Se estima que la economía uruguaya crecerá 5,2% al cierre de 2022

Según un estudio de Torino Economics -la filial de Torino Capital Group Company- publicado en su reporte del mes de octubre, al cierre de 2022 la economía de Uruguay presentará un crecimiento de un 5,2%. Entre los desafíos que tiene el país, destaca reducir la conflictividad laboral del último tiempo y equiparar los salarios a la inflación.

Sabido es que el mundo se encuentra en medio de una crisis económica atravesada por grandes cifras inflacionarias que son acompañadas con el deterioro de las condiciones de financiamiento. Sin embargo, existe una especie de oasis en el desierto latinoamericano: Uruguay. El país sureño destaca por contar con los mejores fundamentos macroeconómicos e institucionales que permiten eludir con mayores posibilidades de éxito la llegada de una recesión en el corto plazo, de acuerdo al reporte de Torino Economics.

En esa línea, el informe analiza el desempeño reciente de esta economía sudamericana, así como los principales desafíos que enfrentará en medio de un contexto global cada vez más adverso.

Entre los principales resultados que vuelca el documento y que destacan para la afirmación inicial, es que el PIB del país aumentó 7,7% interanual durante el segundo trimestre en comparación al mismo período de 2021. Esta cifra está vinculada, fundamentalmente, a las exportaciones de soja, así como la gradual normalización en las condiciones sanitarias luego de la pandemia de covid-19.

Otro factor tiene que ver, es el incremento del gasto de consumo final y la formación bruta de capital que, según cifras del Banco Central del Uruguay (BCU), creció 8,3% en términos interanuales. Este hecho se explica por los incrementos de la inversión en construcción, maquinaria y equipo de cara a la obra del Ferrocarril Central.

Sin embargo, Torino Economics espera una ralentización del crecimiento en los últimos dos trimestres de 2022, a causa de la caída del consumo privado ante el incremento de la inflación y la baja en la inversión por el aumento de las tasas de interés. “Ambos factores incidirán en las perspectivas de crecimiento no solo de Uruguay, sino de los países del resto de la región”.

¿Qué sucede a nivel laboral?

En este aspecto la historia es otra, marcada por reducciones y conflictividad. En cifras, la tasa del desempleo de Uruguay llegó 7,9% a agosto de 2022, marcando una reducción de 1,6% respecto al año anterior. A su vez, en setiembre de este año, la conflictividad laboral se multiplicó casi por cinco en relación con agosto, y un 80% más que en 2021.

Los números récord de setiembre en lo que va de la presidencia de Luis Lacalle Pou, se vinculan con el paro general de trabajadores en reclamo de diversos elementos. “El sector que registró mayor conflictividad fue la construcción con un 45%, seguido por la educación representando un 38%. Las condiciones de trabajo fueron la principal reivindicación (47%), seguido por los salarios (45%)”, se declara en el reporte.

Asimismo, en julio el aumento nominal de los salarios no pudo alcanzar a la inflación, desencadenado una caída del salario real de 1,9% para agosto de 2022. A esto se suma una inflación interanual del 9,95%, que llevó al BCU a tomar medidas que contrarresten la escala inflacionaria, hecho que representa “uno de los ajustes al alza más significativos de tasas de interés dentro de la región, destacándose junto a países como México y Brasil”, explica el informe. Torino Economics estima que, en el caso uruguayo, cerca del 40% de la inflación acumulada en 2022 estaría explicada por el aumento de los precios de alimentos a nivel internacional.

En cuanto a la política monetaria, Uruguay está en una fase contractiva para lograr frenar el avance de la inflación. Después de una disminución de hasta 4,75% de la tasa en agosto de 2021, con el objeto de dinamizar la economía tras el avance de la pandemia de covid-19, han tenido lugar aumentos sucesivos de la tasa de política monetaria hasta alcanzar 10,75% según las últimas cifras recogidas para el reporte.

Buen desempeño de la moneda local

Por otra parte, el peso uruguayo ha destacado como una de las divisas con mejor desempeño en la región frente al dólar, registrando una apreciación de 11,63% desde inicios de 2022 respecto a la divisa estadounidense. En cuanto a los aspectos que explican este desempeño, se destaca la política monetaria contractiva del BCU, que conllevó un incremento de la tasa de política monetaria desde 4,5% hasta 10,75% en poco más de un año.

Otro factor se vincula con una mayor oferta de divisas de cara al aumento de los precios de materias primas. Esto llevó a que las exportaciones locales registren un aumento desde enero a setiembre (28%) en comparación con el mismo período del año 2021.

Sin embargo, no todas son buenas nuevas, ya que este comportamiento de la moneda tiene sus contras. Por ejemplo, las ventajas están relacionadas con los incentivos para la inversión y un comercio fronterizo favorable. Pero el sector exportador pierde competitividad a causa de que los bienes que salen del país se encarecen frente a los productos de los socios comerciales.

Asimismo, a pesar del incremento de las exportaciones,  el BCU indicó que el país mantiene una balanza comercial deficitaria. “Para el acumulado hasta agosto de 2022, se ubicó en US$ -157 millones. Para el año 2021, la balanza comercial se ubicó en US$ -779 millones, siendo menor a lo obtenido en 2020 (US$ -701 millones) y 2019 (US$ -565 millones)”.

Empero, Uruguay se consolida como un destino atractivo para los inversores extranjeros. “Los flujos entrantes de Inversión Extranjera Directa mostraron una tendencia creciente desde 2001, aumentando casi todos los años hasta llegar a un pico en 2013, por encima de los US$ 4.000 millones. Luego se registraron valores negativos entre 2016 y 2018, que se explican principalmente por préstamos de empresas instaladas en Uruguay a sus casas matrices en el exterior. Desde 2018, volvió a ingresar un flujo positivo”, da cuenta el reporte.

Sobre la inversión privada en Uruguay, vale la pena mencionar la participación del CEO de Torino Capital, Victor Sierra, en el foro empresarial Test & Invest en Punta del Este, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo y el gobierno uruguayo, donde se van a discutir temas como tecnología de información y comunicación, biotecnología, energías renovables y servicios audiovisuales. 


Sin quitar la vista del endeudamiento y riesgo país

Cabe remarcar que, en la primera mitad del 2022, la principal fuente de financiamiento del gobierno uruguayo fue el mercado de deuda local y, en menor medida, desde organismos multilaterales. El financiamiento recibido durante el período referido alcanzó US$ 1.890 millones, de los que únicamente US$34 millones fueron provistos por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM).

En tanto, las autoridades amortizaron un monto nominal cercano a los US$ 1.134 millones en el mismo periodo. “En este sentido, al final del segundo trimestre de 2022, la deuda bruta del Sector Público Global se ubicó en US$ 45.551 millones, dando cuenta de un incremento del 10% respecto al mismo periodo de 2021. La deuda bruta respecto al PIB se mantiene desde 2020 por encima del 70%, registrando un 73% para el segundo trimestre de 2022”.

Por otro lado, existe una perspectiva positiva sobre la economía uruguaya que se ve reflejada en el indicador de Riesgo País (EMBI) que se mantiene como el menor de la región. Uruguay es percibido como un país estable, no solo por su económica, sino por la existencia de partidos políticos sólidos y una democracia que marcha adecuadamente. Por lo tanto, se destaca por su cierta estabilidad social y política. “El riesgo país de Uruguay se ubica alrededor de los 150 puntos básicos (pb), nivel similar a las cifras prepandémicas. Asimismo, se registra un nivel cercano al promedio histórico observado en los últimos cinco años (169,68 pb)”, indica el reporte.