Juan Sartori: Si gana el Frente Amplio “habrá más impuestos y mucho más desempleo”

EN PANINI’S | ESPECIAL PRECANDIDATOS

Juan Sartori, precandidato por Avanza – Partido Nacional


Aunque reconoce que Uruguay no atraviesa una crisis económica ni un momento “horrible”, advierte que si en el próximo período de gobierno no cambia el rumbo del país, puede ser demasiado tarde. En una larga charla con CRÓNICAS, el precandidato por el Partido Nacional arremete contra la clase política por entender que quienes la integran “terminan en una burbuja y muy lejos de la gente”. A su vez, asegura que además de haber sido recibido con sorpresa por sus compañeros de partido, a algunos les produjo celos y hasta miedo su incursión en esta actividad.


 El menú  En la cava de Panini’s, el precandidato blanco degustó ñoquis de papas con salsa fileto de tomate perita, albahaca y ajo, que acompañó con agua mineral.


Por Oscar Cestau | @OCestau y Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-¿Dónde se imagina el 1º de marzo del año que viene?

-En la Plaza Independencia, asumiendo como presidente. Para eso estoy trabajando.

-¿Qué considera que puede aportarle al Partido Nacional (PN) en caso de ganar la interna?

-Una visión nueva del PN, más moderna, más pragmática, que entienda los valores del partido pero también la sociedad y el mundo de hoy, las nuevas tendencias globales que son la realidad de nuestra juventud.

-¿Por qué cree que la gente debería votarlo a usted?

-Porque lo que yo identifiqué como problema principal al recorrer el país fue el empleo, y es lo que he hecho toda mi vida: he generado empresas, fuentes de trabajo, entonces es un tema que entiendo bien. Eso solo se puede hacer a la escala que se necesita hoy, rápidamente, con grandes inversiones internacionales y fomentando la actividad económica, y esos son temas en los cuales tengo muchísima experiencia.

-¿Y para lograr eso, por qué fue que eligió al PN, donde no ha sido bien recibido por algunos dirigentes?

-El PN es el partido de mi familia, mi madre fue parte de él, trabajó en centros de estudio de Wilson Ferreira, entonces es una historia familiar, y además es donde yo me siento en sintonía con las ideas.

-¿Cómo le caen las críticas de sus propios compañeros de partido?

-Muy bien. Si no me hubieran criticado en un sistema político que yo decidí renovar, pensaría que soy más de lo mismo, o sea, a mí me hubiera preocupado que no me criticaran porque querría decir que no soy necesario, que no estoy renovando nada y que no vengo a proponer nada nuevo. Además, la competencia es normal, simplemente se puede hacer de dos maneras: criticando –yo recibo las críticas, me las banco y no hago lo mismo- o proponiendo cosas distintas.

-El diputado blanco Pablo Abdala dijo a CRÓNICAS que su figura no le generaba simpatía, además de que no creía en proyectos políticos sustentados en el dinero.

-Y por suerte no importa lo que diga él, sino lo que diga la gente. Lo lindo de las elecciones es que cada uno se presenta con su perfil, con sus estrategias, y al final la gente decide.

-¿A qué atribuye el rápido crecimiento que ha tenido en las encuestas? ¿Hacía falta una renovación en el partido?

-Quizás faltaba novedad, modernidad, ideas distintas a lo que se escucha siempre. Quizás la gente tenía la impresión de que [el sistema político] era un círculo cerrado en el cual se repartían todo para los mismos desde hacía muchos años. Es difícil explicarlo, pero se siente una efervescencia; yo no sé cuánto va a seguir creciendo este movimiento, pero no hay duda de que es una realidad.

-¿Y no cree que su poder de gasto incide en ese crecimiento?

-Yo estoy gastando menos que casi todos los candidatos. ¿Ustedes ven algún cartel enorme mío en la rambla, que son carísimos? ¿Qué es lo que estoy haciendo que cueste caro?

-Está en todos los medios de comunicación.

-Si me invitan a las entrevistas, voy.

-Pero hace publicidad.

-Todos jugamos con las mismas reglas, y seguramente en esta campaña quien tenga más dinero a gastar no sea yo, sino quienes vienen recaudando desde hace tantos años y tienen estructuras políticas muy fuertes, contra las cuales va a ser difícil competir. Yo estoy financiando mi campaña para aportar a mi país, no estoy recaudando de fuentes que no se entiende quiénes son y con qué compromisos vienen. Lo mío es transparente, pero en ningún ámbito, y menos en la política, el dinero es lo que hace la diferencia.

