Arbeleche: “En los últimos años el MEF ha estado ausente en la política comercial y este equipo ha tomado la definición de estar”

Azucena Arbeleche, ministra de Economía y Finanzas


En reiteradas oportunidades la ministra de Economía hizo énfasis en la importancia de que tanto las disposiciones del Presupuesto como las medidas implementadas a raíz de la pandemia lleguen, efectivamente, a las personas. “Es la forma en la que trabaja el gobierno”, puntualizó en la entrevista realizada por CRÓNICAS en la sala de reuniones contigua a su despacho. En la misma línea, Arbeleche evaluó que a pesar de la emergencia sanitaria el gobierno “pudo llevar adelante reformas estructurales que apuestan a una mejor competitividad”. Por otro lado, se refirió a las apuestas en materia de comercio exterior y aseguró que la Cartera que lidera estará involucrada.

Por María Noel Durán | @MNoelDuran

-En reiteradas oportunidades hizo énfasis en que el foco del Presupuesto estaba en poner a la persona en el centro. ¿En qué aspectos se refleja esta aspiración?

-Hasta ahora los presupuestos se armaban sobre la base de aumentar los recursos que había en cada programa, institución o unidad ejecutora, y no se evaluaban los resultados de esos recursos que se destinaban a las distintas áreas.

El foco es que los recursos tienen que llegar a las personas; con esto nos referimos a que el alumno tenga una mejor educación, a que la persona que no tenga su casa acceda a la vivienda, a que el paciente reciba el tratamiento que necesita. 

No ponemos el foco en la cantidad de dinero que se destina a cada unidad ejecutora sino en los resultados y, más concretamente, en la persona. Ese es todo un cambio en la forma en la que se venía haciendo el Presupuesto. 

De la mano de esto viene el foco de reasignar los recursos. No importa quién se lleva la medalla porque gastó más dinero, lo que importan son los resultados y llegar a las personas.

Por eso, dentro del gobierno y dentro de las unidades ejecutoras, insistimos en no dar ningún peso como bien gastado sino que hay que estudiar que ese peso se esté usando eficientemente para ayudar a los resultados deseados.

-¿Se trabajó en la articulación de los programas y en incrementar los controles -para lograr esa eficiencia?

Así es, y ahí destaco el trabajo en equipo que se hizo con cada uno de los Incisos, es decir, cada una de las instituciones cuyo presupuesto se aprueba en la ley del Presupuesto Nacional, como son los ministerios y los organismos del artículo 220 de la Constitución, como ANEP y ASSE.

Se hizo un muy buen trabajo con los Incisos, con la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), la Oficina Nacional de Servicio Civil y con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

En este marco, la OPP accede a la posibilidad de evaluar una cantidad de programas que llevan adelante las distintas unidades ejecutoras. Hasta el momento esta capacidad de evaluar no se aprovechaba demasiado y ahora sí se hace; se cruzan datos y programas siempre con el foco puesto en la persona. 

En esta misma mesa venían los ministros y los subsecretarios y no abordábamos en primer lugar lo cuantitativo sino lo cualitativo, es decir, cuáles son los lineamientos a seguir y cómo van a impactar en cada persona.

-La coyuntura obliga a seguir hablando de la pandemia. ¿A qué destina el gobierno actualmente el Fondo Coronavirus y para qué se piensa utilizar en el futuro?

-A grandes rasgos, el destino de los recursos del Fondo Coronavirus se dijo que era para asegurar el apoyo en todo lo que tiene que ver con la pandemia en lo social, en lo sanitario y en lo económico. En estas tres áreas es que hemos volcado todos los recursos.

Como no ha sido necesario reforzar la parte de CTI, la parte sanitaria es lo que ha llevado la parte más pequeña hasta el momento. Digo hasta el momento, porque ojalá tengamos que pagar por las vacunas y eso va a tener un impacto más importante en el Fondo, pero actualmente los recursos recaudados van hacia el apoyo de los grupos más vulnerables y a las empresas.

“Llevamos gastados unos US$ 470 millones (del Fondo Coronavirus), de los cuales unos US$ 100 millones corresponden al Mides”.

Llevamos gastados unos US$ 470 millones, de los cuales unos US$ 100 millones corresponden al Mides, ya sea a las canastas Uruguay Social, a las canastas alimenticias, a los refugios, y a asignaciones familiares reforzadas.

El resto de las erogaciones del Fondo tienen que ver, a través del sistema de seguridad social, con apoyos en el seguro de desempleo en el sistema tradicional y también en el esquema novedoso que implementamos muy tempranamente de seguro parcial, apoyo al seguro de enfermedad aún en personas que no están enfermas pero son población de riesgo por tener más de 65 años. También forma parte del Fondo Coronavirus la resignación de aportes del Banco de Previsión Social (BPS), es decir, lo que deja de cobrar el BPS.

