindical después de casi 37 años como dirigente de la bebida. ¿A qué se está dedicando ahora?

-El retiro de la dirección de la FOEB es la conclusión de tres años de trabajo que gradualmente fue dejando paso a nuevos compañeros. Yo sigo formando parte del gremio, sigo en Fábricas Nacionales de Cerveza y en la dirección del sindicato de cervecerías, pero seguramente en pocos meses marcaré una distancia y quedarán compañeros que se están formando allí. También estoy al frente de la coordinación de los centros educativos, y voy a presidir un instituto nuevo de capacitación y formación sindical, de la mano del sindicato cervecero.

-Con respecto a los centros educativos de la FOEB, ¿por qué un sindicato tiene que encargarse de encontrar soluciones a problemas de la educación, cuando ya hay organismos del Estado para eso?

-Nosotros identificamos el problema en la niñez y en la ausencia de cobertura para chiquilines en situación de contexto crítico. En su momento planteamos hacer un liceo obrero y nos dieron más palo que en las Llamadas. Después empezamos a ver la posibilidad de hacer un CAIF, un club de niños, pero cada vez que nos asesorábamos, era más caro. Entonces resolvimos armar centros educativos cobijados por la federación, con un perfil de apoyo escolar que no sustituyera la escuela. Hoy tenemos cinco, con una cobertura de 300 chiquilines, donde nos ha ido muy bien. Nos pusieron palos en la rueda con lo del liceo y terminamos haciendo estos centros. En este caso lo que tuvimos fue una indiferencia absoluta, salvo honrosas excepciones como el senador [Marcos] Otheguy o el intendente de Paysandú, Guillermo Caraballo.

-¿Qué hubiera esperado?

-Una adhesión, un apoyo. Este es un sindicato clasista que busca brindarle a la sociedad un apoyo a los niños que están en situación complicada, reconociendo el esfuerzo que hace Primaria por las escuelas de doble turno. Hubiéramos merecido otro trato, inclusive del movimiento sindical. Los compañeros del PIT-CNT no han estado en las inauguraciones. ¿Duele? Sí, pero tenemos diferencias cada vez más profundas con ellos.

-¿Hoy sigue alejado del FA?

-Yo estoy en la misma situación histórica: me siento identificado con el programa, creo que está más vigente que nunca porque sigue habiendo un mundo capitalista donde cada vez las diferencias son más grandes entre el pobre y el rico. Pero no me veo representado con la conducción del FA, con la Mesa Política, y principalmente con el Plenario.

-¿Por qué?

-Los votos unánimes en el Plenario realmente me desorientaron. Me cuesta creer que haya habido unanimidad, tanto en el abroquelamiento detrás del famoso título de [Raúl] Sendic, como en lo que sucedió con respecto a la sanción. Para mí no lo sancionaron por temas éticos, sino por ser piantavotos, es decir, te suspendemos hasta mayo del 2020, después volvé, pero salí ahora que vienen las elecciones y vos nos ahuyentás los votos. Lo que más me asusta es que haya unanimidad. ¿Todos piensan así? Entonces estamos cerca de un partido único. Me siento lejos de esta conducción, como tantos frenteamplistas que estamos muy dolidos con lo que está pasando en el FA.

-¿No lo entusiasman las nuevas figuras?

-Yo conozco a Mario [Bergara], a Daniel [Martínez], a Óscar [Andrade] –no conozco a la señora [Carolina] Cosse-, y con ellos tengo desde el punto de vista personal, gratos recuerdos de militancia, de convivencia, de tolerancia. Ahora, no es un tema de elegir un candidato, porque uno no puede hacer abstracción de todo un contexto. Si yo tengo un auto y tiene una rueda desinflada, repiqueteo en la válvula, no tiene luces, el burro de arranque se me embroma, pero además no tengo asiento y voy apoyado en dos bloques, ¿qué voy a estar perdiendo tiempo discutiendo quién lo maneja? Tengo que arreglarlo porque se está descarrilando, y quien lo maneje no sé adónde va a ir.

-¿El FA se está “descarrilando”, o el país?

-Para mí, el FA. El tema no pasa por el candidato. Si yo supiera que el chofer antes de manejar repara el auto… pero no creo que suceda eso, entonces, ¿qué va a cambiar si sube un chofer u otro, si lo que está mal es la estructura?

-¿Va a votar al FA?

-Hoy yo soy votante frenteamplista. Qué pasará de aquí a noviembre, no lo sé.

-¿Aunque mantenga su postura con Venezuela, que es contraria a la que usted ha expresado?

-Hoy soy votante frenteamplista. Esperemos a ver cómo evoluciona esto, no soy el único que tiene este pensamiento. Hay mucha gente que está en esta misma situación, que tiene dudas. Hay gente que está maravillada y contentísima con este FA, y me parece fantástico. Otros no. Veremos de aquí a noviembre cuáles son las variables. Ojalá haya una revisión de muchas cosas y [el FA] vuelva a entusiasmar.

-¿En qué temas cree que el FA debería hacer una revisión?

-En la política internacional, con los temas de Venezuela, Nicaragua, Brasil, Argentina. Hay compañeros en el FA que ven el período Kirchner como una década ganada; yo tengo una visión distinta, lo veo como una década totalmente perdida. Si miran lo ganado por lo económico, es efímero. Para mí, década ganada es si se generó una sociedad mucho más educada, más integrada, de inclusión, y eso no pasó. A su vez, el FA debería tener una actitud mucho más firme ante actos que riñen con la ética.

