Ciencia al servicio de la producción: Entrevista a la decana de Ciencias, Mónica Marín

Este año la Facultad de Ciencias cumple su 30 aniversario. Desde sus inicios, su objetivo principal fue la formación de científicos de excelencia en áreas de conocimiento que se fueron diversificando. Hoy la mira está puesta en la profundización del nexo con el sector productivo, a fin de contribuir al desarrollo del país.

Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

Más allá de la vocación centrada en la investigación básica con la que muchos estudiantes ingresan a la Facultad de Ciencias, otra cantidad de alumnos arriban con el deseo de desarrollar temas vinculados a la producción. En esa interacción es en la que la institución planea ahondar.

Mónica Marín, primera mujer en la historia del Uruguay en ocupar la titularidad del decanato del centro educativo, explica que no es fácil que una empresa explicite qué problema tiene para resolver. Sin embargo, con el paso de los años se han firmado convenios con diversas organizaciones y se ha logrado la financiación de variados proyectos.

Una de las áreas donde esto sucede es en el posgrado de meteorología, que ha asistido a muchas compañías en la resolución de dificultades. Entre otras cosas, es útil para poder prever la abundancia de lluvias y temperaturas medias con varios meses de anticipación, lo cual permite planificar la producción agropecuaria.

Biotecnología es otra de las materias clave en ese aspecto. De hecho, se llevaron adelante varias iniciativas que tienen que ver con el mejoramiento de vacunas para distintas enfermedades, así como para virus vinculados a la salud animal. Uno de esos proyectos fue financiado por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), y tenía como objetivo producir un antígeno para mejorar una vacuna contra la leucosis bovina. También se ha conseguido desarrollar sistemas de detección temprana de virus relacionados con la producción en el agro.

Hay un trabajo más reciente de biotecnología relativo a la producción de peces, para detectar el sufrimiento de esos animales acuáticos que se encuentran en el Río Negro. De esa forma, se puede monitorear su sistema inmune, sus defensas, y desarrollar métodos rápidos que permitan tomar medidas para mejorar su rendimiento.

Reforzar el entendimiento

La Facultad se ha consolidado y hoy ofrece 13 carreras. Eso ha llevado en paralelo al fortalecimiento de los distintos institutos que responden agrupados por algunas áreas o actividades más concretas que desarrollan, sostuvo Marín entrevistada por Empresas & Negocios.

Un claro ejemplo es el Instituto de Ciencias Ambientales, cuya creación estuvo en su momento justificada por el crecimiento de los problemas ambientales en el país. Además, es un área por la cual se acerca una cantidad importante de jóvenes a estudiar. “El cuidado del ambiente ha tenido un impacto muy grande en la economía, en el desarrollo del país”, señaló la decana sobre esto.

Marín es profesora, investigadora y bioquímica. Si bien apunta a reforzar la interacción del centro que dirige con el sector productivo, sabe que no es fácil. Una dificultad, dice, es que no es instantáneo que ambas partes lleguen a un lenguaje común. De todas maneras, destaca que se ha avanzado en ese aspecto y que para la Facultad es fundamental trabajar en la formación al mismo tiempo que se buscan las soluciones.

A futuro planifica implementar un mecanismo de conexión directa con el área empresarial, sobre todo pensando en el sector no académico, a fin de dar a conocer la oferta de servicios del instituto. Plantea hacer algo parecido al Centro de Extensionismo Industrial que realizó la Cámara de Industrias. De esa manera, se intentará difundir el know how de los grupos de la universidad y los emprendimientos de egresados.

El trabajo conjunto entre la academia y el sector empresarial puede hacerse tanto enmarcado en la formación de estudiantes como en la venta de servicios. A veces la empresa es la que solicita asesoramiento y en ocasiones es la propia Facultad la que va a ofrecer el respaldo.

En la práctica

En los dos últimos años, la mayoría de los acuerdos establecidos se hicieron con intendencias, ministerios y empresas públicas. Por ejemplo, un convenio fue hecho con UTE para controlar la propagación de un mejillón y que de ese modo no interfiriera con las represas. Otro fue realizado para determinar por qué existía una inundación en una zona urbanizada del Río San José, en acuerdo con la Intendencia del departamento homónimo.

