EEUU busca reducir influencia de China en América Latina con plan de inversión en infraestructura

Lucha imperial > China es actualmente el principal socio comercial de Brasil, Chile, Perú y Uruguay

Buscando contrarrestar la creciente influencia de China en América Latina, el Gobierno de Estados Unidos (EEUU) apuesta a utilizar una iniciativa auspiciada por el G7 para concretar un importante plan de inversión en infraestructura en la región. El objetivo es impedir que el gigante asiático se convierta en un socio fundamental para estos países que, tradicionalmente, habían contado con EEUU como un actor fundamental en su política económica y exterior.

La presencia de China en toda América Latina ha crecido fuertemente en los últimos años, no solo por el dinámico y creciente intercambio comercial entre ambas regiones, sino también por el importante flujo de inversiones que han llegado a nuestra región provenientes del mercado asiático. De esta forma, China logró dejar en un segundo plano en muchos países la influencia clara que tenía EEUU sobre ellos.

En ese sentido, la administración del presidente estadounidense Joe Biden busca lanzar un contraataque para mantener su influencia en Latinoamérica, según informó el portal web El Economista, haciendo referencia a una gira por Panamá, Colombia y Ecuador, del asesor del Gobierno estadounidense Daleep Singh. Según explicó, esta será la primera de varias comitivas que realizarán también otros miembros del ejecutivo estadounidense para «competir» con lo que ofrece China a la región. El objetivo es impedir que el gigante asiático se convierta en un socio fundamental para estos países que, tradicionalmente, habían contando con EEUU como un actor fundamental en su política económica y exterior.

Macroplan de inversión

De acuerdo a informes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), China en el pasado lustro incrementó sus inversiones en la región dejándose una media de US$ 10.000 millones cada año. En 2019 (último año registrado), esta cifra alcanzó los US$ 12.800 millones, sellando una tendencia que se mantiene desde 2008. Además, China se convirtió en el principal socio comercial de Brasil, Chile, Perú y Uruguay, y está cerca de lograr lo mismo en Argentina. Ahora mismo, para toda Latinoamérica, el país representa un 40% de sus importaciones.

Frente a esto, EEUU ofrece un plan llamado Build Back Better World. Se trata de una iniciativa auspiciada por el G7 y que consistirá en un plan de inversión en infraestructura. La idea de este plan es centrarse en áreas como el clima, la salud, la tecnología digital y la igualdad de género a la hora de repartir los proyectos. El lanzamiento formal será en 2022 y por ahora están sondeando cómo va a ser la aplicación de este macroplan de inversión. Tampoco se conoce la cifra a la que ascenderá esta iniciativa.

Biden acelera este proyecto para reducir la influencia China en la región después de años de advertencias y fuego cruzado. En Panamá, principal exponente de esta escalada, el Gobierno de EEUU ha afirmado públicamente a su presidente que sus relaciones con ellos dependían de que la influencia asiática no creciese. Poco antes, bajo la administración de Donald Trump, el Departamento de Exteriores fue aún más duro afirmando abiertamente que «América Latina no necesita un nuevo poder imperial», advirtiendo de que «China está usando su poder económico para llevar la región a su órbita».


Libro Beige de la Fed advierte moderación del crecimiento por problemas logísticos

La economía de EEUU se está expandiendo a un ritmo «de modesto a moderado», y algunos distritos notaron que el crecimiento se desaceleró por culpa de las restricciones de suministro y las preocupaciones sobre el efecto de la variante delta del coronavirus sobre la actividad, según el Libro Beige de la Reserva Federal (Fed).

Asimismo, se advierte por el aumento de la inflación generado por la crisis logística. “La mayoría de los distritos reportaron un crecimiento significativo de los precios, impulsados por la creciente demanda de bienes y materias primas», dijo la Fed en su informe que recopila información del sector empresarial.

En cuanto al mercado de trabajo, se informó que las empresas registraron “una alta rotación”, ya que una gran parte de los trabajadores se han cambiado de empresa o se han jubilado. «Los problemas del cuidado infantil y los mandatos de vacunas fueron ampliamente citados como las causas del problema», dijo la Fed.

El banco central está evaluando las consecuencias económicas de un aumento en las infecciones de la variante delta en EEUU, mientras que las interrupciones del suministro inducidas por la pandemia continúan elevando los precios.

La inflación está muy por encima del objetivo del 2% de la Fed. De hecho, el indicador de precios que utiliza el banco central para su objetivo oficial aumentó un 4,3% respecto al año anterior, su mayor alza anual en tres décadas. Mientras tanto, la contratación no ha alcanzado las previsiones en septiembre, con un crecimiento de las nóminas no agrícolas de solo 194.000 personas.

Pese a ello, los funcionarios de la Fed, que temen un aumento descontrolado de la inflación, se están preparando para poner fin al programa de compra de activos que lanzaron el año pasado para ayudar a proteger la economía durante lo peor de la pandemia.

La Fed está comprando actualmente US$ 120.000 millones de dólares en bonos del Tesoro e hipotecas al mes. Pero el Comité de Mercados Abierto acordó comenzar a reducir esas compras a mediados de noviembre o diciembre, según las actas de su última reunión de setiembre.

Las proyecciones publicadas al final de esa reunión también mostraron que el comité estaba dividido en partes iguales sobre si los aumentos de los tipos de interés, actualmente en el 0%-0,25%, serían necesarios el próximo año.