“Cuando un ejecutivo de cuentas se sienta con un cliente no le da su opinión personal, sino que lo que transmite es la visión que tiene el grupo HSBC”

Carlos Saccone, Head of Wealth en HSBC Uruguay.

Siempre se sintió atraído por el mundo de las finanzas y las inversiones, y todo se fue dando naturalmente desde que ingresó al negocio financiero, primero en ABN AMRO, y posteriormente en HSBC, hasta convertirse en un referente del sector. En un mano a mano con Empresas & Negocios, el ejecutivo repasa la actualidad de los mercados y su volatilidad, habla de los inversores y cómo se trabaja con cada uno de ellos según su perfil de riesgo. Dedica también un parte de la charla para hacer énfasis en la necesidad que tiene el país en desarrollar un mercado de valores robusto, aunque, reconoce, el tema cultural juega su papel. La seguridad social y el mundo de las criptomonedas fueron también temas de análisis.

Por Oscar Cestau | @OCestau

De niño soñaba entre ser policía y futbolista. Lo primero, por la influencia que ejercían en él unos policías en el Parque Villa Biarritz, con los que siempre charlaba. Lo segundo, producto de su fanatismo por Peñarol, aunque reconoce que no pasó de eso, de un sueño, porque nunca logró destacarse en ese deporte.

Carlos Saccone, recientemente integrado al Consejo Editorial de Empresas & Negocios y columnista de esta publicación casi desde sus inicios, nació en Montevideo, en el sanatorio Impasa, el 4 de mayo de 1973.

Gran parte de su niñez transcurrió en la calle Carace y la Rambla, al lado del Club Biguá de Villa Biarritz, de donde es socio vitalicio desde que tenía un año.   Creció en el club, y hasta el día de hoy sigue yendo. 

Su padre trabajaba como gerente de Calidad en el laboratorio Gramón Bagó y ejercía la docencia en la Facultad de Ingeniería. Su madre era directora de Bromatología en la Intendencia de Montevideo, además de directora técnica de varias farmacias. La familia se completa con un hermano que hoy se desempeña como ingeniero en Sistemas y una hermana artista, profesora de Inglés, arqueóloga, con tareas e intereses múltiples.

Su formación educativa comenzó en los Maristas, hasta 1989, y posteriormente, como no había carrera de Ciencias Económicas, continuó sus estudios en el San Juan Bautista. Tras cursar un año, se fue a continuar su formación a Estados Unidos, en el Estado de Iowa, en una granja, al lado de un pueblo de 1.500 personas, donde cerró la etapa de secundaria.

A su regreso de Estados Unidos, con 19 años, y con algunos meses libres por delante, fue conminado por su padre para que trabajara. Así, su primera experiencia laboral fue de maletero en el Hotel Victoria Plaza. “Mi padre era amigo del director, Julián Safi, habló con él y era el trabajo que había. Fue una experiencia muy enriquecedora”, recuerda.

Luego trabajó como auxiliar contable en una compañía de productos químicos, fue asistente de laboratorio en el Laboratorio Industrial Montevideo y ayudante contable en 3M.

En la charla reconoce que terminar la facultad de Ciencias Económicas demoró más de lo previsto. La carrera no le cerraba del todo, hasta que se sintió “iluminado” por las clases de Finanzas de Ricardo Pascale. “Ahí supe cuál era mi interés mayor, que es un híbrido entre un contador y un economista. Yo soy contador de profesión, pero mi área de expertise está entre las finanzas y los mercados financieros. Con las clases de Pascale supe lo que quería hacer”, expone.

Posteriormente, hizo un MBA en el IEEM, a la que cataloga como una de las mejores experiencias educativas que hay.

Su vinculación a la industria financiera comenzó en 1997, cuando lo llamaron del ABN AMRO para desempeñarse en la parte administrativa de inversiones, comúnmente llamado security o back office de inversiones. Allí estuvo 10 años, dividiéndose entre el sector administrativo y el sector especializado en productos de inversión.

