Los aranceles de las tarjetas son un factor determinante en la vida o la muerte de las pequeñas empresas

Columna > Confederación Empresarial del Uruguay

Rogelio Carbo, Presidente de Centro Comercial Industrial y Fomento de Atlántida, fue terminante al señalar a CRÓNICAS que el tema de los aranceles de las tarjetas de crédito es de vida o muerte para el sector empresarial, fundamentalmente para los emprendimientos menores.

Asimismo destacó aspectos que tienen que ver con acciones que se están llevando a cabo en el departamento para tratar de cambiar lo que impone una ley de inclusión financiera que solamente beneficia a las empresas financieras.

Ante la consulta concreta respondió el entrevistado que “el tema de aranceles para nosotros más que importante es la vida o la muerte de muchas micro y pequeñas empresas y esto es lo primero que debe quedar claro”.

Agregó que “no es un tema para nada menor ni que lo estamos planteando pour la galerie, sino que es algo muy relevante en lo que nos va la vida o la muerte, ya que los aranceles que tienen hoy las tarjetas son impagables. Afectan la rentabilidad de la empresa de tal manera que ya en muchas pequeñas empresas está afectando la viabilidad de las mismas”.

PLATAFORMA DE GREMIALES

Respecto a las acciones que se están llevando adelante para intentar revertir la situación, Carbo indicó que “hacemos todo lo que está a nuestro alcance para que esos aranceles bajen”.

Fue cuando indicó que “generamos una plataforma entre todas las gremiales, donde nosotros ponemos lo que consideramos son nuestros reclamos y las propuestas fueron enviadas a todos los legisladores del Parlamento y por supuesto que a todos los Centros Comerciales como forma efectiva de darle difusión”.

Puntualizó que “en segunda instancia estamos apoyando el proyecto de ley presentado por el Senador Leonardo De León en el sentido que nosotros consideramos que en una ley que arbitrariamente reguló y reglamentó absolutamente todo y más, parece inconcebible que justo la parte que nos cobran a nosotros la dejan al libre albedrío”.

“Es algo inentendible –agregó- porque además después nos envolvieron en un papel de regalo nos hicieron una moña y nos entregaron al sistema financiero”.

¿Cuáles son los motivos para que ello ocurra y para que no hayan surgido soluciones del propio gobierno?

“Yo creo que fundamentalmente el motivo principal es la total y absoluta hemiplejia de las personas que están aplicando leyes, decretos y reglamentos sobre otras personas que desarrollan funciones y ellos mismos no tienen la más mínima idea de lo que hacen esas otras personas y cuál es su vida diaria, sus problemas y vicisitudes”.

Entonces subrayó que “lo único que han visto contemplado y legislado es sobre sus propios interesas, ignorando voluntariamente todos los intereses de los demás. Por ello no es difícil pensar que en cualquier situación de la vida, alguien que aplique ese sistema de trabajo, haciendo algo pura y exclusivamente defendiendo sus propios intereses, sea incompatible y perjudique los intereses de las otras personas, a las que condiciona dramáticamente”.

NUESTRA FORTALEZA

“En algún momento se habló de negociación”, continuó expresando Carbo para reflexionar que “negociación es cuando alguien va y habla con otra persona y cada uno tiene algo que la otra desea, pudiéndose negociar”.

¿Esa negociación nunca existió?

“Nosotros nunca negociamos absolutamente nada, porque no se nos preguntó nada y no tenemos el poder económico como tienen de repente las grandes corporaciones para ello. Pero hoy estamos intentando descubrir cuál es nuestra fortaleza”.

En el punto el entrevistado recordó que “CEDU aglutina 8.000 mil empresas, más las que tienen todas las otras asociaciones que se han sumado, pero el tema es que como nosotros estamos dispersos y atomizados, no ha sido muy difícil para estas personas legislar unilateralmente atendiendo únicamente sus intereses y a los del sistema financiero que hoy en día es un socio indisimulado de toda la Ley de Inclusión Financiera y de todo lo que está haciendo el Ministerio de Economía”.

UN COSTO BRUTAL

¿En el caso particular de Atlántida, son muchas las empresas que se ven afectadas por esta realidad?

“Atlántida y todos sus alrededores conforman un lugar netamente político, aunque en estos días se recorren las calles y no anda nadie, porque en temporada se multiplica por 10 ó por 20 la cantidad de habitantes. Y los que no son directamente dependiente del turismo (hoteles restaurantes) lo son independientemente del mismo, incluyendo a quienes les venden servicios”.

“Pero en el tema –agregó- hay que coincidir que en todos repercute esencialmente lo que nos están cobrando. Y aquí hay que señalar también lo que es el costo operativo brutal que tiene el sistema de tarjetas”.

“Increíblemente han creado un problema para cada solución que la tecnología nos ha regalado, cuando en realidad la tecnología nos tendría que haber facilitado la vida. Pero esta gente se ha abocado a complicar todo y es así que el sistema de tarjetas tiene todo un intrincamiento burocrático, de papeleo para poder hacerse del dinero, donde además cada tarjeta cobra y hace sus liquidaciones de la manera que quiere y como le parece. Entonces es el comerciante el que debe tener cintura para ver si determinada tarjeta cierra determinado día, si tiene un estado de cuenta que tiene determinadas características y si otra tarjeta tiene otra forma de liquidar sus cuenta, una paga con cheques, otra deposita a tantos días, otra hace un promedio”.

“Hay una dispersión tal en el sistema que tiene un costo operativo brutal que se suma a los aranceles”, no descartando que en base a todo ello “no debería sorprender si crece el informalismo en el comercio”.