Presión de costos es el mayor desafío para empresas, consistente con la baja competitividad y el escaso crecimiento

Sigue predominando una visión cauta respecto a las decisiones de contratación

Aunque sigue habiendo una valoración sumamente positiva del clima de negocios, por parte de los altos ejecutivos y gerentes de empresas grandes y medianas, algunas señales evidencian una coyuntura económica menos favorable, según los resultados de la Encuesta de Expectativas Empresariales de la consultora Exante. Aun así, los empresarios preservan una visión relativamente positiva del desempeño que tendrán sus empresas durante el próximo año.

De acuerdo a la encuesta, el clima de negocios sigue siendo evaluado de forma sumamente positiva, con un 85% de los más de 300 ejecutivos consultados calificándolo como “bueno” o “muy bueno”, y un 15% como “regular”, en tanto que no se registran valoraciones negativas.

Pese a ello, se evidencian varias señales que afianzan una coyuntura económica menos favorable. Por un lado, volvieron a caer las respuestas positivas respecto al desempeño económico reciente y la situación general de las empresas en el último año. En la misma línea, las expectativas de crecimiento del PIB con un horizonte de tres o cuatro años volvieron a moderarse y se ubican apenas por encima de 2% anual (cuando en 2021 y hasta comienzos de 2022 habían subido al eje de 3% anual).

De acuerdo al informe elaborado por Exante, esta situación “es consistente con lo que señalan los indicadores macroeconómicos, con el giro hacia condiciones financieras más restrictivas en el contexto internacional y con el hecho de que varios sectores siguen expuestos a severas dificultades de competitividad con la región”.

Al ser consultados por los tres aspectos más positivos del clima de negocios, los empresarios destacan la estabilidad (jurídica, económica, política), la seguridad jurídica, las reglas claras, la estabilidad económica y la baja inflación. Por el contrario, entre los aspectos negativos se menciona el atraso cambiario, la burocracia, los costos altos, los sindicatos y la conflictividad laboral.

La propia empresa

Pese a las señales de una coyuntura menos auspiciosa, los empresarios preservan una visión relativamente positiva del desempeño que tendrán sus empresas durante el próximo año. De hecho, cerca de la mitad espera un incremento de la producción y una mayor inversión, mientras que las respuestas negativas no superan el 10% en ninguna de las dos dimensiones. En ambos casos se trata de un panorama más optimista que el que prevalecía en los años previos a la pandemia, cuando la economía también se encontraba relativamente estancada (en ese entonces, las respuestas positivas se ubicaban entre 20% y 30%).

La proporción de ejecutivos que espera un aumento de la rentabilidad de su empresa en los próximos 12 meses se mantuvo estable en 35%, mostrando una moderación en los últimos años, pero registrando un contraste positivo respecto al panorama prepandemia.

De todas formas, sigue predominando una visión cauta respecto a las decisiones de contratación, con menos de un 25% de los ejecutivos indicando que espera emplear más trabajadores el próximo año. El salario real elevado figura como el principal elemento que, a juicio de los consultados, condiciona el incremento del empleo.

Al ser consultados respecto a los principales desafíos que enfrentan las empresas, el aspecto más señalado volvió a ser la presión de costos (61% de menciones). Ello resulta consistente con la situación de baja competitividad y escaso crecimiento que tiene la economía. A ese factor le siguieron la competencia creciente (51%), y más abajo la gestión de recursos humanos (35%) y la incorporación de tecnología (34%).

Gestión de gobierno

Por último, respecto a la evaluación de la gestión del gobierno de Luis Lacalle Pou, la visión de los altos ejecutivos y gerentes sigue siendo sumamente positiva: 79% la aprueba y solo 3% la desaprueba. El balance es favorable en casi todas las áreas de gestión, pero en esta ocasión se destacó un aumento apreciable en los juicios positivos referidos al manejo de la inflación y, por el contrario, un deterioro del saldo neto de respuestas en lo relativo a la competitividad.


Cayeron las expectativas de inflación

Una nota positiva reflejada en la encuesta de Exante fue la fuerte caída de las expectativas de inflación de los empresarios consultados, como consecuencia del descenso registrado por el IPC en los últimos meses. Menos de 10% de los encuestados indicó que la inflación cerrará 2024 por encima de 8% y la mitad cree que se situará dentro del rango meta (cuyo techo es 6%). También cedieron las expectativas de inflación en un horizonte de tres o cuatro años, con un promedio de 6,1% que contrasta con registros sistemáticamente superiores a 7% en los años previos a la pandemia.

De todos modos, cabe advertir que las expectativas de inflación no están totalmente ancladas, ya que la mitad de los ejecutivos sigue esperando que la inflación exceda el rango meta en ese horizonte de mediano plazo.

Por otro lado, casi el 40% de los consultados señaló que sus empresas no están incorporando menores ajustes nominales de precios y costos en sus presupuestos del año próximo. Eso da cuenta de que la inercia inflacionaria aún representa un desafío importante para la política económica, según señala el informe.

Los últimos datos publicados por el INE el pasado viernes 3 de noviembre, marcaron que en octubre la inflación mensual fue de 0,63%, dato superior al registrado un año atrás, lo que implicó un leve aumento de la inflación anualizada a 4,3%, cortando con una racha de cinco bajas consecutivas. En lo que va del año, la inflación acumula una suba de 4,86%.