A fines de 2007 sobrevino el cambio. ABN AMRO fue adquirido por Banco Santander, y un grupo de ejecutivos, entre los que estaba Saccone, decidió pasarse al HSBC, que en ese momento tenía una operación pequeña, pero comenzaba un proceso de expansión importante, buscando liderar los temas de inversión para banca persona.

¿Qué pasos recorrió dentro de HSBC?

Básicamente, acompañé el crecimiento del banco. Cuando llegué era un banco de 50 personas, y hoy somos 250.

Ha mutado mucho la actividad de asesoramiento en inversiones. Hoy hay un componente de supervisión, tanto interna como externa, mucho más potente de lo que era antes. Antes era más que nada una tarea de asesoramiento y venta a los clientes, y hoy tiene un componente regulatorio mucho más cargado. Todo ese tipo de tareas también se me fueron incorporando.

La evolución fue de algo muy artesanal hacia algo más propio de una organización del tamaño de HSBC a nivel mundial. Estamos hablando de un banco que está presente en más de 60 países, con 40 millones de clientes.

Es el banco más grande presente en Uruguay, por lejos.

¿Su direccionamiento hacia el mundo de la gestión patrimonial y las inversiones fue algo que usted buscó o se fue dando solo?

En realidad, desde antes de entrar en la actividad siempre me atraía. Tenía una curiosidad por la temática y me parecía interesante como actividad profesional.

Las cosas se fueron dando naturalmente. Viste que dicen ‘encontrá un trabajo que te guste y no vas a tener que trabajar ningún día de tu vida’. Es más o menos eso. Me gusta lo que hago, me parece interesante, útil. Estás en contacto con el mundo a través de una organización que te da muchas herramientas y donde aprendés mucho.

Estos años en HSBC han sido de mucho aprendizaje de todo lo que es funcionamiento de mercados financieros, productos, estrategias, gobierno de estos temas.

¿Qué características tiene el trabajo? Porque es manejar el dinero de personas, invertirlo, tratar de darle rentabilidad, con instrumentos que no son los tradicionales para un uruguayo.

Lo más relevante es el contacto con clientes para ayudarlos con sus decisiones de inversión. Es cierto que los instrumentos a los que acceden nuestros clientes no son conocidos popularmente, aunque estamos trabajando para cambiar y difundir más estas inversiones. Respecto a las características que tiene el trabajo, me permite estar en contacto con todos los ejecutivos que administran las carteras de sus clientes, presentarles nuevas ideas, nuevos productos, comunicándoles a ellos lo que piensa el banco HSBC como institución respecto a las perspectivas del mercado financiero. Esto porque si bien este es un negocio que se construye con confianza, esta tiene dos pilares: la confianza de la persona que te atiende, y la marca, la organización que está representando.

En lo que le decimos a nuestros clientes necesitamos ser homogéneos, confiables, poder hacer un backtesting, es decir, ir para atrás y comprobar que lo que le dijimos al cliente es lo que hicimos, porque está todo escrito. Cuando un ejecutivo de cuentas se sienta con un cliente no le da su opinión personal, sino que lo que transmite es la visión que tiene el grupo HSBC de ciertos aspectos de la economía global, que nos hace más homogéneos, más consistentes. Pero esa visión, muchas veces, no es fácil de digerir para una persona que está todo el día hablando con gente local. Para eso, trato de que todo sea más tangible, y para eso hacemos reuniones mensuales con nuestros clientes, y en una charla de media hora les comunico qué está pensando el banco del mercado en ese momento.

Después tenemos múltiples instancias con los ejecutivos para ahondar en detalles. Básicamente, así transcurre el día a día. También mucha interacción con los equipos de HSBC de Londres, México, Hong Kong y Buenos Aires. Después hay temas burocráticos, de procedimientos, políticas y gobierno, que tiene que estar todo comunicado, escrito, transmitido, controlado; esa es la parte menos divertida del trabajo, aunque también muy importante.

