Analistas, instituciones privadas y organismos internacionales han corregido al alza sus proyecciones de crecimiento para la economía uruguaya en 2022, coincidiendo en que cerrará el año con una expansión interanual del PIB superior al 5%. No obstante, se mantienen los pronósticos para los años siguientes, que esperan una desaceleración progresiva de la actividad económica local.
Las proyecciones de crecimiento para la economía uruguaya en 2022 fueron corregidas levemente al alza por los analistas e instituciones consultados mensualmente por el Banco Central (BCU) en su Encuesta de Expectativas Económicas. La mediana del sondeo estima que el Producto Interior Bruto (PIB) de Uruguay crecerá este año 5,15%, lo que implica un aumento de 15 décimas de punto respecto a la encuesta de setiembre (5%).
Las respuestas extremas también se movieron de forma ascendente. El pronóstico más pesimista pasó de 4,23% a 4,67%, y el más optimista se movió de 5,75% a 5,90%.
Sin embargo, las proyecciones del mercado no mostraron variaciones para el 2023 y 2024, para los que se espera una progresiva desaceleración a 3% y 2,5%, respectivamente, según la mediana de la encuesta. En la encuesta de octubre, el piso de crecimiento esperado para el año próximo es de 1,95% (sin cambios respecto a setiembre) y el techo de las proyecciones fue de 3,8% (un leve crecimiento respecto a la estimación de setiembre que era 3,54%). Para 2024 la menor estimación de expansión del PIB es de 1,4% y la máxima de 3,5%.
Al igual que el relevamiento realizado por el BCU, la última actualización de expectativas económicas realizada por la Cepal también se movió al alza. De acuerdo al organismo de Naciones Unidas, la economía uruguaya crecería un 5,1% este año y no un 4,5% como proyectaba en agosto. Para 2023, Cepal coincide con la mediana de las expectativas del BCU en que la economía local crecería un 3%.
La semana anterior, el FMI también había divulgado sus últimos pronósticos para Uruguay donde movieron la perspectiva de crecimiento a 5,3% este año y a 3,6% en 2023 (ver CRÓNICAS del 14/10/2022).
La corrección de las proyecciones se realiza luego de que en setiembre el BCU publicara los datos oficiales de actividad del segundo trimestre del año, que marcaron un crecimiento interanual de 7,7% y de 1,1% respecto al trimestre anterior.
Esos datos también hicieron que la firma de asesoramiento empresarial Grant Thornton corrigiera su previsión de crecimiento para este año de 4,7% a 5%. En su informe de coyuntura correspondiente a octubre, se subraya que los indicadores de adelantados de actividad económica “confirman que la recuperación continuaría en el tercer trimestre”, aunque se advierte que “los últimos datos muestran cierta retracción”.
La venta de nafta tuvo una caída interanual de 6% en setiembre, mientras que las de gasoil aumentó un 16% en igual comparación. Por otro lado, la venta de energía a comercio y servicios creció 11% en agosto, y para uso industrial cayó 4%. Las exportaciones mantuvieron su dinamismo el mes pasado en todos los sectores (exceptuando el farmacéutico y madera). En tanto, la recaudación de la DGI sigue en su senda de crecimiento iniciada en marzo de 2021 presentando un crecimiento en agosto del 8,3% respecto al año anterior, registrando 8% en el año móvil.
Inflación
En materia inflacionaria se marca una aceleración del aumento de nivel de precios. El informe de Grant Thornton recuerda que en setiembre el IPC aumentó 0,84%, alcanzando en términos anualizados un 9,9%, y que llevó al BCU a determinar un nuevo aumento de la tasa de interés de política monetaria de medio punto porcentual, llevándola a 10,75%.
La Encuesta de Expectativas de Inflación del BCU arrojó que la mediana de las respuestas espera que el nivel de precios en la economía cierre el año en 9%, con respuestas que van de 8,5% a 9,96%.
Si bien para los años siguientes se espera una desaceleración de la inflación, ésta aún se mantendría por encima del rango objetivo (3% a 6%) tanto al cierre de 2023 (7,3%, según la mediana) como al finalizar el 2024 (6,88%).