-Hablaba de la efervescencia que siente hoy con su movimiento. ¿Con qué se encontró en las recorridas por el país?

-Hubo una curiosidad de la gente, y después de conocerme hubo hasta una intención de confiar en este proyecto. Quizás estoy ayudando a generar una confianza en hacer política de una manera diferente, no como una carrera profesional de tantos años. El mundo ha cambiado, ya no hace falta hacer política por cuarenta años para poder aspirar a ciertas responsabilidades. Cualquier persona con sentido común, tenga la vida que tenga, puede ser un muy buen político, porque para eso no hace falta más que empatía para entender los problemas, capacidad de generar equipos para poder resolverlos y liderazgo para llevar un país adelante, y eso no se aprende en ninguna universidad ni en un Parlamento.

-¿Cómo es su relación con los demás precandidatos del partido?

-Estoy hablando con ellos todo el tiempo. Primero, sin unidad del partido será muy difícil después ganar. Segundo, como tenemos perfiles muy distintos es bueno recibir consejos o tener opiniones complementarias de cómo estamos como partido y cuáles son las mejores estrategias. Y tercero, el 30 de junio vamos a ser todos parte de un mismo equipo y vamos a trabajar juntos, entonces yo no creo en esos enfrentamientos o críticas raras. Yo voy a ser el primero en ir a trabajar con alguien que me haya criticado, porque el objetivo de trabajar juntos por el país no merece rencores. Algunos llevan la competencia un poco más allá de lo que a mí me gustaría, pero que hagan como ellos piensen.

-¿Cómo sintió que lo recibieron sus compañeros de partido?

-Al principio con sorpresa, algunos con celos, con miedo o con críticas, pero creo que hoy ya [están] convencidos de que estoy aportando fuerza y renovación al PN, y ese es el interés de todos.

-¿Aceptaría acompañar la fórmula como candidato a vicepresidente?

-Yo no creo en eso. Yo creo en trabajar hasta el 30 de junio y a partir de ahí, en función de lo que la gente decidió, ver cómo armamos el mejor equipo para llegar al gobierno. En ese equipo puedo estar o no, puedo tener capacidad o no de cumplir ciertos roles, ahora, la actividad del vicepresidente es liderar un Parlamento y yo no he tenido experiencia de estar en ese ámbito, entonces hay cargos para los cuales me veo con menos conocimiento.

-¿Cuándo le surgió el interés por ingresar a la política y presentarse a una interna para presidente?

-Yo nunca lo pensé en esos términos, sino en cómo puedo aportar a mi país. Lo hice desde las empresas, teniendo actividades internacionales, y cuando podía trataba de generar fuentes de trabajo y traer inversiones a Uruguay. Cuando ese momento en mi vida se terminó –por varias razones, como tener familia, haber logrado ciertas cosas- quise seguir aportando, y me pareció que la política era la forma más importante de tener un impacto en los asuntos del país, entonces simplemente quise entrar, no persiguiendo un cargo, sino tratando de aportar desde donde la gente decida. Así voy a seguir trabajando, no como ese formato político de “ahora como hago política voy a asumir algún cargo”.

-¿Qué opina sobre eso?

-A mí no me gusta la política como carrera profesional porque los políticos terminan en una burbuja y muy lejos de la gente o de las preocupaciones que los llevaron hasta ahí, y la motivación pasa a ser la de “tengo que seguir en esto porque no sé hacer otra cosa o porque ya me he vuelto un profesional de conseguir votos y cargos, y de eso vivo”. Ese esquema en el mundo entero se está rompiendo, porque muchos años de política no llevan a las mejores decisiones.

-¿En Uruguay hay una casta política?

-Claro, por eso vemos apellidos que se repiten durante 100, 200 años. Eso pasaba en casi todos los países y hoy está cambiando porque la sociedad es distinta, porque las tecnologías permiten que las estructuras pesen menos, entonces hay menos filtros para poder acceder a puestos de responsabilidad en un gobierno.

-¿Qué dos o tres medidas tomaría inmediatamente después de asumir si le tocara gobernar?