Para el cliente, imagino, poder interactuar con un ejecutivo de HSBC también es un plus. ¿Cuál es la propuesta de valor?

De los bancos que están presentes en Uruguay, HSBC es el mayor a nivel mundial.  En valor de mercado, en activos y demás métricas, por lejos. Por otra parte, tiene 157 años de existencia, se fundó en 1855 para financiar el comercio entre Hong Kong y Shanghái; y ha ido creciendo y atravesado múltiples instancias históricas, guerras. Es una institución muy conservadora, tradicionalista, antigua, con una fuerte impronta británica, y eso se nota. Entonces, para el cliente que quiere que le cuiden su patrimonio son características que le atraen, lo que es lógico.

La economía global aparece hoy condicionada por una mayor inflación, las decisiones de los bancos centrales y la guerra. Poniendo foco en su área de negocio, ¿cómo observa el escenario actual?

Es un escenario muy desafiante porque están pasando cosas que hace seis meses no se preveían. Lo primero es la guerra, que explica parte de la inflación, porque ha llevado a shocks de oferta a los principales productores de commodities, como Rusia y Ucrania, lo que ha impulsado el precio del petróleo y de los granos. Por otra parte, si bien se esperaban aumentos en la tasa de interés, no en estos niveles. El mercado hoy está incorporando que la tasa de interés de Estados Unidos estará a 2.75% a fin de año, aunque nosotros pensamos que un poquito menos. En todo caso, es relativamente inédito para los últimos años. ¡Recordemos que después de la gran crisis financiera de 2008-2009, tuvimos 10 años con tasa 0%!

Hoy tenemos un momento en el cual nos acostumbramos a que hubiera suba de los mercados durante muchos años seguidos, y ahora el mercado está acusando el impacto de algunas cosas que no le gustan, que lo ponen nervioso porque significa incertidumbre. La inflación significa incertidumbre, impide hacer previsiones de mediano y largo plazo a cualquier inversor. La inflación significa más suba de tasas, entonces, si hay suba de tasas y vos tenés que refinanciar deuda, tu costo de deuda va a aumentar. Si vos usás insumos, como petróleo, y materias primas, tus costos suben. Hay un cambio importante, y empresas típicas que apostaban al crecimiento –me refiero a tecnológicas nuevas que están en crecimiento a largo plazo– hoy están siendo afectadas.

Imagino que la falta de previsibilidad es la constante. ¿Cómo se aconseja a un inversor en este escenario? ¿Con un sesgo conservador, quizás?

Primero, en el muy corto plazo el mercado es imprevisible. El que te diga que sabe lo que va a pasar el mes que viene o dentro de tres meses está tirando fruta, en términos poco académicos. Ahora, a largo plazo, y cuando decimos eso nos referimos a un período de cinco años, que son tiempos razonables para construir un patrimonio y hacerlo crecer, hay evidencia disponible de que el mercado crece, aumenta de valor. Después, dentro de eso, podés hacer estrategias más conservadoras para los que toleran poco los cambios en el mercado. Por ejemplo, estrategias con mucho bono de buena calidad y de corto plazo… bonos del Tesoro americano, bonos calificados A –que son créditos muy seguros–, y acciones poco volátiles. Ahí tenés una cartera que va a variar poco, que va a crecer a largo plazo, pero lo hará menos que una cartera más agresiva. Es un trade off, un cambio. Al que no le gusta la volatilidad tiene que conformarse con un retorno relativamente inferior que al que sí le gusta. Al que le gusta la volatilidad capaz que está subido a una montaña rusa, pero quizás al final del camino ha conseguido un retorno mucho más interesante.

Es un poco el concepto de rentabilidad versus seguridad, que generalmente no van de la mano. 

