Mieres: “Si no hay mayor rentabilidad, es impensable que haya una reducción de horas de trabajo, porque la rentabilidad es necesaria para que la calidad del trabajo sea mejor»

De cara al año electoral y a unos meses de dejar su cargo para dedicarse a su campaña como candidato por el Partido Independiente, Pablo Mieres, en una entrevista que concedió a CRÓNICAS en el restaurant La Corte, consideró que Cabildo Abierto y el Frente Amplio son “totalmente responsables” de no haber resuelto el problema de la Caja de Profesionales, pero dejó en claro que el organismo seguirá existiendo. A su vez, consultado por la observación de la OIT sobre las negociaciones salariales, afirmó que no comparte la idea de que el Estado no tenga que participar de estas instancias de discusión como propone la organización.

Por Oscar Cestau|@OCestau y Mateo Castells|@teocastells

-¿Qué balance hace del 2023? ¿Cuáles fueron los temas que destacaría de la agenda que tuvo el Ministerio?

-Sin dudas el punto más alto fue la reforma de la seguridad social. Nosotros hicimos un esfuerzo muy grande de diálogo, de negociación y participación ciudadana durante dos años. Es una reforma que yo creo que el tiempo va a demostrar que es histórica y que cumple con los criterios de fondo que han caracterizado a la sociedad uruguaya. Estamos hablando de una reforma solidaria, que genera sostenibilidad en el mediano y largo plazo para un sistema cuyas características estaban en situación de riesgo por razones incluso demográficas. En cuanto a los datos en materia de empleo y de salario tuvimos resultados positivos: Uruguay termina el 2023 con más empleo y con mejores salarios. Nosotros tomamos el ministerio con una tendencia negativa en materia de empleo. Luego tuvimos el impacto de la pandemia, que agravó el problema, y hoy cerramos el 2023 con datos que son mejores en comparación con 2016, y con una informalidad más baja que los últimos tres años del gobierno anterior.

-Si bien se ha marcado una recuperación y los datos que se recogen son positivos, Uruguay cuenta con una alta tasa de informalidad que, según datos del INE, en el 2023 se observó un aumento en comparación con el 2022. Es más, en los datos que el Ministerio proporcionó, hubo un incremento de dos puntos. ¿Qué perspectivas se tiene desde el MTSS al respecto?

-Espero que se mantenga esta situación. En los tres años previos a la pandemia estábamos en un 25% de informalidad. Cuando llegó la pandemia, en el mundo entero cayó la informalidad. Pero no porque se haya formalizado, sino porque el informal se fue para la casa. Entonces, esa baja de la informalidad fue ficticia en el mundo. Cuando volvió el funcionamiento normal, en el mundo entero las tasas de informalidad volvieron a los niveles prepandemia. Y eso se debió al hecho de que cuando las papas queman la formalidad es un refugio, y eso se valorizó. Yo creo que mucha gente hizo el esfuerzo de formalizarse. Ahora, en la medida que esto aumenta, porque también la tasa de actividad ha crecido por encima del 2019, también empieza a aumentar otra vez el componente de informalidad. Eso explica que en el 2023 hayamos tenido un aumento que ubica hoy la informalidad entre el 21% y el 22%. Si el mercado de empleo creciera más habrá que ver, porque depende cómo crezca. Si crece por el incremento de empleo formal, vamos a tener una baja informalidad. Si no, puede aumentar.

-Usted hablaba de la importancia de la reforma de la seguridad social. ¿Qué pasa con el resto de las cajas? Porque hay soluciones que no parece que sean las de fondo.

-Acá tenemos tres situaciones. Por un lado, la Caja Notarial, que es mucho más pequeña, que tuvo una reforma en el 2018 y que está hoy en una situación de razonable equilibrio. Después están las dos cajas que tenían un grave problema preexistente. En el caso de la Caja Bancaria, se pudo acordar por unanimidad en el Parlamento un camino de salida, que es una solución donde todos los actores pusieron un poco: trabajadores, empleadores y Estado. Hicimos un acuerdo entre las partes y resolvimos el problema y además se votó por unanimidad. Y el otro problema que nos quedó pendiente es la Caja de Profesionales. Hay dos partidos políticos que son totalmente responsables de no haber resuelto el problema de la Caja de Profesionales, que son el Frente Amplio y Cabildo Abierto. Esos dos partidos negaron sus votos para una salida que hubiera sido una solución de corto y mediano plazo. ¿Esto significa que la Caja de Profesionales corre riesgo? La realidad es que está en una situación débil, pero la vamos a sostener y tenemos la expectativa de que en el nuevo gobierno se vote un proyecto de ley similar al que esta vez no tuvo mayoría. El mensaje claro a todos los profesionales es que no se preocupen, la Caja de Profesionales va a seguir existiendo y va a haber una solución.

