CARMEN PORTEIRO, PRESIDENTA DE LA UNIÓN DE EXPORTADORES DEL URUGUAY
La Unión de Exportadores del Uruguay (UEU) cierra el año con un crecimiento del 14% gracias a la superación de los efectos negativos de la sequía y la operación de la nueva planta de celulosa. Para el 2025, con el cambio de gobierno nacional y la incertidumbre económica global, proyectan mantener el crecimiento, trabajar en la sostenibilidad, en el desarrollo tecnológico y mantener el diálogo con los sindicatos y el gobierno.
¿Cuáles son las expectativas que tiene para el sector en 2025, teniendo en cuenta, no solo el cambio de administración de gobierno, sino también la marcha de la economía local y el complicado escenario internacional a nivel político?
Estamos llegando al cierre del 2024 y es lógico hacer un balance de lo alcanzado y también una prospección de futuro. En este marco, el año en curso estará finalizando con un crecimiento del entorno del 14%. Este crecimiento se basa, principalmente, en la superación de los efectos negativos de la sequía y la operación a máxima capacidad de la nueva planta de celulosa. También estamos cerrando en año con una revalorización del dólar tanto local como internacionalmente y esto nos impacta doble. Localmente, esta devaluación del peso alivia la estructura de costos; internacionalmente, la mayor devaluación experimentada por algunos competidores, como es el caso de Brasil, nos deja aún con una brecha grande en nuestra competitividad.
El 2025 nos recibe con algunos productos de exportación con buen nivel de precios, con un mejor flujo de cobranzas en Argentina, pero también con varias incertidumbres a nivel internacional. ¿Cuáles serán los impactos de la nueva administración de Trump en el comercio mundial? ¿Cuánto más devaluarán las demás monedas? ¿Qué hará la FED con la tasa de interés?
El sector exportador ha sabido adaptarse, capturar las oportunidades del mercado y superar contextos críticos. Pero nuestro objetivo es que crezca a una tasa más alta que la histórica y que eso constituya un factor dinamizante de la economía en su conjunto.
¿Cuáles son los desafíos que tiene por delante el sector, y cuáles son los asuntos que más preocupan a la UEU?
En un contexto internacional desafiante, donde los mercados serán cada vez más exigentes, diferenciar los bienes y servicios locales con certificaciones en sostenibilidad nos permitirá mantener un diferencial positivo y, eventualmente, abrirnos las puertas a más oportunidades. Sin embargo, trabajar en sostenibilidad tiene un costo relevante, implica movilizar recursos para invertir, para trabajar. Tiene su repago, pero hay que hacer una primera jugada.
La Unión de Exportadores ha desarrollado, junto al LATU, un sello de gestión Sostenible que permite acreditar distintos niveles de trabajo en el triple impacto: medio ambiente, social y gobernanza. El desafío actual es atar beneficios tangibles y materiales para que el camino hacia la sostenibilidad no sea una carga sino un proceso rentable en sí mismo. En eso venimos trabajando. En la experiencia de las compañías que ya obtuvieron el sello se observan ventajas significativas y estamos convencidos de que en el 2025 podremos ver los frutos de esta gestión.
Nos ocupa todo el sector exportador, que es diverso y con múltiples necesidades. Nuestro desafío es que todas las voces sean escuchadas, las de pymes y grandes empresas, las de bienes y las de servicios. Cada particularidad para nosotros tiene el mismo peso y para todas trabajamos con el mismo ahínco. El futuro de nuestro desarrollo estará dado en buena parte por inversión extranjera directa que debemos continuar promocionando, pero también de la mano del trabajo generado por las pymes que diversifican nuestra matriz exportadora y necesitan también ver reconocido su aporte a la sociedad.
¿Cuáles son los planteos que la UEU le hará al próximo gobierno?
Los planteos del sector son ampliamente conocidos por el próximo gobierno y por todo el espectro político en su conjunto. La UEU presentó, previo a las elecciones internas, su agenda de prioridades a todos los precandidatos.
Esta agenda incluye propuestas en cinco pilares. 1) Mejorar la inserción internacional del país. Esto incluye seguir avanzando en acuerdos comerciales preferenciales. Celebramos el paso dado con la Unión Europea, estamos expectantes por la celeridad en las próximas etapas. Sin embargo, tenemos que seguir enfocando esfuerzos en más combinaciones de productos, servicios y destinos que implicarían mejoras sustantivas para varios sectores. No todo pasa por temas arancelarios, debemos seguir trabajando por ejemplo en temas de habilitaciones, requerimientos fitosanitarios y convenios para evitar la doble imposición.
2) Reducir costos logísticos y mejorar la conectividad. Este pilar se enfoca en reducir costos de terminales portuarias y aéreas, mejorar la conectividad aérea y terrestre, y evitar interrupciones en los servicios portuarios.
3) Bajar costos de producción y promover la competencia. Entre otros factores, bajo este pilar se plantea fomentar mercados de cobertura profundas, reducir cargas tributarias y tarifas públicas, y trabajar en otras reformas que mejoren la competitividad.
4) Cuidar la estabilidad macroeconómica y consolidar mejoras. En particular, mantener la inflación en el rango meta entendemos que es un factor primordial para preservar durante los próximos años, así como también continuar en el proceso de reducción de déficit fiscal. 5) Promover políticas que favorezcan el desarrollo sostenible.
Hemos tenido una muy buena receptividad de todos estos temas, por lo que esperamos ver avances en los diferentes pilares.
¿Ante el cambio de administración de gobierno, ¿cómo observa la relación futura entre los distintos actores del escenario comercial, es decir, empresarios, gobierno y sindicatos?
La participación de todos es clave para el progreso sostenible. El diálogo y la creación en conjunto de soluciones nos permite estar alineados y aprovechar las oportunidades que se presenten. Estamos en un período en el que la masificación de herramientas tecnológicas puede permitirnos un salto en nuestra productividad y cambiar radicalmente nuestros planes de corto plazo. El ritmo al que logremos absorber y potenciar los cambios tecnológicos, sin dudas, será un factor determinante para nuestro crecimiento. Esto necesitamos hacerlo juntos: empresas, academia, gobierno y trabajadores. Todos tenemos para aportar desde nuestra visión, nuestras inquietudes y nuestra experiencia. Es clave generar sinergias.