FMI destacó la prudencia macroeconómica e instó a seguir impulsando programa de reformas

Declaración final > “Una economía con dificultades preexistentes, golpeada por la pandemia”

El Fondo Monetario Internacional (FMI) felicito a las autoridades uruguayas “por la prudencia en la gestión macroeconómica de la crisis” y las incentivó a continuar impulsado su programa de reformas. No obstante, se advierten importantes desafíos en el ámbito fiscal, educativo, y del mercado de trabajo.

El FMI publicó la declaración final del personal técnico, sobre la misión de consulta en el marco del artículo IV del organismo, donde se destaca que Uruguay afrontó la pandemia con “instituciones sólidas”, aunque con desequilibrios macroeconómicos previos.

Los “pilares claves” del país fueron el buen funcionamiento democrático, la calidad institucional y el alto grado de cohesión social, así como un sector financiero sólido, un nivel holgado de reservas internacionales y el grado de inversión de la deuda. Sin embargo, recuerda que la economía venía estancada desde el 2015, con una inversión baja y un sector manufacturero debilitado, que provocaba un deterioro sostenido del empleo. Asimismo, “resultados educativos pobres contribuían a una erosión del capital humano y a un alto y sostenido desempleo juvenil”. En tanto, las finanzas públicas sufrieron “un marcado debilitamiento”, provocando un incremento de la deuda del sector público no financiero equivalente a 10% del PIB entre 2013 y 2019.

En este escenario complejo, la pandemia generó una contracción marcada de actividad económica, aunque se aclara que fue menor a la registrada en otros países de la región.

El FMI entiende que “una respuesta de política económica muy efectiva logró mitigar el impacto de la pandemia, balanceando prudentemente los objetivos de sostenibilidad fiscal”. Se destacó que la solidez de los sistemas de salud y protección social existentes, junto a los bajos niveles de pobreza, limitaron la necesidad de recursos fiscales adicionales para afrontar la crisis. Además, un paquete fiscal de aproximadamente 2,7% del PIB para 2020-21 permitió un “apoyo bien focalizado a las empresas, el empleo y a los más vulnerables”.

El informe señala que la recuperación registrada este año “fue desbalanceada, reflejando la tardía pero fuerte ola de covid”. No obstante, se espera que la actividad económica siga fortaleciéndose en lo que resta de 2021 y en 2022, gracias al rápido avance de la vacunación y la reapertura de fronteras. No obstante, se advierte que “las perspectivas siguen siendo inciertas”.

Retos económicos

“La crisis ha acentuado algunos desequilibrios estructurales de Uruguay”, señala la misión del FMI, explicando que la pandemia debilitó aún más las finanzas públicas y acentuó el resigo de sostenibilidad de mediano plazo. También se advierte por el impacto sobre el capital humano, en especial sobre los deciles de ingresos más bajos, debido a la pérdida de escolaridad, lo cual se suma a los problemas preexistentes en el ámbito educativo.

El FMI interpreta que las políticas públicas “deberían reorientarse gradualmente a reducir los desequilibrios fiscales y abordar los impedimentos estructurales al crecimiento”.

Ello implica en el corto plazo asumir los esfuerzos para “recomponer el espacio fiscal, mientras que se mantienen ayudas focalizadas a los sectores más afectados” y  mediano plazo, un esfuerzo fiscal adicional para situar la deuda en una trayectoria descendente. Se entiende que los cambios institucionales en materia fiscal y la posible concreción de la reforma previsional, servirían para reforzar la confianza en la sostenibilidad de las cuentas públicas.

En cuanto a la política monetaria, evalúan que debe mantener un sesgo contractivo a medida que avance la recuperación, y que las medidas de apoyo al crédito deben retirarse de forma gradual para garantizar una asignación correcta de recursos.

Por último, se insta a “seguir avanzando con la agenda de reformas” para “fortalecer el crecimiento de mediano plazo”: la nueva fórmula para establecer el precio interno del combustible, reformas de las empresas estatales, el impulso al desarrollo del mercado de capitales, la exploración de nuevos acuerdos comerciales y el compromiso con el medio ambiente.

“La misión felicita a las autoridades por la prudencia en la gestión macroeconómica de la crisis y las anima a seguir impulsando su programa de reformas a medida que la pandemia se supere”, concluye el FMI.