“Uruguay es un país exitoso”, pero que tiene tasas de crecimiento “escasas” y requiere transformaciones

Mercosur: “Cuanto más diversificado, creo que es mejor”

El vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo, formuló varios elogios para Uruguay, definiéndolo como “un país exitoso” y que “ha resaltado” por lograr uno de los mejores manejos fiscales en pandemia. Sin embargo, desde el organismo también advierten retos vinculados a la competitividad e integración comercial, en educación para los niños de menores recursos, mejores servicios públicos y en promover un crecimiento verde inclusivo y resiliente.

El directorio del Banco Mundial (BM) aprobó el pasado martes 6 de diciembre el nuevo Marco de Alianza (CPF, pos sus siglas en inglés) con Uruguay para el período 2023-2027 con foco en tres grandes áreas: más resultados medioambientales y mayor resiliencia; más y mejores oportunidades laborales, y lograr un mayor acceso a servicios públicos de calidad.

En el marco de esta aprobación, el vicepresidente del Banco Mundial Para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo, estuvo de visita en Uruguay y mantuvo un diálogo con un grupo de periodistas del que participó CRÓNICAS, donde se refirió a la situación de Uruguay, su evolución económica reciente y los desafíos que tiene el país pensando a futuro.

We are fantastic

“Uruguay es un país exitoso”, aseguró el funcionario del BM, recordando que logró cruzar la línea de países de ingresos altos en el año 2013, tras una década con tasas de crecimiento muy buenas. Sin embargo, advirtió que desde el año 2014 las tasas de crecimiento han sido “escasas” y eso genera “cierta preocupación”.

Jaramillo indicó que el nuevo CPF estuvo condicionado por la pandemia, que concentró toda la atención del organismo y los gobiernos en los últimos años, en especial en América Latina, que fue la región más golpeada por el covid-19 tanto desde el punto de vista sanitario como económico. Tras la fuerte caída de la actividad que se dio en 2020, en 2021 se dio un rebote importante de la economía que se mantuvo durante 2022, y comentó que Uruguay ha mostrado un sólido crecimiento.

También sostuvo que el país “ha resaltado” por lograr uno de los mejores manejos fiscales, logrando reducir el déficit desde un “lógico” 5,4% en 2020, dado el escenario de pandemia, y se espera que cierre 2022 en el 2,9%. Eso representa “una gran mejoría” y muestra “el compromiso del gobierno con mantener un nivel de deuda razonable”. Jaramillo también resaltó que Uruguay tiene el riesgo país más bajo de la región.

Retos y objetivos

El documento del nuevo CPF menciona “retos” para logar crear las condiciones para una economía más competitiva e integrada globalmente, desafíos en educación para que los niños de menores recursos mejoren sus resultados de aprendizaje, mejores servicios públicos (agua, saneamiento y electricidad) que aseguren acceso de calidad a todos los uruguayos; y en promover un crecimiento verde, inclusivo y resiliente al clima.

Adicionalmente, durante el diálogo con los medios, Celia Ortega, representante del BM en Uruguay, mencionó a la necesidad de reformar el sistema de pensiones y la educación como los dos grandes desafíos que tiene la actual administración de Luis Lacalle Pou. Sobre el primero, no realizaron apreciaciones respecto al contenido del proyecto, pero subrayaron que es necesario avanzar en una reforma; y en cuanto a la transformación educativa, valoró que “va por el camino correcto”, pero que “es necesario hacer más”.

En base a este diagnóstico fue que se trazó la estrategia para Uruguay. Jaramillo explicó que por tratarse de un país de altos ingresos, la agenda en Uruguay no es tan amplia como en otros países de ingreso bajo, y se fijó la acción en “algunas áreas en particular”.

En concreto, el documento aprobado se centra en tres áreas y cinco objetivos: Más resultados medioambientales y resiliencia (con los objetivos de mejorar la capacidad de gestión de riesgos por desastres climáticos y avanzar en la transición a una economía verde); más y mejores oportunidades laborales (mejorar las habilidades básicas y técnicas y promover mercados inclusivos); y mejor acceso a servicios públicos de calidad (mejorar la capacidad de la administración pública para implementar políticas y prestar servicios de calidad) .

Integración regional

La visita de Jaramillo a Uruguay se dio paralelamente a una polémica cumbre del Mercosur, en la que el gobierno uruguayo chocó con sus pares de Argentina, Brasil y Paraguay en su intención de flexibilizar al bloque.

Consultado al respecto, el jerarca del BM señaló que hay estudios del organismo “desde hace mucho tiempo” que marcan que al Mercosur le ha faltado dinamismo en comparación a otros bloques comerciales, y puso como ejemplo de ello a Asia Oriental.

“Cuanto más diversificado, creo que es mejor”, sostuvo Jaramillo, destacando que Uruguay ha logrado diversificar sus socios comerciales, y en la actualidad ha perdido dependencia de Argentina y Brasil. Sin embargo, subrayó la importancia que tienen las ganancias dentro del bloque si se lograra una política de mayor integración comercial, con encadenamientos productivos que potencien las economías del bloque.


El 2023  será “un año muy mediocre” y “Uruguay se va a ver afectado”

Al referirse a las perspectivas sobre la economía mundial, Jaramillo advirtió que “el 2023 no va a ser un año bueno” puesto que los tres grandes motores de la economía se están enfriando, por lo que tendremos “un año muy mediocre”. Explicó que la economía de EEUU se está debilitando -en parte por la política de aumento de tasas por parte de la Reserva Federal-, Europa caerá en recesión afectada por la guerra en Ucrania, y China ha sido muy golpeada por el impacto en su actividad de la política gubernamental de “covid cero” que implica fuertes confinamientos para evitar la propagación del virus. Además, señaló que “hay varios países que vienen cayendo rápido”.

El jerarca del BM sostuvo que “Uruguay se va a ver afectado por esto”, y si bien espera que crezca el año próximo por encima del promedio regional, afirmó que será un nivel de expansión “sensiblemente inferior al de los últimos años”.

En cuanto a las presiones inflacionarias a nivel global, sostuvo que 2022 “ha sido un año complejo”, debido al shock inesperado de la guerra en Ucrania que “dañó la recuperación que se venía dando”, y la aceleración en el aumento de precios que se dio en los meses posteriores y que llevaron la inflación “a niveles inesperados”. Eso, además, hizo que el aumento de tasas frenara el crecimiento de la economía.

En cuanto al rol de los bancos centrales, remarcó que su función es mantener la inflación en  un rango bajo para evitar un espiral ascendente en el nivel de precios, que sería “nada conveniente para la estabilidad macroeconómica”. Sin embargo, cuestionó que el problema de inflación actual no es generado por un exceso de demanda por parte de las familias (que es lo que busca frenar la suba de tasas), sino por la escasez de oferta en determinados bienes, como el petróleo, los alimentos y productos manufacturados desde China. “Los problemas de oferta no los resuelve una suba de tasas”, comentó.

En ese sentido, estimó que se debe trabajar para compensar esa escasez, invertir en la descarbonización y en mejorar la productividad en regiones del mundo con potencial para hacerlo.