Claro. Básicamente el concepto de riesgo–retorno. Esa relación se cumple de forma permanente. Nosotros lo que hacemos es una evaluación de cada uno de los clientes de su apetito por riesgo. Ahí hacemos una serie de preguntas, sin pretender que eso abarque el universo de todas las características de una persona, pero nos da una idea de cuán averso o predispuesto al riesgo está ese inversor. Eso nos da un score de 0 a 5. Si se trata de una persona que no tolera el riesgo, entonces no le ofrecemos nada. A partir de 1, tenemos algunas propuestas estándar, y así va subiendo según ese número. Primero necesitamos entender cuál es el apetito de riesgo de una persona, de un cliente.

¿Cuáles son los temas y estrategias de inversión actuales que están impulsando la rentabilidad hoy en día?

En este momento, y después de la inesperada evolución que tuvo el mercado de bonos, producto de las expectativas de aumentos de tasas de interés, el mundo bonos de grado inversor más bien de corto plazo está sobreponderado, como decimos nosotros. En un portafolio de referencia, donde tenés acciones, bonos y efectivo, deberías tener un sesgo un poquito más hacia este mundo de bonos. Eso porque ya acusaron una gran caída que los posiciona en un lugar mucho más atractivo de lo que estaban antes. Entonces, el mundo bono, grado inversor, corporativos, de corto plazo –menos de ocho años–, aparecen como las recomendaciones de oportunidades.

Todo eso sin perder de vista que la real recomendación es un portafolio y no el ‘metete acá que esto va a andar bien’. Hay gente a la que no le gustan los portafolios y es lo que termina haciendo, pero nuestra recomendación es una estrategia diversificada, que tenga un poquito de acciones, un poquito de efectivo, un poquito de bonos. Así se construye un portafolio diversificado, que no es otra cosa que una combinación de diferentes activos para estar expuesto a diferentes geografías, industrias y tipos de activos financieros. Con eso lo que se intenta hacer es, para un perfil de riesgo dado, maximizar el retorno respetando ese riesgo al que la persona quiere exponerse.

Con nosotros, ni con nadie, creo, una persona va a duplicar o triplicar su plata. No estamos para eso, sino para ayudarte a construir un patrimonio pensando en largo plazo y para intentar sacarte el ruido que hay de exceso de información muchas veces diaria a través de diversos canales, como pueden ser Twitter, Bloomberg o Yahoo Finance. Si la seguís día a día podés llegar a perder la cordura. Hoy sube, mañana baja… Seguir eso es imposible, entonces hay que levantar la vista y mirar más lejos; esa es la propuesta.

Eso que ofrecen algunos brokers de invertir tu dinero en una acción puntual y en tres meses hacés muchísimo dinero es entonces imposible.

No es imposible, pero estás incurriendo en riesgos muy altos. Cuando hacés eso estás especulando, no es una inversión. Benjamin Graham, el autor más famoso de estos temas en Estados Unidos, dice que hay que diferenciar entre lo que es especulación y lo que es inversión. Una inversión es cuando destinás dinero luego de haber hecho un estudio pormenorizado de todas las alternativas; quizás para algunos eso es algo aburrido, y tenés que tener disciplina. Una especulación es decir ‘a esto vamos a meterle y vamos a ver qué pasa el mes que viene’. Nosotros no asesoramos para especuladores, lo hacemos para inversores de largo plazo. Paul Samuelson, premio Nobel de Economía, dice que invertir debería ser tan aburrido como mirar cuando se seca una pintura de un cuadro o ver crecer el pasto. Si querés emociones fuertes, agarrá 1.000 dólares y te vas a Las Vegas. Y es exactamente así.  

¿Qué sectores aparecen más rentables?

Con esta coyuntura específica, hay tres sectores que aparecen bien posicionados. Uno es el de la energía, que ha subido muchísimo… Acciones de Exxon, ConocoPhillips, British Petroleum; en definitiva, las grandes petroleras. Nosotros tenemos una estrategia de petroleras que este año va como 30% arriba. También la parte financiera –bancos, brokers, fondos de inversión–, porque este contexto de subas de las tasas de interés hace más rentables los bancos. Por tanto, productos que tengan acciones de este tipo de compañías son rentables. Y después está el sector de materiales, químicos, fertilizantes, papel, celulosa.

