Argentina seguirá limitando la llegada de viajeros para evitar la variante Delta

Buenos Aires, 1 jul (EFE).- La ministra de Salud de Argentina, Carla Vizzotti, defendió este jueves, en declaraciones a Efe, la polémica decisión de acotar la entrada al país a 600 personas por día: «ante el riesgo de introducir la variante Delta, lo que se ha hecho es, con un horizonte muy temporal de dos meses, mientras se escala la vacunación, disminuir el ingreso de personas».

El pasado lunes, en plena segunda ola de la covid-19, Argentina empezó a aplicar -en principio hasta el 9 de julio- este nuevo cupo de ingreso de viajeros, lo que generó malestar en las aerolíneas -que se han visto obligadas a reprogramar vuelos- y entre los argentinos y residentes en el país que están en el exterior y quieren volver.

«Teníamos (permitido el acceso a) 2.000 personas por día, la PCR antes de embarcar, el control en el vuelo, el antígeno al llegar, los positivos hacían un aislamiento en un hotel y los negativos tenían que cumplir aislamiento en su jurisdicción. Cuatro de cada diez no lo han cumplido», lamentó la ministra al referirse a la situación que -ya con muchas restricciones y permitiendo solo el ingreso de nacionales o residentes- regía antes del lunes.

MINIMIZAR RIESGOS

Ante «el riesgo de introducir la variante Delta», continuó Vizzotti, lo que se ha hecho es, «con un horizonte muy temporal de dos meses» y mientras avanza la vacunación, «disminuir más el ingreso de personas», y recalcó que a quienes salieron del país por turismo se les había avisado de la posibilidad de que se tomara esa medida.

Consultada por si la restricción de 600 personas culminará el 9 de julio, cómo se anunció, la ministra consideró que «hay que ir monitoreando cuál es la situación» epidemiológica, y «eso se sabe siempre uno o dos días antes».

«El mensaje más importante es que las personas que lleguen, si se hubieran controlado y hubieran estado en su casa seguramente no hubiera sido necesario (aplicar la medida). El rol del Estado es minimizar los riesgos», recalcó.

RITMO DE VACUNACIÓN

Según datos oficiales, 16.821.968 personas -36,72 % de la población- han recibido en Argentina una dosis de alguna de las vacunas, y 4.085.753 -8,91 %- fueron también inoculadas con la segunda.

Estos datos ubican al país lejos del ritmo de vacunación de otros como Chile y Uruguay: «No son países comparables con Argentina», aseveró Vizzotti a Efe en la sede del Ministerio, en Buenos Aires.

«La cantidad de habitantes y el número de vacunas que necesitan son mucho menores (…) y tampoco son comparables los resultados, porque a pesar de haber vacunado mucho, los casos no han disminuido», señaló.

La titular de Salud señaló que hay países que han alcanzado mayor cobertura de vacunación pero usando vacunas menos eficaces, lo que ha llevado a que tengan aún muchos casos graves.

Vizzotti señaló que en Argentina el 90 % de los mayores de 60 años y más del 70 % de los de 50, así como uno de cada dos mayores de 20 años, han iniciado su esquema de vacunación.

Respecto al déficit de segundas dosis recibidas de la rusa Sputnik-V, que es una de las principales vacunas aplicadas en el país y la única con dos componentes diferentes, la ministra confirmó que, mientras se reciben lotes de Moscú para quienes tienen más urgencia de completar su esquema, se van a realizar estudios para conocer la eficacia de combinar dosis de diferentes vacunas.

Y afirmó que en los próximos días se conocerá si se llega a un acuerdo con la farmacéutica Pfizer, que requería de cambios en la legislación local para poder firmar un contrato de venta de vacunas.

MENOS CONTAGIOS

Según la Universidad Johns Hopkins, Argentina, donde han fallecido 94.304 por el virus, es el octavo país con mayor número de contagiados: 4.470.374 positivos desde marzo de 2020.

Al respecto, Vizzotti destacó la gran extensión territorial y el número de habitantes del país, con grandes aglomerados urbanos donde el virus circula más rápidamente: «Y también hemos tenido en esta segunda ola nuevas variantes con más transmisibilidad».

Además, consideró que una vez que se dispara el número de casos, la posibilidad de disminuirlos, «con una sociedad que también está agotada», disminuye.

«Hemos tenido una fortaleza que todavía no se dimensiona lo suficiente, que es que nuestro sistema de salud ha podido dar respuesta», agregó.

Con todo, la ministra recalcó que hace cuatro semanas vienen disminuyendo los contagios y dos las hospitalizaciones en cuidados intensivos.

Confió así en que con los «muchos ingresos de vacunas» que se esperan para julio se pueda consolidar la mejora, para ya luego del invierno austral poder empezar a ver un «alivio concreto» como el que se ve ahora en el hemisferio norte.