“La producción actual es de las más altas desde 2014”, aseguró asesor económico de la Cámara de Industrias del Uruguay

Índice de Volumen Físico (IVF) > aumentó 6,9% respecto a igual mes de 2020.

Acompañando el IVF, el Índice de Personal Ocupado (IPO) ha registrado un 5,1% de variación, mientras que el Índice de Horas Trabajadas por obreros (IHT) registra una variación de 3,2%, en el mismo período.

Por Ariana Vezoli | @ArianaVezoli

Este lunes vieron la luz los indicadores de Industria, dato que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), de manera mensual. En esta ocasión, los datos corresponden al mes de octubre de este año.

El informe muestra que, sin la refinería y sin las ramas de zonas francas (concentrados y celulosa), hubo una variación positiva del 6,9% con respecto al mismo mes del año anterior en el IVF y 5,2% respecto a igual mes de 2019.

Acompañando este crecimiento, el IPO ha registrado un 5,1% de variación, mientras que el Índice de Horas Trabajadas por obreros (IHT) registra una variación de 3,2%, en el mismo período.

Si se contrastan los números de enero-octubre de este año con el mismo período de 2019 (sin pandemia), la producción industrial se incrementó 4,6% y, comparando con el año pasado, cuando los efectos de la pandemia se sentían severamente, el crecimiento es del 12,7%.

En diálogo con CRÓNICAS, Sebastián Pérez, asesor económico de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), afirmó que las exportaciones -que se mantienen dinámicas-, el consumo interno -que seguirá en aumento-, y la inversión -que se recupera tras la crisis del covid-, marcarán el ritmo de producción industrial en los próximos meses.

“Los proveedores de la construcción son otros que están favoreciendo la recuperación de la actividad industrial. También la temporada turística podría generar una contribución positiva a la industria manufacturera, en particular en ramas vinculadas a alimentos, bebidas, artículos de limpieza y demás bienes consumidos por el sector turístico”, detalló Pérez.

En ascenso

Dentro de las divisiones con más incidencia en el aumento del producto industrial está Elaboración de Productos Alimenticios, con una variación de 7,5%, e incidencia de 3,0 puntos porcentuales (p.p.). De la misma manera, incide en el aumento de las horas trabajadas en un 4,0% e incidencias de 2,1 p.p., aunque este índice -junto al empleo-, se viene enlenteciendo en los últimos meses.

Por detrás vienen Fabricación de Vehículos Automotores y Refinería de Petróleo, con variaciones de 123,2% y 27,2%, e incidencias de 1,5 y 1,3 p.p., respectivamente.

“En una mirada más histórica, la producción actual es de las más altas desde 2014, aunque 5% debajo de los máximos niveles de los años 2011 a 2013”, apreció el asesor.

En contraste, Elaboración de Bebidas apareció como la división con mayor incidencia negativa en el producto industrial, con una variación de -15,7%, e incidencias de -1,1 p.p.

“Estimamos que el año terminará con un aumento del 10% respecto al año pasado, y del entorno al 4% respecto a 2019”, auguró Pérez

En su análisis, el ejecutivo resaltó que la caída del personal ocupado generado por la pandemia se recuperó al 100% y que no hay signos de que el empleo vaya a descender en los próximos meses. 

“En una perspectiva histórica, la pérdida de puestos de trabajo es muy significativa, con una reducción del 25% de la plantilla contando desde 2011-2013 a la fecha”, puntualizó. 

El vecindario

Por la misma línea, Perez explicó a CRÓNICAS que existen factores que representan frenos a la industria manufacturera y podrían ser un riesgo a futuro. “Cabe resaltar la débil recuperación de la producción de los países vecinos así como la inestabilidad política y económica, que seguramente se intensifique durante 2022. Con esos países seguimos estando caros, limitando las posibilidades de hacer más y mejores negocios”, remarcó el asesor. 

A su vez, la apertura de fronteras podría quitar mercados a la industria principalmente en los canales comerciales que se habían desarrollado durante la pandemia en la frontera.

“La apertura de actividades por el estatus sanitario genera un vuelco del consumo a los servicios en detrimento de los bienes, así como un aumento en el consumo en el exterior, en contraposición a lo que pasó durante la pandemia”, analizó Pérez