Estos sectores son los que en este momento, desde el punto de vista de rentabilidad, aparecen como más interesantes. Y hay un sector que en este período de volatilidad es más resistente que otros, que es el de la salud. Acciones de compañías de salud también son interesantes en este momento.

Eso en acciones, pero la parte más atractiva del mercado y donde se debería tener una ponderación más de la habitual es en el mercado de bonos, grado inversor. Por ahí está el atractivo para entrar, como hace años no lo estaba.      

¿Le cuesta mucho al uruguayo entender este tipo de inversiones o se está acostumbrando cada vez más?

Las dos cosas al mismo tiempo. Hay un público que está muy acostumbrado, que conoce y que invierte hace años, y hay otro público que lo está empezando a conocer ahora, y que en general queda conforme. Lamentablemente, y vuelvo a Uruguay, en el mercado local lo que hay son títulos emitidos por el gobierno, o por el Banco Central del Uruguay (BCU), entonces las opciones son muy limitadas. Pero la gente está avanzando, accediendo cada vez más, lentamente. Nosotros tenemos una propuesta que con 1.000 dólares podés comprarte un fondo de acciones de Estados Unidos, por ejemplo. Tampoco se necesitan grandes sumas.

Desde afuera generalmente se piensa lo contrario. La idea es que para entrar en este negocio se precisan grandes sumas, y no es así, entonces.

No, no se precisan grandes sumas; antes sí. Hasta hace 10 años era un segmento para gente de mucho dinero, pero ya no. Hoy si tenés 5.000 o 10.000 dólares podés hacer una inversión.

¿Las preferencias de los clientes van cambiando después que van conociendo un poco más del negocio? ¿Se animan a asumir más riesgos?

La mayor parte es de moderado a conservador. Eso porque muchas veces los inversores son empresarios actuales, o exempresarios, que ya se expusieron a riesgos o están actualmente exponiéndose al de su propia actividad comercial o empresarial, entonces no quieren tenerlo también con el patrimonio que han construido, lo que tiene sentido.

Después hay algunas personas que están dispuestas a asumir determinados riesgos, quizás la gente un poco más joven, la sub 50 por ponerle un nombre. Ese tipo de clientes no tienen temor, saben que en el largo plazo van a ganar, más allá de las volatilidades del mercado. Es un segmento que está llegando y se muestra más proclive a tomar mayores riesgos.

Hace unos días un experto internacional decía en un artículo que la evidencia empírica indica que el 97% de los inversionistas profesionales y no profesionales no tienen rendimientos por encima del mercado. Este dato, añadía, muestra que para aumentar las probabilidades de éxito se debe diversificar lo más posible, y no tratar de desviar el rendimiento de lo que ya se consigue en el mercado. ¿Coincide?

Aquí hay varios temas… Ahí depende del período de tenencia que haya considerado ese análisis. Es así realmente en los casos en los que el período de tenencia ha bajado; y efectivamente los períodos de tenencia promedio han bajado. Por eso también la insistencia nuestra con plazos largos, porque si vos hacés una inversión riesgosa y esperás el retorno dentro de seis meses te adelanto que te puede no funcionar; es más, hay altas chances de que no te funcione. Para seis meses comprate un bono del Tesoro americano o una letra del BCU o un plazo fijo, hasta ahí podés ir. Entonces, el período de tenencia de ese estudio es un dato relevante para tener en cuenta.

El otro componente de lo que está diciendo ahí tiene que ver con la liquidez de los mercados. Por ejemplo, cuanto más líquido sea el mercado, y más puro en los precios que propone –como el mercado de Estados Unidos–, es muy difícil ganarles a los índices, por ejemplo, al Standard & Poor’s, que es el índice de referencia estadounidense. No hay muchas estrategias que le ganen a la inversión pasiva; cuanto más líquido sea el mercado, más difícil ganarle.

