Saber escuchar es imprescindible para el desarrollo empresarial

La innovación como catapulta

Crear excelentes ambientes de trabajo, basados en una cultura de confianza, permite captar las ideas y propuestas innovadoras de todos los empleados. Logrando reducir la dispersión y las fugas de ideas y hace que las empresas conquisten antes sus objetivos de negocio y sean más exitosas.

Para poder competir con éxito en un mercado que cambia a pasos agigantados de la mano de las nuevas tecnologías y mayores demandas de los clientes, las empresas y organizaciones modernas deben ser innovadoras, pero no de cualquier forma.

Recientes estudios del Instituto Great Place to Work en Uruguay y el mundo demuestran que cuando todos los empleados de una compañía sienten la motivación de innovar, son incentivados a proponer ideas y nuevas formas de hacer las cosas, todo el negocio crece y se conquistan los objetivos con mayor anticipación.

Saber escuchar

Para que todos en una empresa tengan el impulso de innovar y hacer las cosas mejor deben saber y sentir que sus jefes y líderes creen en ellos. Se debe crear una cultura de la confianza en los colaboradores donde no haya miedo al error o la equivocación.

Para ello es clave que los líderes sepan escuchar, esto es, generar canales reales de comunicación en los que jefes y superiores escuchen las inquietudes y propuestas de su personal a cargo, en cualquier lugar de la organización.

Saber escuchar -y hacerlo a tiempo- reduce la dispersión y la tan temida fuga de ideas, que es cuando un empleado o colaborador se guarda su idea o, peor aún, se la lleva fuera de la empresa y la vuelve exitosa en otro sitio.

Cuestión de percepción

Naturalmente, existe una brecha en la percepción del clima laboral que tienen, por un lado, directores y gerentes; y por otro, los empleados sin personal a cargo. En las empresas que han logrado crear un excelente ambiente de trabajo (las Great Place to Work) el 100% de los directores y gerentes responde a la encuesta de clima laboral diciendo que “teniendo en cuenta todo”, su lugar de trabajo es el mejor. Entre el personal esa percepción es del 85%, o sea que la brecha es de 15%, muy menor a la que existe en las empresas que no han logrado crear un clima laboral de excelencia, donde prime la confianza, la motivación y el cuidado afectivo por todos los integrantes de una organización.

En estas otras empresas, el 86% de los directores y gerentes responde la encuesta de clima laboral diciendo que su lugar de trabajo es excelente, mientras que esa percepción la tiene solo el 59% de los empleados sin personal a cargo. Aquí la brecha es de 27 puntos.

Cuatro experiencias de innovación

Las organizaciones con menor dispersión o brecha en la percepción del clima laboral son entonces las que generan una cultura de confianza, donde hay una verdadera escucha de las inquietudes y propuestas de todos sus integrantes, estén donde estén, favoreciendo así la innovación en toda la estructura de la organización sin temer al error.  Al respecto, los estudios de Great Place to Work midieron a través de varios indicadores la opinión de los empleados acerca de sus experiencias de innovación.

Manejo del error: En la encuesta de clima laboral, el 85% de los empleados de las mejores empresas para trabajar dice que “los jefes aceptan que se pueden cometer errores involuntarios al hacer su trabajo”. En las empresas que no son excelentes ese indicador baja al 62%.

Escuchar ideas: En las mejores empresas para trabajar el 82% dice que “los jefes incentivan, consideran y responden genuinamente a sus ideas y sugerencias”. En las empresas que no son excelentes este indicador es del 53%.

Involucramiento: El 73% de los empleados de las mejores empresas afirma que “los jefes involucran a las personas en decisiones que afectan sus actividades o su ambiente laboral”. En las empresas que no son excelentes aún, solo el 42% señala que esta afirmación es cierta.

Hago la diferencia: por último, el 82% de los integrantes de las mejores empresas para trabajar asegura que “siente que su participación hace una diferencia”, mientras que solo el 63% de los empleados de las organizaciones que aún no son excelentes sostiene esta afirmación.