Esto que digo es lo que ha pasado hasta el momento. Como decías en la pregunta, la realidad nos hace seguir hablando del coronavirus entrando en la fase final del año. El 31 de diciembre no termina el coronavirus, con lo cual las medidas de apoyo se siguen evaluando y las erogaciones que se van a hacer a partir del Fondo Coronavirus van a ir más allá del 31 de diciembre.

Un caso reciente son las medidas que anunciamos el jueves pasado que tienen que ver con el turismo. No todo el paquete de medidas será cubierto con el Fondo Coronavirus, porque una buena parte es renuncia fiscal de la DGI. Eso no va por este canal, pero sí lo que tiene que ver con los $8.000 por cada trabajador que tome el sector gastronómico y hotelero durante la temporada de verano.

No concebimos al Fondo Coronavirus como un producto cerrado porque la situación de la pandemia es muy dinámica y hacemos un monitoreo diario de indicadores sociales y también de indicadores de avances que nos pueden dar una señal de cómo va a venir la actividad. En base a estos indicadores es que se van tomando nuevas medidas para apoyar a sectores o grupos.

Un ejemplo del dinamismo que uno tiene que tener es la reunión que mantuvimos este miércoles con el presidente de la República, el director de OPP y el ministro de Desarrollo Social, donde evaluamos cómo seguir apoyando a los sectores más vulnerables y anunciamos la extensión de las canastas alimenticias para lo que resta del año.

El punto no es cumplir en el papel. Así como en el presupuesto el foco es la persona, las medidas que se toman para la pandemia tienen que ser para las personas. No hacemos una medida para que quede bien plasmada en un papel, por eso hay que revisar y ver que estén llegando. Incluso en ese encuentro hablamos de que hay que estar en la olla popular en donde está yendo la gente a pedir su plato de comida. Hay que pensar de forma muy práctica para que el apoyo llegue a la persona; esa es la forma en la que trabaja el gobierno. Si se puede sacar algo bueno del Covid-19 es el trabajo coordinado, en equipo, entre las distintas Carteras; acá no existe el trabajo compartimentado.

-¿Hay señales de que se esté dando una recuperación en materia de empleo?

-El mercado laboral ya tenía una situación complicada pre-Covid. Ya se habían perdido una gran cantidad de puestos de trabajo en el contexto de una economía que ya estaba en recesión, y es importante aclararlo porque, repito, es pre-Covid.

En marzo conocimos los primeros casos e inmediatamente en el mes de abril el indicador que mirábamos a diario, que es la cantidad de personas que está en seguro de desempleo, saltó a cifras muy altas, que han ido disminuyendo en los últimos meses. El último valor que tenemos de setiembre es similar al de agosto, y está por debajo de las 100.000 personas en seguro de desempleo.

Desde el pico de casi 200.000 personas en seguro de desempleo vemos una caída gradual. Todavía es prematuro saber si va a continuar esta recuperación o si estamos frente a una situación de estancamiento. Lo importante es la respuesta que ha dado el gobierno, ya sea a través de las medidas que comentábamos del Fondo Coronavirus, como por medio de los incentivos para la inversión en la reglamentación de la Comap, como también en la octava ronda de negociación salarial: siempre el foco está en el empleo. Esperamos que todo esto tenga su resultado en los próximos meses.

-¿Cómo se trabaja en relación con la informalidad que actualmente se ubica por encima del 20%?

-Es importante destacar que la informalidad- que es casi de 25%- viene de antes del Covid-19, y lo que sucede es que hay que sostener para que el deterioro no sea más pronunciado. 

Estamos pensando en medidas para ingresar a quien está en la informalidad y que pueda trabajar en condiciones formales, porque eso es lo que va a proteger a la persona durante su vida activa, y así pueda tener acceso al seguro de salud o para tener cobertura si es despedida. Y luego, si esa persona aporta durante su vida activa, va a tener una pensión cuando se jubile.

El tema lo tenemos muy presente. En estas horas inició sus actividades la comisión de expertos de la reforma de la seguridad social, con lo cual el tema de la informalidad es una de las claves que tenemos que abordar en las propuestas para su reforma.

-¿Qué medidas se proyectan para mejorar la competitividad y potenciar las exportaciones?

«Si se hubiera ido por el camino del aumento impositivo lo que se hacía era dañar una competitividad que ya estaba resentida».

-La competitividad es uno de los elementos más importantes. Este equipo siempre ha sostenido que detrás de la falta de competitividad estaba la política fiscal del gobierno, con lo cual la primera respuesta a la mejora de la competitividad es lo que hemos presentado en el Presupuesto, que es una mejora de las cuentas fiscales a través de ahorros de parte del propio gobierno. Estamos hablando de un Presupuesto que se presenta sin aumento de impuestos, porque si se hubiera ido por el camino del aumento impositivo lo que se hacía era dañar una competitividad que ya estaba resentida.

