Reforma de la seguridad social no es urgente, pero sí el diálogo, según directores del BPS

Sistema mixto > Coinciden en necesidad de cambios, pero con diferentes enfoques

Los representantes ante el BPS de los trabajadores, Ramón Ruiz, y de los jubilados, Sixto Amaro, remarcaron la necesidad de iniciar un diálogo que lleve a una reforma en la seguridad social durante la próxima administración, pero aclararon que “no es urgente”. Por su parte, la directora en representación de los empresarios, Elvira Domínguez, opino que “no es necesaria” una reforma porque eso sería “algo grande”, aunque sí cree relevante realizar  “ajustes” y “correcciones”.

Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo

A lo largo de la campaña electoral, el tema de la necesidad de reformar la seguridad social fue cobrando cada vez más protagonismo. Todos los partidos políticos que se disputan la Presidencia coinciden, en mayor o menor medida, en la necesidad de llevar adelante cambios en el diseño actual, mientras que distintos actores, como los empresarios y trabajadores, concuerdan en que es algo vital para el futuro del país.

De esta manera, CRÓNICAS dialogó con los directores sociales del Banco de Previsión Social (BPS), para que dieran su opinión sobre el rumbo que debería tomar esta  eventual reforma a desarrollarse durante la próxima administración.

Ramón Ruiz, representante de los trabajadores en el organismo, señaló que desde 2016 estaba en su propuesta instalar el tema en la agenda, pensando en las presentes elecciones, por lo que le “parece bien” que los candidatos estén tratando el tema.

“Hay una especie de consenso de que, gane quien gane, se va a tener que discutir este tema en el próximo período de gobierno”, expresó.

Por su parte, la representante del sector empresarial, Elvira Domínguez, tildó a las distintas opiniones de los presidenciables como un “insumo interesante” para “preparar documentos para el día después”. Aseguró que desde la presentación de los empresarios se elaboró un documento que “representa nuestras expectativas en materia de modificaciones al sistema de seguridad social”, y que se entregará en noviembre al que resulte ganador. “Nuestra idea es poder allí incidir de forma positiva con todo lo que hemos acumulado en casi 14 años de participación en este organismo”, agregó.

En tanto, Sixto Amaro, representante de los jubilados en el BPS, evaluó que se requiere de “un diálogo en el que estemos representados todos los sectores”.

Sin prisa, sin pausa

Tanto Amaro como Ruiz no entienden que sea tan inmediata la necesidad de reformar la seguridad social pensando en el próximo gobierno; para ellos, lo primordial es el diálogo que se genere.

El representante de los trabajadores, valoró que “la reforma no es urgente”, pero el diálogo social sí. Así, deberían formar parte todos los actores relacionados con el tema, desde ministerios hasta técnicos, academia y los propios directorios del BPS.

De acuerdo con Amaro, el debate debe ser “amplio”. A su vez, debe manejar “con seriedad y con responsabilidad la actual situación del sistema de seguridad social -no solo del BPS-, y que en función de ello vayamos viendo los caminos a recorrer”.

A esto se le suma, según Ruiz, que dicho diálogo debe tener “un momento para proponer, un momento para debatir, y un momento para llegar a acuerdos”.

En materia de consensos, tiene que haber un compromiso entre las partes para llevarlos a la práctica, argumentó, ya que “si hacemos un precioso diálogo, reunimos los consensos posibles, y luego eso después no se materializa con una reforma, lo que hicimos fue perder el tiempo”.

Ambos coincidieron, además, que el BPS debería adoptar un rol protagónico dentro del diálogo a llevarse a cabo.

De cualquier forma, Ruiz hizo hincapié en que la eventual reforma debe ser integral, ya que “alguna propuesta en forma aislada” puede “traer efectos no deseados” para la seguridad social.

Por su parte, Domínguez llevó el encare de la reforma por otro camino. Para la representante de los empresarios, “hablar de reforma es algo estructural, algo grande”, y -a su entender- “eso no es necesario”. No obstante, reconoció que sí es necesario llevar adelante algunos importantes “ajustes” y “correcciones”. Si bien puede haber alguna más urgente que otra, siempre se debe tener en cuenta el marco ya existente, que es el de la Constitución y las leyes.

A modo de ejemplo, propuso evaluar la Ley 16.713 “en sus dos pilares”, y plantear “modificaciones”. “Sin duda va a haber que hacerlo”, indicó, en referencia a la ley aprobada en 1995 que reformó el sistema de seguridad social, creando el sistema mixto BPS y AFAP.

Sistema mixto

En relación al sistema mixto, y como suele ocurrir con un tema que siempre levanta polémica, se observaron diversas opiniones.

Amaro no ocultó su visión crítica y afirmó que “el sistema mixto ha colapsado”. “No lo decimos nosotros, lo dicen cinco técnicos de la OIT -uno de cada continente- que muestran la realidad de lo que fue esa experiencia de capital financiero, representado por sociedades anónimas, en esto que nosotros conocemos como AFAP”, explicó.

El representante de los pasivos dijo que de los treinta países que desarrollaron el sistema, dieciocho desistieron del mismo y aún persiste en doce, entre los que “lamentablemente queda Uruguay”.

Criticó que el sistema no funcionó porque hay sectores de trabajadores que no tienen las condiciones para estar en él, mientras que por otro lado se generó el “enriquecimiento de algunos privados, y en el caso de Uruguay incluso con ganancias para el Estado”. Lamentó que la mayoría de las jubilaciones por el régimen de AFAP no llegan a 7.000 pesos por mes.

Por su parte, Ruiz argumentó que el objetivo debe ser ir hacia “la extinción del lucro”. “La discusión no es ‘AFAP sí, AFAP no’; la discusión es que las AFAP están, a partir de su participación en el sistema de seguridad social, recaudando comisiones muy altas por administrar esos dineros”, explicó. A esto se le suma, también, que no garantizan una jubilación mínima.

Para hacerle frente, desde su sector se propone un pilar de ahorro no individual, no lucrativo, y que garantice una prestación mínima.

Domínguez, por último, expresó que se le debe dar un rol más prioritario al BPS frente a las AFAP. “En definitiva”, manifestó, “lo que tiene más claro el ciudadano es que el día que se jubile, la jubilación pasa por el BPS”.


Caja de cambios

En el debate generado sobre la necesidad de una reforma a la seguridad social, hay algunas voces que han valorado que una reforma integral, debería pasar por incluir a las diversas cajas paraestatales, como lo son la Caja de Profesionales, la Bancaria, la Militar, entre otras.

A propósito de esa idea, Ruiz argumentó que “en un sistema ideal, se debería tener un solo sistema de seguridad social, y no que cada caja tenga su administración, su criterio, su forma de administrar”. Sin embargo, expresó que “hay que respetar la idiosincrasia de nuestro país”, ya que cada una de las diferentes cajas “tiene una explicación”.

Amaro fue certero al responder que sí, las cajas paraestatales deberían integrarse a la reforma. Según opinó, el sistema de seguridad social debería incluir a “aquellos que están involucrados en lo que establece la Constitución”, para que formen parte del diálogo propuesto. Esto involucra, pues, a la Caja Policial, la Caja Militar, y “las cajas paraestatales todas”.

Mientras tanto, la situación no es tan clara para Domínguez, quien catalogó al tema como un “debe” del país y que se “tendrá que analizar”.

Así, la directora de los empresarios manifestó que en tanto las cajas paraestatales “sean suficientes” y “no demanden recursos del Estado, no habría por qué incluirlas en un régimen general”. En cambio, si tienen déficit, “deberían incluirse”.