Cepal mejoró previsiones para América Latina, pero advierte por reingreso a senda de bajo crecimiento

El pronóstico de crecimiento para Uruguay en 2021 mejoró de 3,9% a 4,5%

Tras un fuerte rebote de la actividad en 2021, la economía de América Latina y el Caribe registraría una importante desaceleración en 2022, retomando la senda de bajo crecimiento por la que venía transitando previo la pandemia de covid-19, según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Se advierte por un escenario “complejo” para la región, este año y los siguientes, debido al bajo crecimiento global, la aceleración de la inflación, la reducción del comercio, la apreciación del dólar y el endurecimiento de las condiciones financieras.

La Cepal difundió su última actualización de proyecciones económicas en el marco de la presentación de su informe anual “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2022: dinámica y desafíos de la inversión para impulsar una recuperación sostenible e inclusiva”. Allí, prevé que la economía crezca un 2,7% este año en promedio, lo que implica una corrección al alza respecto a su última estimaciónde 1,8% realizada en el mes de abril. Pese a la mejora de estimación, el organismo advierte que la región estaría retomando la senda de bajo crecimiento que se registraba previo a la pandemia de covid-19.

En especial, se alerta por “un contexto de fuertes restricciones macroeconómicas golpeando a las economías de la región”. Se argumenta que el escenario económico global está caracterizado por bajo crecimiento de la actividad y una aceleración de la inflación, lo que sumado al menor crecimiento del comercio, la apreciación del dólar y al endurecimiento de las condiciones financieras, implicará un golpe negativo para los países de la región.

El secretario ejecutivo interino de Cepal, Mario Cimoli, indicó durante la presentación del informe que ante estas restricciones, se requiere de “una coordinación de políticas macroeconómicas que apoyen la aceleración del crecimiento, la inversión, la reducción de la pobreza y la desigualdad, a la vez que enfrentan la dinámica inflacionaria”.

El panorama económico para los países de la región es “complejo”, tanto este año como los siguientes. A los problemas propios, se suma el escenario bélico internacional por la invasión de Rusia a Ucrania, que ha afectado el crecimiento económico mundial, una menor disponibilidad de alimentos y aumentos en el precio de la energía, que pone presión sobre una inflación que ya se había acelerado por los impactos de la pandemia sobre las cadenas de suministro globales.

Mejores números

La mejora en las perspectivas económicas, respecto a las de abril, se sustentan en un mayor crecimiento esperado para la región de América del Sur, ya que Centroamérica y el Caribe se mantienen prácticamente estables en sus previsiones.

Sudamérica crecería un 2,6% y no un 1,5% como se preveía en abril, mientras que América Central (incluyendo México) lo haría un 2,5% y no un 2,3%, y el Caribe crecería 10,2% y no 10,1%. En cualquiera de los casos, se trata de una fuerte desaceleración respecto al registro de expansión de 2021 tras el rebote de la crisis del covid-19. Ese año, América del Sur creció 6,9% y América Central un 5,7%.

Para Uruguay, la Cepal prevé un crecimiento del PIB de 4,5%, mejorando su anterior estimaciónde 3,9%. Cabe recordar que la economía uruguaya cerró el 2021 con un crecimiento anual de 4,4% respecto al 2020.

También se mejoraron las estimaciones para nuestros dos vecinos: Argentina crecería un 3,5% (3% en la estimación de abril) y Brasil lo haría un 1,6% (0,4% en abril).

La mejora de estas previsiones para los países sudamericanos posiblemente tenga su explicación en el alza de precios de los productos básicos, que ya se venían registrando altos niveles desde la segunda mitad de 2020, y que se elevaron aún más debido al conflicto en Ucrania.

No obstante, de la mano de este contexto, la inflación ha seguido aumentando, colocándose en un promedio regional de 8,4% anual a junio, lo que equivale a más del doble del valor promedio registrado entre el período 2005-2019.


Baja inversión es “una limitante estructural del desarrollo”

Más allá de la dinámica del ciclo económico, el bajo crecimiento de la inversión en las últimas tres décadas se transformó en “una limitante estructural del desarrollo”, según destaca Cepal en su informe. En ese sentido, reactivar la dinámica de inversión es central para lograr “un crecimiento sostenible e inclusivo, ya que la  inversión es el puente entre el corto y mediano plazo y es esencial para hacer frente al cambio climático”.

Se detalla que entre 1951 y 1979 la formación bruta de capital fijo (inversión) en términos reales creció en promedio un 5,9% anual, mientras que entre 1990 y 2021 la tasa de crecimiento promedio de la inversión fue de solo 2,9% anual. Por ello, Cepal hace un llamado urgente a aumentar la inversión en América Latina y el Caribe, que se ubicó en los niveles más bajos a fines de 2021 en comparación con otras regiones.

Para ello, se requiere de una mayor coordinación entre la política fiscal, monetaria y cambiaria y aprovechar el conjunto de herramientas del que disponen las autoridades a fin de no subordinar el crecimiento y la inversión a la política antiinflacionaria. Además, los esfuerzos macroeconómicos deben ser complementados por políticas industriales, comerciales, sociales y la economía del cuidado, indica el documento.

Por último, enfatiza que una parte importante del financiamiento para incrementar la inversión debe provenir de la movilización de recursos internos, pero la cooperación internacional debe acompañar este proceso.