La situación pre-Covid ya era de una economía deprimida, de un mercado laboral complicado, de finanzas públicas que venían empeorando y de una deuda que venía creciendo. A pesar de este entorno macroeconómico se resolvió que la prioridad es atender la pandemia y la mejora fiscal va por el lado de evitar los gastos excesivos o superfluos, es decir, no se eligió el camino del aumento de impuestos.

Aquí lo importante es que desde el inicio, a pesar de estar en una situación de pandemia, se pudo llevar adelante reformas estructurales que apuestan a una mejor competitividad. Un ejemplo es la situación de las tarifas públicas… En la Ley de Urgente Consideración se nombra un comité de expertos para que determine la trayectoria que van  a tener las tarifas públicas de manera de converger a precios que estén alineados a los de la región. Si no se hubiera hecho un trabajo previo a asumir el gobierno no hubiera sido posible que tempranamente se presentara ese trabajo.

En los próximos días Ursea va a estar publicando los precios de paridad de importación de los combustibles y en las próximas semanas el Poder Ejecutivo va a estar comunicando a qué precio se va a querer llegar en combustibles y de qué manera.

En cuanto a las exportaciones, hay que ver la manera en la que llegamos a los distintos mercados. Aquí se trata de hacer todos los deberes internamente para estar en una buena posición para competir pero, a su vez, que el acceso de nuestros bienes y servicios en los distintos mercados sea en mejores condiciones que las actuales. Uruguay paga muchos aranceles por la exportación de sus bienes y hay que trabajar en ese sentido.

En los últimos años el Ministerio de Economía ha estado ausente en la política comercial y este equipo ha tomado la definición de estar en la definición de la política comercial y la postura es encontrar resultados concretos, no ir por caminos que puedan demorar mucho sino hacerlo por el lado de tener mayores cuotas, vender nuestros bienes con preferencias arancelarias, algo que, dado el nivel de ingreso del país, hemos perdido. Es trabajar en los dos frentes: en lo interno para ganar competitividad, y también ser muy activos en cómo se venden nuestros bienes y servicios.

“Detrás de la falta de competitividad estaba la política fiscal del gobierno”.

-¿Qué cifras se manejan en cuanto al nivel de actividad?

-La última cifra es la de Cuentas Nacionales, que salió del segundo trimestre, y se presenta una caída interanual de 11% y los indicadores líderes de actividad. 

Hasta la fecha no tenemos ningún indicador que muestre que hay un deterioro sino, al contrario, en el tercer trimestre todos los indicadores nos hablan de una mejora de la actividad. Así lo muestra, por ejemplo, tanto la recaudación de la DGI como la venta de autos 0km o la venta de naftas. Hay un único indicador, que es muy prematuro, que nos muestra un leve deterioro; se trata de un indicador que mide Google que tiene que ver con la movilidad, con el comercio minorista y la recreación. 

Este dato es anterior al último fin de semana largo, con lo cual no recoge el movimiento de este fin de semana. 

El indicador de Google de movilidad está muy correlacionado con el nivel de actividad y, de hecho, hay una comparación muy interesante a nivel de los distintos países donde se mide la movilidad que tuvo el país con la caída en el nivel de actividad para el segundo trimestre. En ese sentido, Uruguay es de los que menos se deteriora la actividad y de los que más movilidad ha tenido. 

Esa movilidad se apoya en no haber ido a una cuarentena general, que fue una decisión compleja, y el lineamiento fue que los motores de la economía tienen que seguir funcionando. Apelamos al teletrabajo, a la responsabilidad, a la libertad con responsabilidad, pero se tiene que seguir trabajando en un nuevo entorno en donde las actividades tienen que continuar con los nuevos protocolos sanitarios que se van actualizando.

En definitiva, hasta el momento no tenemos un indicador que nos hable de que se esté deteriorando la situación sino, al contrario, los indicadores hablan de una recuperación en el tercer trimestre; pero estamos en un escenario de mucha incertidumbre. 

En Europa ha habido un retroceso en varios sentidos, y vuelvo al concepto de que tenemos que monitorear a diario y dar respuestas con la misma periodicidad.

Trabajamos con un escenario realista y nuestros mejores supuestos son los que compartimos con la ciudadanía. Sí soy optimista en el comportamiento de los uruguayos porque creo que si hemos llegado a estos buenos resultados en comparación internacional no se debe solo al liderazgo del presidente de la República y a la gestión en general, sino, en buena medida, a la respuesta de cada uno de los uruguayos que han actuado con responsabilidad. Espero que siga siendo así y que podamos disfrutar todos de un verano distinto pero que, como país, merecemos disfrutar.