-Hay que bajar ciertos impuestos que hoy están asfixiando la actividad, para que se pueda retomar; hay que volver a buscar inversiones en industrias tradicionales o nuevas, porque es lo único que acelera la generación de actividad económica y de empleo; y hay que atender algunas injusticias como las jubilaciones, donde tenemos gente que cree en el sistema, que trabaja toda la vida y que con su jubilación no llega a fin de mes. Hay que encontrar la manera de que el sistema permita una vida digna; por eso después viene el tema de cómo recaudar más, con más actividad.

-Habla de bajar impuestos, pero con el déficit actual…

-(Interrumpe) Lo que pasa es que yo cuando estudié economía, siempre estudié que es al revés, es decir, cuantos más impuestos, hay momentos en los que se recauda menos, que es lo que está pasando hoy. Las empresas están cerrando y no pagando impuestos porque son demasiado altos, entonces es absolutamente lógico que una baja de impuestos impulse más inversión, más actividad y más recaudación en el mediano plazo. En todos los países en el mundo que funcionan y que tienen altos niveles de productividad y de calidad de vida, los impuestos son relativamente bajos y hay mucha actividad. Eso es lo que cambió del modelo de Uruguay en los últimos 10 años, porque éramos un país así y vivíamos mejor que en otros lugares. Por eso yo hablo del agotamiento del modelo del Frente Amplio (FA); más allá de lo que haya hecho bien o mal, mirando hacia adelante no sería bueno que esa tendencia continuara.

-Justamente, ¿qué riesgos visualiza si no gana el PN?

-Estamos en democracia. Si gana el FA es porque es el modelo que quiere la mayoría de la gente, entonces va a ser el que se va a implementar. El riesgo que yo veo es esa tendencia que se ha visto en otros países de Latinoamérica: habrá más impuestos, menos actividad económica y mucho más desempleo, que en el corto plazo se ocupará con asistencialismo, y donde una masa cada vez más grande de la población vivirá con muy poco y con poca capacidad de desarrollarse.

-Verónica Alonso finalmente decidió bajarse de la carrera interna para apoyarlo a usted. ¿Cuál cree que es el aporte de su grupo?

-Después de la sorpresa que generó mi candidatura, lo que vemos es que cada vez tiene más legitimación, que se va consolidando como una corriente muy fuerte dentro del PN, de renovación, pero con mucha perspectiva de largo plazo a la cual legisladores con experiencia y otros grandes nombres del partido se van sumando.

-¿El fenómeno de las llamadas fake news afectó su imagen? ¿Cómo ve ese tema?

-Desde el primer día yo he sufrido una cantidad de críticas del sistema político, creo que difíciles de justificar, pero lo importante es seguir enfocado en mi campaña, buscando la aprobación de la gente, trabajando como el primer día, y no me voy a dejar distraer por las fake news ni ningún tipo de crítica que venga del sistema.

-¿Qué opinión le merece la agenda de derechos?

-La sociedad de hoy es diversa, es tolerante hacia una cantidad de aspectos donde todos somos diferentes, y la agenda de derechos se ve reflejada en leyes. Yo no estoy en contra ni voy a cambiar ninguna de esas leyes.

-Hay dirigentes del PN que militan a favor de derogar esas leyes.

-Yo no.


“No es únicamente el FA el responsable” de que haya bajado la pobreza y la indigencia

-¿Qué fue lo peor y lo mejor que le dejó la izquierda en estos 15 años al país?

-Hubo cosas buenas, como la diversificación de la matriz energética; no había nada de energía eólica y ahora somos de los países del mundo que más energía renovable tiene. Lo peor ha sido este tiñe que han tenido muchos de los populismos de izquierda en Latinoamérica hacia más impuestos, más políticas sociales que tienen casi un fin asistencialista y electoral, más que de desarrollo de las personas, y por ahí es donde veo los riesgos. Tampoco pienso que estemos en una crisis económica ni en un momento horrible para nuestro país, estoy simplemente convencido de que es tiempo de cambiar la tendencia a un rumbo distinto antes que sea demasiado tarde. Hoy hay más gente que dice que las políticas del FA quizás lograron algo, pero hacia el futuro ya no sirven.

-¿Reconoce que el FA ha bajado la pobreza y la indigencia?

-Sí, por supuesto, eso hay que seguirlo adelante. También pasó en todos los otros países en la misma época, por crecimiento de la economía, es decir, tampoco es que es únicamente el FA el responsable de eso, pero sí es un logro del país y la sociedad que esos números estén muchísimo mejor, es una realidad.