Lestido: “El acuerdo Mercosur-UE obligará a determinados sectores a modificar y mejorar procesos productivos internos, lo cual aumentará su competitividad”

Julio Lestido, presidente de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (CNCS)


El titular de la CNCS destaca los efectos positivos que traerá aparejado el acuerdo en la estructura productiva nacional, dado los diferentes estándares de calidad que debe cumplir nuestra producción para acceder a la Unión Europea (UE), lo cual impactará en su competitividad. A su vez, establece que este tipo de acuerdos tienden a fomentar las inversiones de ambas partes, lo que genera una enorme oportunidad de cara al futuro.

¿Qué desafíos enfrenta Uruguay, en su estructura interna –productiva, laboral, competitividad, entre otros-, ante el anunciado acuerdo entre el Mercosur y la UE?

Es importante tener en cuenta que el impacto no es solamente económico, sino que el acuerdo establece un nuevo vínculo institucional entre ambos bloques con la posibilidad de establecer objetivos conjuntos de crecimiento. Además, supone una nueva etapa para el futuro Mercosur, cuyas críticas de estancamiento han sido parte de la agenda política.

Asimismo, el acuerdo tendrá efectos positivos en la estructura productiva nacional, ya que establece determinados estándares de calidad, sanitarios y ambientales que deben cumplir los bienes agrícolas e industriales que deseen acceder al mercado europeo. Esto obligará a determinados sectores a modificar y mejorar sus procesos productivos internos, lo cual se traducirá en un aumento en su competitividad global.

A la vez, ¿cuáles son los riesgos que vislumbra tanto para las empresas como para la producción local?

Con relación a los riesgos que presenta este nuevo acuerdo para la producción nacional, entre aquellos sectores que pueden verse menos favorecidos podemos destacar el sector lácteo y el vitivinícola. Estas industrias podrán ver afectadas sus exportaciones por dos razones: perderán su acceso preferencial al resto del Mercosur, ya que deberán competir de igual a igual con los productos europeos -este impacto se observa para el caso del mercado brasileño, uno de los principales destinos de las exportaciones uruguayas- y, a su vez, tendrán que enfrentarse a nueva competencia en el mercado local.

Más allá de casos particulares a nivel de los efectos sobre los diferentes sectores de actividad, un elemento que es importante remarcar nuevamente es la relevancia que adquiere como país llevar adelante políticas públicas para mejorar la competitividad de sus actividades productivas, y de esa forma que el acceso a nuevos mercados de bienes y servicios sea exitoso.

En el evento realizado por la CNCS el 11 de julio se consultó sobre el sector servicios, dado que es un poco más complejo para liberalizar. En este sentido, el acuerdo liberaliza el acceso a ciertos sectores de servicios -por ejemplo, servicios marítimos, postales, telecomunicaciones, servicios financieros, e-commerce-, y garantiza un igual trato a los inversores de ambos bloques. Esta liberalización no afecta el derecho de los Estados de regular el ámbito de los servicios en formas no discriminatorias. Asimismo, se subrayó que los compromisos se adoptaron por medio de listas positivas, lo cual permitió que cada país del Mercosur adopte sus propios compromisos en materia de servicios sin necesidad de realizar cambios en la normativa nacional vigente. Respecto a los servicios profesionales, éstos contarán con garantías con relación al tratamiento nacional al prestar sus servicios en la UE, lo cual abre nuevas oportunidades para el sector. Por su parte, los servicios marítimos, si bien hay modificaciones relacionadas a la legislación vigente respecto a la reserva de carga, esto puede redundar en menores costos para el movimiento de mercaderías en los puertos locales.

Un TLC es la puerta de entrada al exterior de los productos uruguayos, pero también lo es para productos extranjeros hacia nuestro país. Las empresas grandes tienen estructuras que les permite salir a vender, pero a las chicas, que no exportan, les pueden aparecer nuevos competidores y sacarlas del mercado. ¿Tienen cuantificación de esta afectación? ¿Qué medidas paliativas se podrían tomar?

Es importante tomar las medidas necesarias para mitigar los efectos negativos del acuerdo. En primer lugar, trabajar en mejorar la competitividad de estos sectores en particular y de la economía uruguaya en general. Otra forma de mitigación es por medio de la concreción de nuevos acuerdos, ya que los exportadores afectados podrán redirigir sus ventas a estos nuevos mercados. A su vez, debe tenerse en cuenta que el acuerdo incluye un capítulo específico de salvaguardia que permite imponer tarifas -por un máximo de dos años- a las importaciones europeas cuando una rama de la industria nacional sufra o esté amenazada de sufrir un grave daño por motivo del nuevo flujo de importaciones.

¿El acuerdo puede traer aparejado que en Uruguay se produzca una transformación productiva?

Este tipo de acuerdos generalmente tienden a fomentar las inversiones de ambas partes, y desde este punto de vista generan una enorme oportunidad de cara al futuro si tenemos en cuenta el deterioro que la inversión extranjera viene experimentando en el país desde hace años. Asimismo, el capítulo de cooperación del acuerdo permitirá brindar líneas de crédito y apoyo a las pymes para que puedan desarrollar su capacidad productiva, y también para aquellas que puedan verse afectadas directamente una vez que el acuerdo comience a regir.

Por su parte, la eliminación de barreras arancelarias al final del período de desgravación será una de las principales ganancias para Uruguay y tendrá su impacto en los sectores productivos nacionales. El acuerdo supone eliminar aranceles para más del 90% de las exportaciones que provengan del Mercosur con destino a la UE, y otorga trato preferencial para casi la totalidad de los productos en donde los aranceles no se eliminan. A esto se suma lo ya indicado respecto a la transformación de los procesos productivos que experimentarán algunos sectores a fin de cumplir con los estándares fitosanitarios, técnicos y ambientales europeos, lo cual aumentará la competitividad.

Por último, quisiera destacar que en años recientes el Mercosur ha apostado a profundizar su integración al mundo y que el acuerdo con la UE es el primer instrumento logrado dentro de una amplia agenda de relacionamiento externo que continúa con EFTA, Corea del Sur, Canadá y Singapur.