-Por otro lado, ¿qué rescata de estos 15 años de gobierno?

-Hubo cosas muy positivas que vinieron para quedarse. Lo primero es que los trabajadores organizados tienen que estar prontos para defender los derechos adquiridos, sea con el gobierno que sea, porque nadie les regala nada. Así haya un cuarto gobierno del FA o uno de la oposición, tenemos que cuidar nuestros derechos. Nadie nos garantiza que no los puedan quitar. La única garantía son los trabajadores organizados.

Vinieron leyes de inclusión que son importantes. Los Consejos de Salarios son de las mejores cosas que vinieron para quedarse; hay que revisarlos y actualizarlos a la realidad de hoy, que es muy distante de aquella en la que se crearon. La ley de la inclusión en la sanidad fue revolucionaria, [aunque] luego la aplicación complicó y hoy la salud está pasando por un problema. También destaco el Sistema de Cuidados.

Por otra parte, yo no voy a hacer énfasis en lo económico porque no comparto con quienes hablan de la década ganada a partir de la economía, porque mucha de esa [mejora en la] economía se dio porque los trabajadores lucharon por el salario. En la bebida nadie nos regaló el salario que tenemos; es más, si fuera por el gobierno del FA, en 2012 y en 2015 hubiéramos tenido una quita de salario. Teníamos el convenio firmado del Consejo de Salarios de la FOEB con las empresas, y el gobierno no lo quería homologar. Tuvimos que ir a un conflicto para poder conquistarlo. Peleamos y ganamos.


Si gana Lacalle Pou, “no voy a compartir que hagamos todo lo posible para que le vaya mal”

-¿Cómo ve a la oposición de cara a la elección que se viene?

-Yo a la oposición la veo como un avión muy pesado, carreteando, pero que no despega. En el Partido Nacional (PN) no pasa una semana que algún dirigente no se mande una macana. O maneja alcoholizado, o tal cosa o tal otra. A la gente no le gustaría ver que la oposición tuviera muchas de las cosas que se le critica al oficialismo, que es el tema del comportamiento, de la ética. Y la dirección política está resolviendo [esos casos] de la misma manera que lo ha hecho el FA, porque las sanciones no aparecen. No puede ser que vale todo, y pasa al tribunal de no sé cuánto y a la comisión de no sé qué, y no pasa nada.

Se destaca lo de [Edgardo] Novick de haber expulsado a [Daniel] Bianchi, que no le quedaba otra, porque además ligó que iba un auto al lado filmándolo. La actitud de Bianchi de continuar con su banca es un golpe muy bajo al sistema político, a la credibilidad de la política. ¿A quién representa? ¿Cuál es su electorado? Podrá juntar a la familia y al club de amigos, y es un senador de la República. ¿No tiene vergüenza? Entonces, esa falta de vergüenza en algunos componentes de la oposición, esa falta de propuesta alternativa que haga posible atraer a la gente, hace que el avión no despegue.

-¿Por qué cree que no despega? Porque hoy el Partido Colorado (PC) está mejor que antes, el PN está más fuerte –según las encuestas-.

-El PC está mejor que antes por el ingreso de una figura emblemática como es Julio María Sanguinetti, que de una caída sin retorno de 8%, 7%, 6%, generó una meseta y un declive favorable. ¿Qué trajo Sanguinetti? Se puede estar de acuerdo o no con su opinión, pero trajo el elemento ideológico-político al debate. Para confrontar con él hay que sentarse y argumentarle, confrontarlo con propuestas y con ideas, porque el tipo te obliga a que vos pienses y discutas. Es la vieja política, que está tan olvidada en estos tiempos.

¿Qué le falta a la oposición? En el PN hay muchos posibles pilotos de este avión, pero son muchos en la cabina, se empujan, se codean, se hacen zancadillas; es un montón de gente que no se pone de acuerdo, entonces vos decís: “si estos no se ponen de acuerdo, mejor que no despeguen, porque si despegan, ¿dónde caemos?”

-¿Cómo ve a Luis Lacalle Pou como la alternativa al FA, considerando que es el opositor favorito en las encuestas?

-Creo que no es el Lacalle Pou del 2014; ha madurado, ha avanzado. Tiene esta situación interna en su partido, que es un problema. La disputa por el poder interno es saludable en cualquier democracia, pero tiene de todo, hasta un Sartori que nadie conoce y que aparece ahora lleno de guita. Creo que tiene hombres alrededor que están trabajando por un “proyecto país”.

-¿Qué relación se imagina que tendría él en caso de ser gobierno, con el PIT-CNT?

-No me atrevería a darte una opinión. Primero porque no estoy en el PIT-CNT. Segundo, algunas definiciones últimas del PIT-CNT realmente me han desconcertado, entonces no sé para dónde agarrarán.

-¿Por ejemplo?

-Con el tema Venezuela principalmente. Además, si uno revisa los Consejos de Salarios, muchísimos terminaron solos, a los meses, firmando por debajo de la inflación. No me atrevo a identificar qué hará el PIT-CNT con un gobierno del PN y con Lacalle a la cabeza, lo que yo no voy a compartir es que hagamos todo lo posible para que le vaya mal por aquello de que cuanto peor, mejor, porque si le va mal al gobierno que asuma, les va a ir mal a los trabajadores.