FMI corrigió a la baja perspectivas de crecimiento global por menor impulso de economías emergentes

Informe WEO > “Persiste el lento crecimiento mundial”

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El organismo multilateral realizó un recorte leve en sus perspectivas de crecimiento, debido fundamentalmente al menor desempeño esperado para los países emergentes y en desarrollo. El FMI alerta sobre el impacto que está teniendo en la economía global el incremento de las tensiones comerciales, la incertidumbre relacionada al Brexit y las tensiones geopolíticas que han alterado los precios de la energía.

“El crecimiento mundial sigue siendo moderado”. El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo sus perspectivas de crecimiento para la economía mundial debido al incremento de las tensiones comerciales y la creciente incertidumbre relacionadas al Brexit y las tensiones geopolíticas que afectan los precios de la energía.

Al comienzo del comunicado, el organismo es claro: “Desde la publicación de la edición de abril de 2019 de Perspectivas de la Economía Mundial (informe WEO, por sus siglas en inglés), Estados Unidos ha incrementado aún más los aranceles sobre ciertas importaciones chinas y China ha respondido elevando los aranceles de un subconjunto de importaciones de Estados Unidos. Tras la Cumbre del G-20 celebrada en junio se evitó una nueva escalada de estas medidas. Las cadenas mundiales de suministro de tecnología se vieron amenazadas por la posibilidad de que Estados Unidos imponga sanciones, no se ha disipado la incertidumbre relacionada con el Brexit y las crecientes tensiones geopolíticas han alterado los precios de la energía”.

El organismo multilateral proyecta que la economía global crecerá un 3,2% este año y repuntaría a 3,5% en 2020, lo que implica una leve reducción de una décima respecto al pronóstico realizado en el informe WEO de abril.

Se explica que los datos sobre el PIB en lo que va del año, sumados a una moderación general de la inflación, apuntan a una actividad mundial más débil de lo previsto. Asimismo, la inversión y la demanda de bienes de consumo duraderos han sido moderadas en las economías avanzadas y de mercados emergentes, dado que las empresas y los hogares continúan postergando el gasto a largo plazo. En consecuencia, “el comercio mundial, que es intensivo en cuanto a maquinaria y bienes de consumo duraderos, sigue siendo flojo”.

En cuanto al repunte que se espera para el año que viene, el FMI advierte que “es precario”  y está basado en el supuesto de que se estabilicen las economías de mercados emergentes y en desarrollo que están atravesando tensiones y avances hacia la resolución de las diferencias en torno a políticas comerciales.

Los principales riesgos refieren a la posibilidad de “nuevas tensiones comerciales y en el ámbito de la tecnología que perjudiquen el ánimo y frenen la inversión; un aumento prolongado de la aversión al riesgo que deje al descubierto una continua acumulación de vulnerabilidades financieras tras varios años de tasas de interés bajas; y una intensificación de presiones desinflacionarias que agraven las dificultades para el servicio de la deuda, restrinjan el margen de la política monetaria para contrarrestar las desaceleraciones y prolonguen más de lo normal los shocks adversos”.

En cuanto a las medidas para hacer frente a este escenario, el organismo señala que son “cruciales” tanto a nivel nacional como multilateral. En particular se menciona la necesidad de reducir las tensiones comerciales y tecnológicas, así como despejar la incertidumbre sobre los acuerdos comerciales (Reino Unido-UE y la zona de libre comercio formada por Canadá, México y Estados Unidos). “Los países no deben recurrir a los aranceles para influir en la balanza comercial bilateral, ni como reemplazo del diálogo con el fin de presionar a otros a efectuar reformas”, subraya el organismo.

Para un lado y para el otro

El informe señala que “hubo sorpresas positivas” en el desempeño de las economías avanzadas, pero por el contrario, en los mercados emergentes y en desarrollo la actividad fue más débil a la prevista.

Si bien el PIB de China en el primer trimestre fue más sólido de lo pronosticado, los indicadores del segundo trimestre apuntan a un debilitamiento de su economía. La actividad ha sido decepcionante en otras economías emergentes de Asia y también en América Latina.

En las economías avanzadas se proyecta un crecimiento de 1,9% en 2019 y de 1,7% en 2020. La proyección para 2019 es 0,1 puntos porcentuales más alta que en abril, debido principalmente a revisiones al alza del crecimiento en Estados Unidos.

Por su parte, el grupo de economías de mercados emergentes y en desarrollo crecerían a una tasa de 4,1% en 2019, y se aceleraría a 4,7% en 2020. Los pronósticos para 2019 y 2020 son 0,3 y 0,1 puntos porcentuales más bajos, respectivamente, que lo señalado en abril, debido a revisiones a la baja en todas las principales regiones.


Crecimiento de América Latina es revisado a la baja

América Latina “se desaceleró notablemente al comienzo del año en varias economías, debido principalmente a factores idiosincrásicos”, según detalla el informe del FMI, que prevé que la región crezca a un ritmo de 0,6% en 2019 (0,8 puntos porcentuales menos que en el informe WEO de abril), y que repunte a 2,3% en 2020.

La considerable revisión a la baja para 2019 refleja las rebajas de las calificaciones crediticias de Brasil (donde el ánimo se ha deteriorado notablemente dada la persistente incertidumbre acerca de la aprobación de la reforma de las pensiones y otras reformas estructurales) y México (donde la inversión sigue siendo débil y el consumo privado se ha desacelerado). Por su parte, la economía de Argentina se contrajo en el primer trimestre del año, aunque a un ritmo más lento que en 2018. La proyección de crecimiento para 2019 se ha revisado ligeramente a la baja con respecto al informe WEO de abril, y ahora para 2020 se prevé una recuperación más moderada. La proyección de crecimiento de Chile se ha revisado a la baja ligeramente, tras un desempeño económico más débil de lo esperado al comienzo del año, pero se prevé que repunte en 2020 gracias a la adopción de políticas más acomodaticias. La profunda crisis humanitaria y la implosión económica en Venezuela siguen teniendo un impacto devastador, y se prevé que la economía se contraiga alrededor de 35% en 2019.