Hay mercados ilíquidos, o relativamente ilíquidos, como puede ser el de bonos corporativos de empresas de mercados emergentes; ahí es mucho menos líquido, entonces, en general, no te conviene comprarte un bono de una empresa, sino adquirir un fondo de bonos, que te ayuda a disminuir el riesgo, y tenés un experto profesional que está seleccionando las mejores opciones, y como tal puede comprar y vender sin problemas. Ahí el tema liquidez para el inversor no es un problema. Entonces, ese 97% hay que ver, primero, para qué período fue considerado, y para qué mercado.

¿Qué pasa con el inversor que quiere invertir localmente? ¿Cuáles son las opciones?   

Ahora hay algún fondo local, pero lo que está dentro de esos fondos son títulos del Estado y alguna obligación negociable. Hay pocas cosas para el inversor minorista individual; están los bonos del Tesoro uruguayo, los más líquidos, 36, 45, 50, 55 son los que tienen más operativa; las letras del BCU, notas en Unidades Indexadas (UI), algún bono en UI, algún bono en pesos… Las empresas privadas no van al mercado para financiarse, van a los bancos, y eso me lleva al tema de siempre: al casi nulo desarrollo del mercado de valores.

En las columnas de Empresas & Negocios una y otra vez usted ha insistido con la necesidad que tiene nuestro país de desarrollar un mercado de valores robusto, serio. ¿Es posible? ¿En qué etapa estamos?

Creo que hubo una muy buena intención del BCU al reactivar la Comisión de Promoción del Mercado de Valores. Hubo algunos cambios regulatorios, pero si uno es crítico de lo que ve, en realidad ha cambiado poco en el mercado local; no hay muchas cosas. Me parece que lo que da una ventana de oportunidad, y hay que aprovecharlo, es el artículo 285 de la LUC, que le abre la posibilidad a las empresas públicas de abrir su capital. Si se reglamenta eso puede ser muy útil porque las empresas públicas, con el resto del empresariado, son las que te convalidan, de alguna forma, el instrumento. Si lo hace Antel, si lo hace Ancap, puede estar bueno que ‘yo, empresario’ abra el 10% de mi capital y financie sin endeudarme. Pero me parece que falta bastante. Hay un tema cultural también. La importancia del mercado financiero es un tema que debería enseñarse desde la escuela.

Por más que el BCU intente operar, la inflación no baja. ¿Qué visión tiene de este tema? ¿Esa inflación es coyuntural o estructural?

Hay una parte estructural y una coyuntural. La parte coyuntural es de afuera, y la parte estructural tiene que ver con la monetización del déficit fiscal que ha hecho Uruguay desde siempre. Mientras no se solucione eso va a ser difícil; y además acá estamos muy expuestos al dólar. Si el BCU no hubiera actuado subiendo la tasa de interés hoy estaríamos con una inflación por encima del 10%, seguramente; ese es el umbral. Y de mantenerse, dispara una serie de cláusulas de reajuste, que es lo que debe estar preocupando más al gobierno en este momento.

El país tiene un tema muy grande para resolver, que es el de la seguridad social. ¿Cuál es su opinión sobre este asunto?

Lo decía Agustín Iturralde hace poco: en Uruguay se va a subir la edad, lo que no sabemos es cuándo. ¡Porque está tan politizado el tema! Lo que ha trascendido públicamente es que se hacen cálculos políticos sobre este asunto, pero el tema es que no alcanza la plata, básicamente.

Entonces, es ahora, o será dentro de cinco o 10 años. No sé si resistirá el sistema 10 años más.

Básicamente, es un sistema que está desfinanciado, y que una de las claves es aumentar la edad de retiro. A mí no me molestaría trabajar unos años más, aunque también es cierto que los sectores de empleo son bien diferentes y habría que considerarlo.

