Morosidad del sector privado bajó a 1,61% en 2024, “situándose prácticamente en un mínimo histórico”

Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) creció un 2,6% interanual en febrero

Al realizar pruebas de estrés bajo un escenario adverso, la solvencia de los bancos no presenta variaciones significativas, mientras que si se somete a un escenario de crisis, se mantiene en promedio en un nivel razonable, según concluye el Reporte del Sistema Financiero correspondiente al 2024. Los depósitos mostraron un crecimiento de 10,8% en términos reales durante el año pasado, mientras que los créditos crecieron 9,6%.  En tanto, el indicador de morosidad registró un descenso respecto al 2023, ubicándose en 1,61% al cierre de 2024, “situándose prácticamente en un mínimo histórico”.

El Reporte del Sistema Financiero, elaborado por el Banco Central (BCU), proporciona una visión integral del sector, analizando información de interés del sistema bancario, de los mercados de valores y seguros, y del sistema previsional.

Respecto a los bancos, se destaca que el patrimonio regulatorio de los bancos excede en 1,92 veces el capital mínimo para cubrir riesgos. Por su parte, la Superintendencia de Servicios Financieros (SSF) exige a los bancos la constitución de dos colchones de capital (por la normativa Basilea), un colchón de conservación y un colchón contracíclico, que se establecen como un porcentaje de los activos ponderados por riesgos de cada banco.

En tal sentido, la situación de solvencia de los bancos no presenta variaciones significativas cuando se realizan pruebas de tensión bajo un escenario adverso, mientras que se mantiene en promedio en un nivel razonable cuando se somete a estrés bajo un escenario de crisis.

En otro orden, el informe detalla que los depósitos del sector no financiero privado mostraron un crecimiento de 10,8% en términos reales respecto a diciembre de 2023, representando un 55,3% del PIB. Esta suba responde a una combinación de tres factores: suba de depósitos en moneda nacional, suba de depósitos en moneda extranjera y suba en la valuación de estos últimos por efecto de tipo de cambio.

Las tasas de interés de depósitos a plazo fijo mostraron un comportamiento dispar entre las diferentes monedas el año pasado. Mientras que en dólares las tasas tuvieron un aumento pronunciado en el primer semestre y una baja de menor magnitud en la segunda, las tasas en pesos registraron una leve disminución a lo largo del año.

En cuanto a los créditos brutos del sector no financiero privado residente se observó un aumento de 9,6% en el monto total, y representaron un 29,8% del PIB. En moneda nacional, los créditos crecieron 4,6%, mientras que en moneda extranjera aumentaron 15,1%.

Del crédito en moneda nacional, el 73,4% es con destino a familias para consumo y vivienda, mientras que el restante es para empresas, siendo los sectores servicios y comercio los que tienen mayor participación. Por su parte, los créditos en moneda extranjera se concentran mayormente en cuatro sectores: agro (33,4%), industria manufacturera (19,8%), comercio (19,1%) y servicios (17,7%).

Por último, el indicador de morosidad registró un descenso respecto al 2023, ubicándose en 1,61% al cierre de 2024, “situándose prácticamente en un mínimo histórico”.

IMAE

En otro orden, el BCU también publicó el dato de febrero del Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE), que mostró un crecimiento interanual de 2,6%, mientras que medido en términos desestacionalizados creció un 0,6% respecto al mes anterior. Por su parte, medido en ciclo tendencia, el indicador se mostró estable respecto al mes pasado.

El IMAE es un indicador sintético que resume la actividad de las distintas ramas de la economía en un determinado mes, y proporciona una medida de la evolución de la actividad económica del país en el corto plazo.