“El 90 % de los productores de fruta redujo las aplicaciones de agroquímicos de modo significativo gracias al programa Manejo Regional de Plagas”, dijo el ministro Enzo Benech. ”Debemos alimentarnos y vender al mundo, y tuvimos el ejemplo de 2012, cuando la exportación de manzana a Brasil se trancó con los camiones en la frontera porque encontraron una larva”, advirtió. “Eso no sucede más gracias a esa herramienta”, agregó en conferencia de prensa.
En la conferencia de prensa realizada en un establecimiento ubicado en camino Los Pirinchos entre Redención y camino Melilla, Benech informó que 410 productores que ocupan un área de 3.700 hectáreas bajaron el uso de agroquímicos debido al programa que llevan a cabo en conjunto con el Ministerio a su cargo, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República.
El programa Manejo Regional de Plagas, implementado por productores de Canelones, Montevideo, San José y Colonia, controla en forma biológica la producción en montes de frutales de hoja caduca, peras, duraznos, manzanas, ciruelas y membrillos.
Según informa el MGAP, hasta ahora, el 95 % de la superficie comercial de frutales está bajo ese programa, enmarcado en la política pública que comenzó en 2012 y que lleva como objetivo reducir el daño de las plagas en las frutas y, al mismo tiempo, disminuir el uso de insecticidas.
“El resultado es muy positivo, pues baja año a año la cantidad de insecticidas que se usa, no hemos tenido más problemas con el gusano de la fruta y aumentamos la productividad coexistiendo la producción con el ambiente”, expresó.
“Debemos alimentarnos y vender al mundo, y tuvimos el ejemplo de 2012, cuando la exportación de manzana a Brasil se trancó con los camiones en la frontera porque encontraron una sola larva de carpocapsa (Cydia pomonella). Eso no sucede más gracias a esta herramienta”, subrayó Benech.
El control de la plaga se basa en la práctica de confusión sexual, que consiste en la colocación de varios dispositivos emisores de feromonas con el fin de confundir a los machos en busca de reducir las posibilidades de reproducción y los niveles de la plaga, acompañado de un monitoreo sistemático de los montes, lo que disminuye el porcentaje de fruta dañada.
A través del Fondo de Fomento de la Granja se cofinancia la adquisición de feromonas y el servicio de monitoreo.