La síntesis la dijo bien Agustín: va a subir la edad. ¿Cuándo? Capaz que este año o el que viene no, quizás dentro de cinco años.


Un portafolio personalizado y seguro

¿Cómo armaría un portafolio personalizado para diversificar las inversiones partiendo de una base de dinero de 5.000 dólares, por ejemplo? ¿En qué activos aconseja invertir y qué rentabilidad aproximada genera esa inversión?

Lo primero que te diría es: hacelo en partes. El mercado está muy volátil. Mandá 1.000 hoy, 1.000 dentro de 10 días, 1.000 dentro de un mes… en dos o tres meses completás los 5.000 dólares.

¿Dónde? En HSBC ya hay portafolios que son un producto en sí mismo. Se llaman “HSBC World Selection”, e intentan seleccionar lo mejor del mundo.

¿Qué tienen? El más conservador tiene 80% en bonos, 15% en acciones, 5% en efectivo. Dentro de esos bonos, la mitad grado inversor, el 30% AAA y el 20% bonos riesgosos.

¿Acciones? La mitad son de Estados Unidos, el 30% de Europa y el 20% de Asia.

¿Qué podes esperar de algo así? En períodos largos, un 5% compuesto, aproximadamente. No es un retorno fijo, puede variar, puede ser que un año tengas 2%, otro año -3%, otro año 7%. Se compone a lo largo de los años. Pero se puede hacer.


Más dudas que certezas

¿Qué visión tiene del mundo de las criptomonedas?

Es un mundo que está recién naciendo, que no lo terminé de entender al 100%. Me decís ‘explicame el valor de una criptomoneda’, y no sé hacerlo bien. Entiendo que es una unidad descentralizada que no está bajo control de ningún órgano regulador, pero yo personalmente no sé todavía la forma de funcionamiento y su valor con exactitud y entiendo que hay muchas dudas. También es cierto que han permanecido en el mercado, pero para que tenga naturaleza de moneda, tiene que ser reserva de valor, medio de cambio y unidad de cuenta. O sea, cuando es una moneda, podes ahorrar en esa moneda, o la usás para comprar cosas, como el dólar. ¿Quién ahorra en criptomonedas? ¿Quién valúa activos con cripto? Es verdad que se compraron unos Tesla con criptomonedas, pero ¿quién va a la automotora y le dice al vendedor: ‘tengo tres criptomonedas, me das el auto?’. Todavía eso no existe.

Warren Buffet siempre dice ‘¿cuál es el valor?’. Yo me compro acciones porque sé que es parte de una compañía que vende refrescos y tiene ganancias; entonces, esas ganancias van a venir a la acción. ¿Cuál es el valor intrínseco de una criptomoneda? Si ni siquiera tiene los atributos de moneda, por ahora.

¿En qué valúas la criptomoneda? Siempre en dólares. Entonces, la supremacía del dólar tiene varios años. No sé si viviré para ver que el dólar deje de prevalecer en el mundo.

Parece algo muy interesante y atractivo, por lo que ha crecido, pero hay dudas todavía, al menos para mí.

Es algo que está naciendo, que va a seguir muy volátil. De hecho, la volatilidad es brutal.

Y que no esté bajo el control de ningún órgano regulador se presta a cierta inestabilidad y riesgos.

Muchos riesgos. En realidad, nació sin control regulador. Ahora los reguladores están ingresando. El BCU sacó una normativa hace poco. Hay normativas en Europa, en Estados Unidos, pero es todo muy incipiente.


Señas de identidad

Carlos Saccone tiene 49 años, está casado con Florencia y tiene tres hijos: Bernardo, Francesca y Federica.

Es contador público, miembro de la Academia Nacional de Economía, miembro del Consejo Directivo de Pharos, profesor en la UM y en el CED y miembro del Consejo Editorial de Empresas & Negocios

¿Qué hobbies tiene?

