Desaceleración de China continuará, pero sin “momento Lehman” ni “momento Volker”

BBVA Reserch > política de "tolerancia cero" al covid-19 “se ha vuelto cada vez más inasequible”

Buscando generar las bases para un crecimiento más sostenible y de largo plazo, las autoridades China han aplicado medidas que –sumado a otros problemas- están afectando el crecimiento de corto plazo. Desde BBVA Reserch se interpreta que la desaceleración económica continuará, pero descartan que se produzca un “momento Lehman” (crisis sistémica) o un “momento Volcker” (la base de un crecimiento de largo plazo). “Las autoridades son conscientes de la desaceleración, y en el futuro buscarán un equilibrio entre políticas de estímulo y reformas estructurales”, señaló Jinyue Dong, economista Senior de BBVA Research.

A principios del 2021 la mayoría de los analistas especializados preveían un buen año para la economía china, debido a que fue uno de los países que había logrado salir mejor parado de la crisis provocada por el covid-19. Sin embargo, con el paso de los meses el escenario ha ido cambiando paulatinamente y ahora se observan señales sobre la salud del gigante asiático que son vistas con mucha preocupación.

El cambio de modelo económico llevado adelante por sus autoridades, la crisis del gigante inmobiliario Evergrande, la crisis energética, los efectos de confinamientos para contener al covid-19, entre otros factores, han provocado una desaceleración de la economía mayor a la prevista. Tras crecer un 18,3% anual en el primer trimestre del 2021, el PIB se desaceleró a 7,9% en el segundo trimestre y a 4,9% en el tercero.

También preocupa el aumento de la inflación. Los últimos datos del índice de precios de producción industrial de China correspondientes a octubre mostraron un crecimiento interanual de 13,5%, después del alza del 10,7% del mes anterior, lo que representa el mayor incremento de la inflación mayorista de toda la serie histórica, que se remonta a mediados de 1995, según informó la Oficina Nacional de Estadística.

Pero más allá de estos datos sobre la economía del país, un artículo elaborado por BBVA Reserch, la oficina de investigación y análisis económico de la entidad financiera, le quitó dramatismo a la coyuntura y analiza el futuro de China con una mirada intermedia: no habrá ni un “momento Lehman”, ni un “momento Volcker”.

Esperar el momento

Jinyue Dong, economista Senior de BBVA Research, explica en su comentario que las voces en China parecen dividirse en dos grandes grupos. Por un lado están quienes avizoran un “momento Lehman” de China, en referencia a la quiebra del banco de inversiones Lehman Brothers en setiembre de 2008, que marcó el inicio oficial de la crisis financiera internacional. Estas voces argumentan que la caída de Evergrande conducirá a riesgos financieros sistémicos para el sistema financiero chino y toda la economía.

Pero del otro lado, hay voces que hablan de un “momento Volcker” en la economía china, en referencia al ex presidente de la Fed estadounidense, Paul Volcker, quien a comienzos de los años 80 lidió con la estanflación de la economía elevando las tasas de interés, lo que llevó inicialmente a una recesión, pero finalmente allanó el camino para dos décadas de crecimiento. En ese sentido, se entiende que las autoridades de Pekín “imitan” ese modelo al mantener la rigidez de la política monetaria y las regulaciones pese a la desaceleración del crecimiento.

“China no está experimentando ni un momento Lehman ni un momento Volcker. En particular, no existe un riesgo sistemático de incumplimiento de Evergrande, ni mucho menos las recientes tormentas regulatorias y el objetivo de neutralidad de carbono, que eventualmente beneficiarán a la economía a largo plazo”, señala Dong.

Explica que los últimos indicadores de actividad correspondientes a octubre sugieren que la economía, en particular la producción y el consumo industriales, tiene cierta capacidad de recuperación frente a todos los vientos en contra del crecimiento reciente, mientras que la nueva prioridad política del nuevo sector energético y el avance de la alta tecnología brindarán más oportunidades para compensar estos vientos en contra.

El experto de BBVA Reserch indica que la voluntad de las autoridades de comenzar un camino de reformas lamentablemente coincidió con la crisis de energía, las restricciones a la producción bajo el compromiso de neutralidad de carbono, el incumplimiento de Evergrande, y el cuello de botella de la cadena de suministro global. Además, evaluó que la desaceleración del crecimiento también expuso la vulnerabilidad de la estrategia anticovid de China, ya que la política de «tolerancia cero» de las autoridades “se ha vuelto cada vez más inasequible”.

En ese sentido, estima que frente a la reciente desaceleración, las autoridades adoptarán más iniciativas de política a favor del crecimiento en lo que resta del año y en 2022.

“Las autoridades son muy conscientes de la desaceleración del crecimiento y encontrarán un equilibrio entre estimular el crecimiento y seguir adelante con las reformas estructurales”, concluye Dong.

ENCASTRE: “China no está experimentando ni un momento Lehman ni un momento Volcker. En particular, no existe un riesgo sistemático de incumplimiento de Evergrande, ni mucho menos las recientes tormentas regulatorias y el objetivo de neutralidad de carbono, que eventualmente beneficiarán a la economía a largo plazo”


TLC con China: “ganancias serán mayores que las pérdidas”

En el tercer trimestre de 2021, el saldo comercial de Uruguay con China fue superavitario en US$ 214 millones en el tercer trimestre de 2021, de acuerdo al informe de Relaciones comerciales entre Uruguay y China, elaborado por el Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica del Uruguay.  Excluyendo las zonas francas, las exportaciones al gigante asiático alcanzaron a US$ 767 millones, registrándose un incremento de 65% respecto a 2020. Por su parte, las importaciones desde China aumentaron 35% en el tercer trimestre, respecto al mismo período de 2020 y treparon a US$ 553 millones.

En el informe se hace referencia al proceso de acercamiento entre ambos países. Se recuerda que en abril de este año Uruguay presentó a los demás miembros del Mercosur la propuesta formal para flexibilizar el bloque, y el 7 de setiembre Uruguay recibió el planteo formal por parte de China de avanzar hacia la firma de un tratado de libre comercio (TLC).

En este marco, Uruguay y China iniciaron los estudios de factibilidad, para evaluar los impactos que podría llegar a tener el TLC en cada uno de los países tanto a nivel macro como a nivel sectorial. “Si se acepta avanzar en las negociaciones será porque existe evidencia sobre los impactos positivos de hacerlo, lo que implica que las ganancias serán mayores que las pérdidas, lo que es esperable dado el elevado nivel de complementariedad de las dos economías”, señala el informe.

No obstante, ello no implica que no haya “perdedores”, los cuales “deberán ser contemplados intentando excepciones, la implementación de salvaguardias especiales así como políticas de apoyo y reconversión”.

El documento subraya que un TLC no solo impactaría sobre las empresas exportadoras e importadoras, sino que implica un derrame hacia otros sectores como los vinculados a la logística y transporte. Asimismo, si se considera el aumento en volumen de las exportaciones, implica un aumento de la producción para el cual posiblemente se necesite mayor mano de obra.

Por otro lado, se espera que el acuerdo incluya otros temas que también tendrán efectos positivos en el país, como las inversiones.

Por último, el informe señala que desde cancillería se ha informado que el comienzo de las negociaciones ha repercutido en la agenda externa y la posibilidad de oportunidades de negociar con otros países.