Otra carrera que va en la línea de esta colaboración con el ámbito productivo es la física médica. Es relativamente nueva y sirve para medir con precisión las radiaciones ionizantes. Los egresados pueden ejercer en todos los lugares donde se trabaje con radiación, desde centros de salud hasta la industria de alimentos. “Hasta hace poco la calibración de los equipos y las mediciones eran algo más impreciso; estamos en una etapa en que eso se puede hacer más especializado y con equipos que permiten otra calibración y precisión”, argumentó Marín.

Por otro lado, comentó que también puede suceder que desde la universidad se desarrolle un método científico determinado y luego se comercialice. Un caso destacado fue el de Claudio Martínez Debat, Dr. en Biología Molecular y Celular, químico farmacéutico y docente de la Facultad. Lo que hizo el científico fue producir un método para detectar con qué tipos de carne está hecho un embutido, algo que puede conocerse a través del ADN.

A su vez, la Facultad de Ciencias cuenta con una nueva plataforma de secuenciación, útil para brindar muchos servicios de asesoramiento, a través del genoma. Incluso, en la sección genética se ha trabajado con veterinarias, con avícolas, con centros de producción ganadera, puesto que por el ADN se pueden detectar patógenos o concretar una detección rápida de algún problema que tengan los animales.

El dinero que se cobra por los convenios y la venta de servicios entra a la Facultad en una cuenta de proventos, ya que a diferencia de otras universidades, no tiene fundación. Quien decide el uso de esos ingresos es el investigador que hizo el trabajo. Es posible que con esos fondos contrate personas para continuar o profundizar el proyecto o que compre materiales o equipos, dado que deben ser destinados a la investigación.

Pasos a seguir

Además de organizar el relevamiento de lo que el centro educativo puede ofrecer y facilitar el acceso a esa información, la decana aspira a llevar adelante jornadas, más hacia fin de año, para mostrar la historia de los convenios y las distintas experiencias en materia de colaboración con la producción nacional.

También espera poder impulsar pasantías para estudiantes que están terminando la carrera, vinculadas a alguna temática que quieran resolver. Para la docente, los egresados de ciencias tienen la cabeza muy abierta a la hora de buscar soluciones y la apertura necesaria para asociarse con la parte de la formación que no tienen, como trabajar junto a un ingeniero, a un químico u otros especialistas.

Más inserción

En este momento la institución se encuentra en pleno censo de egresados, cuyo objetivo es establecer si ha habido una inserción laboral más efectiva en los últimos años. Se hizo uno en 2012 y ahora se está haciendo otro para analizar la tendencia y determinar si es necesaria alguna formación particular o específica que facilite el ingreso al sector productivo o a empresas.


Un país productivo

La formación de científicos es un potencial enorme para Uruguay, sostuvo la decana de Ciencias. Esto es así porque en materia de conocimiento uno no puede decir “esto no sirve para el desarrollo del país”, ya que la mayoría de las cosas que realmente han impactado no se ven en el momento en que se generan, expresó. Como ejemplo mencionó la ciencia de datos, el análisis masivo y la inteligencia artificial, que son áreas que se están desarrollando para las que es esencial la matemática, pero todavía no se sabe con exactitud todo lo que van a permitir a futuro. “Hay que ser muy abiertos en ese sentido”, puntualizó.

Al mismo tiempo, enfatizó que la ciencia es fundamental en el desarrollo de la nación. “Pensando en las empresas públicas y privadas, creo que para hacer un nuevo proceso de producción, optimizar mecanismos, tener un nuevo producto, hacer una evaluación correctamente, la ciencia avanza y la tecnología también y es fundamental mantener ese dinamismo”, subrayó.

Por último, opinó que en todos los niveles de la educación se necesita reforzar el conocimiento científico para contribuir a la cultura general del país y, así, que las personas puedan tomar posición, aunque sea socialmente, sobre determinado tema y sean capaces de hablar con fundamento.