En este momento, ir a la rambla con los amigos de Champagnat Classics a movernos un poco. Es un grupo excelente. Mi hijo empezó a jugar al rugby hace seis o siete años y yo me enganché con los grandes. Y no me puedo desprender de los temas profesionales, entonces siempre está el interés por temas económicos. Me gusta formar parte de la Academia de Economía, intentando proponer e influir, en la medida en que se pueda, junto a una gran líder como María Dolores Benavente.

¿A qué imagen de su vida le sacaría una foto para encuadrar?

Mis padres tienen una casa en Punta del Este, que la construyó mi abuelo. Así que seguramente elegiría algún momento ahí, con la familia y con amigos.

¿Hincha de?

De Peñarol.

¿Tres jugadores de Peñarol de la historia?

Fernando Morena, Pablo Bengoechea y Diego Aguirre por las emociones que representaron. Fue brutal haber vivido la cuarta y la quinta (alude a la cuarta y quinta Copa Libertadores que tiene Peñarol en sus vitrinas).

¿Una comida?

Un buen asado con amigos.

¿Una bebida?

Un malbec.

¿Qué lee habitualmente?

He leído las últimas novelas de Diego Fisher. Me parece un escritor espectacular, que te facilita la lectura. Creo que lo último que leí fue el de China Zorrilla. Mi hija quiere ser actriz, entonces aproveché para contarle que China Zorrilla desde chiquita ya quería ser actriz.

Estoy intentando encontrar cosas no relacionadas a finanzas o economía.

Leí hace poco un libro de diálogos con el profesor del IEEM, Luis Manuel Calleja, ya fallecido, recopilados por Pablo Regent, donde Calleja brinda una cantidad de recomendaciones sobre políticas de empresa.

Y no hace mucho releí uno sobre la historia del Dalai Lama, que me resultó muy interesante.

¿Qué redes sociales usa?

En lo profesional, LinkedIn. Uso Twitter, pero un poco menos que antes. No sé si soy yo, pero veo demasiada agresividad y no me gusta. También Instagram para fotos de la familia y los amigos. Facebook está ahí… Lo abrí hace años y dos por tres pongo alguna cosa.

¿Cuál es la mejor enseñanza que te ha dejado el mundo de las inversiones?

La importancia y lo crítico de la confianza. Como dice el dicho, ‘cuesta años construirla y se destruye en 10 segundos’. Y después, el valor de la perseverancia, de los plazos largos. Hay un video por ahí, donde está Tom Hanks y le preguntan qué le diría a su “yo” más joven. ‘Le diría que esto también va a pasar. Quedate tranquilo. Las cosas pasan. El transcurso del tiempo cura’, fue su respuesta. Un poco aquello de los plazos largos…

¿Qué persona vinculada a la actividad de la inversión le sorprende?

Elon Musk, por su irreverencia anti statu quo. Me sorprende, no quiere decir que siempre positivamente. En algunos casos, ignorando al órgano regulador, que es la Securities and Exchange Commission de Estados Unidos, declarando públicamente que no le tiene respeto ninguno. Esto que hizo con Twitter, que la compro, que no la compro. Y bueno, todo su éxito y su innovación que es brutal me sorprende bastante.

¿Tenés alguna frase de cabecera?

Tengo una frase que nos había pasado un profesor en facultad cuando las matemáticas eran criminales y difíciles de pasar. No me la acuerdo toda, pero es de un presidente de Estados Unidos, Calvin Coolidge, que decía: ‘La perseverancia y la determinación son omnipotentes. El mundo está lleno de inútiles muy bien educados’.

¿Con qué personaje histórico, o no, le gustaría compartir un café y una charla?

Con José Batlle y Ordóñez.

¿Su lugar en el mundo?

Punta del Este, Parada 15.

¿Qué tres características cree que lo definen?

Hombre de familia, con mucho arraigo por la patria y sincero.