La oportunidad de ser eficiente: reflexiones sobre el futuro del trabajo según Gonzalo Icasuriaga

Gonzalo Icasuriaga, socio de CPA Ferrere, consultor y coach en transformación organizacional y Capital Humano.


Para Gonzalo Icasuriaga, la pandemia llegó y abrió la puerta a mayores oportunidades en el mundo laboral. Aceleró procesos, cambió dinámicas, funcionó como motor de cambio que trajo consigo nuevos desafíos. En ese sentido, el consultor analizó los diferentes factores que hoy están en pleno movimiento, haciendo del mundo laboral un espacio de eficiencia. 

La pandemia ha provocado un enorme desajuste en la fuerza laboral, eliminando unos empleos y generando otros en un lapso muy breve. ¿Cuáles son los cambios fundamentales que se están dando en el mundo del trabajo en este nuevo tiempo que deriva de la aparición del covid-19?

La mayor parte de los cambios que se están viendo, ya se venían dando y anticipando desde hace más de 10 años, impulsados por el avance de la tecnología y los cambios sociodemográficos. La pandemia le puso un “motor turbo” al proceso de cambio que aceleró y profundizó los cambios que venían, y eso hizo que al verlos y vivirlos se hicieran más evidentes para todos. También la pandemia como motor de cambio trajo nuevos desafíos que le agregaron nuevos “ingredientes y  condimentos” al mundo del trabajo.

El mantenimiento de oficios y profesiones se va a ver afectado por cambios en el consumo, en hábitos y en los comportamientos de empresas y personas. ¿Cuáles serán las profesiones y habilidades más requeridas en un futuro de corto y mediano plazo?

Más allá de las nuevas que han ido surgiendo en los últimos años con el motor de la transformación digital, otras seguirán apareciendo, En ese sentido visualizo dos tendencias generales. Por un lado, importan más las habilidades que los cargos. Las reestructuras, los cambios en los procesos y en los flujos de trabajo, las automatizaciones, pusieron en evidencia quienes aportarán valor en el proceso y en la estructura rediseñada y qué habilidades son más importantes. 

Los puestos u ocupaciones pueden quedar obsoletos o necesitar adaptarse, y esto puede ocurrir de un día para otro, por eso es importante que el foco esté más en las competencias y habilidades que en los puestos, que deberán serán más cambiantes, adaptables y flexibles. Las organizaciones con estructuras rígidas, verticales que funcionan como silos son más difíciles de mover y estarán con problemas si no se adaptan a tiempo.

Las habilidades técnicas son importantes pero no suficientes. La habilidades personales (no técnicas) ganaron “peso, visibilidad y reputación” en estos tiempos. ¿Cuáles destacaría?

Autoconocimiento, autorregulación emocional, empatía, pensamiento crítico, actitud positiva, mentalidad de colaboración. La complejidad y los desafíos actuales no pueden resolverse desde la individualidad. Es fundamental que las personas colaboren, coordinen, se potencien, o sea, sepan cómo trabajar en equipo.

La tecnología, según parece, es el gran motor del cambio cuando hablamos del futuro del trabajo y ahí, el impacto de la pandemia ha sido la plataforma de lanzamiento. ¿Teleeducación, telemedicina y teletrabajo, por ejemplo, llegaron para quedarse?

Llegaron para quedarse pero no en sustitución completa de la presencialidad. Vamos a modelos híbridos, que combinan virtualidad y presencialidad. Es una decisión estratégica la definición del modelo que mejor la calza a cada empresa, incluso, distintas áreas o unidades de negocio dentro de una misma organización, podrán tener mix diferentes.

La experiencia de teletrabajo mostró que el escaso avance que estaba teniendo el teletrabajo antes de la pandemia era más una manifestación de resistencia al cambio (o falta de apertura al cambio), que un impedimento técnico u operativo real. No obstante, si bien hay un alto porcentaje de valoraciones positivas sobre el funcionamiento del teletrabajo, también se ha evidenciado las limitaciones, por eso la importancia de tener lo mejor de los dos mundos, y esto lo tiene que definir a conciencia cada empresa.

Para algunos expertos, el covid-19 ha agregado buenas dosis de incertidumbre al mundo laboral, pero también algunas oportunidades. ¿Es posible vislumbrarlas? 

Las oportunidades están en la eficiencia, con la aceleración de cambios y decisiones que las empresas venían posponiendo sobre todo en lo relativo a la transformación digital de los negocios y procesos, el eCommerce, el e-Learning, el teletrabajo, la automatización de procesos, el mejor aprovechamiento de la tecnología, y recién estamos viendo la punta del iceberg.

Un trabajador uruguayo, que reside en Uruguay, puede trabajar desde cualquier sitio para cualquier lugar. Esta realidad le abre enormes oportunidades a quienes las vean y se preparen para aprovecharlas. La virtualidad, además, favorece el acceso a la oferta mundial, con menores costos, más opciones y menores tiempos de adquisición.

Se espera una revalorización y mayor sensibilidad y compromiso de las empresas con el cuidado de la salud de sus colaboradores y de las comunidades con las que se relaciona, con una mirada más integral del colaborador como ser humano, más que mano de obra.

¿Algo más que crea conveniente aportar? 

Las decisiones que las empresas están tomando hoy tendrán consecuencias relevantes para la fidelización, atracción o pérdida de clientes y colaboradores. Muchas empresas son conscientes de esto y están permanentemente equilibrando el impacto de corto y largo plazo de sus decisiones. Otras, sin embargo, están mirando solo el corto plazo o solo el largo plazo, lo cual no es sostenible.

El liderazgo, capacidad crítica para aportar foco, claridad, contención emocional y mantener el compromiso y productividad de los colaboradores, ante la incertidumbre, el agobio, el miedo y las dificultades propias de la crisis. La calidad del liderazgo a nivel ejecutivo, gerencial y de equipos de trabajo, será una de las variables determinantes de cómo saldrá parada la organización, después de que pase la tormenta. Muchas empresas ya se dieron cuenta y empezaron a invertir en desarrollar y renovar sus liderazgos, otras todavía no se dieron cuenta, justamente porque tienen graves problemas de liderazgo.