-Usted ha apuntado en distintas ocasiones hacia la productividad como un factor fundamental para lo que es el crecimiento del empleo y de los salarios. ¿Qué considera que falta hacer en este apartado?

-Los especialistas dicen que si nosotros queremos que el empleo y el salario sigan creciendo como parte de un círculo virtuoso, y que no llegue a un punto, como pasó en 2015, en donde había un dilema entre la continuidad del crecimiento del empleo y la continuidad de crecimiento del salario, la única forma es dar un salto de productividad. Hay que generar acuerdos que permitan un crecimiento de la productividad. Se puede hacer a nivel general. Yo creo que más bien es un tema por rama o incluso por empresa, pero hay que avanzar en esos acuerdos, porque el Uruguay ha tenido un crecimiento muy raleado de productividad. En el gobierno del FA, en determinado momento, se ataron las cláusulas de productividad a la negociación colectiva de los salarios. Eso no tuvo éxito y no fueron contempladas esas cláusulas. Yo creo que hay que separarlo, por eso esperamos que terminara la ronda, y ahora instalamos un grupo de trabajo. Porque después puede atarse al salario, pero hay que discutirlo como un tema y una exigencia en sí. La mejora de la productividad es posible, depende de las características de cada sector, pero se puede hacer. Y eso es lo que va a dar garantía de aumento del empleo y del salario.

-¿Usted ve interés de las partes? Porque a veces uno se queda con la sensación de que no lo hay.

-Yo creo que hay interés. Tuvimos una buena jornada a fin de año, donde el PIT-CNT y las cámaras hicieron sus exposiciones y nosotros también. Quedó claro que había enfoques distintos, pero las dos partes reconocieron que era muy importante la productividad. De parte de los trabajadores, la miran más como una oportunidad de reducción de la jornada laboral. De parte de los empleadores, la miran más como un aumento de la rentabilidad. El aumento de rentabilidad es indispensable para cualquiera de las soluciones que se quieran tomar. Si no hay mayor rentabilidad es impensable que haya una reducción de horas de trabajo, porque además la rentabilidad es necesaria para que la calidad del trabajo sea mejor. Entonces, yo creo que no es que haya una postura negativa, sino cierto temor a lo nuevo. 

-PedidosYa recientemente fue noticia por el despido de 250 empleados, lo que abrió la discusión a nivel mediático y político sobre las condiciones laborales de quienes trabajan en estas plataformas multinacionales. ¿Cómo se contemplan estas multinacionales en la regulación del país?

-Los trabajadores despedidos de PedidosYa eran colaboradores. Esto quiere decir que no tienen la modalidad de trabajo dependiente, sino que son unipersonales que facturan. Este es un tema que nosotros detectamos desde el principio de esta gestión y presentamos un proyecto de ley que enviamos al Parlamento hace dos años, dado que para el trabajador independiente y que trabaja en una plataforma hay derechos que la legislación actual no incluye. Por ahora el Parlamento no ha tratado el tema y yo diría que esta es una asignatura pendiente. Nosotros queremos que el Parlamento vote el proyecto de ley, como hay en Chile y como hay en España, donde a pesar de que el trabajador tiene la forma de una unipersonal que factura, en realidad se le reconoce una situación similar a la de dependencia, con algunas diferencias. Porque, en definitiva, uno tiene que asegurarle que hay ciertas protecciones de derechos que se cumplen. Tenemos la expectativa de que este año, incluso a través de que este asunto de PedidosYa pone el tema arriba de la mesa, pueda adquirir dinamismo y se vote. La tecnología va a ir indicando qué otros campos de actividad puedan ser objeto de ese tipo de modalidad de relación laboral. Nosotros tenemos que asumir que la vida laboral está en un momento de enorme dinamismo. 

-¿Se está mirando lo que hacen otros países en cuanto a legislación con este tipo de empresas?

-Sin duda, y cuando elaboramos el proyecto de ley, lo hicimos mirando lo que había en el mundo. España, Chile, y otros países fueron una referencia de Derecho Comparado para elaborar el proyecto de Ley. La verdad que después vino todo el tema de la reforma de la Seguridad Social, de otras urgencias vinculadas con las rondas de Consejos de Salarios… Lo cierto es que el Parlamento no avanzó como nosotros queríamos que lo hiciera. Y ahora creo que este episodio lo que puede hacer es generar el dínamo para que se discuta y se pueda convertir en ley.

-De las observaciones que la OIT ha hecho hincapié en los últimos años, la única que resta por abordar es la propuesta de que los Consejos de Salarios se desarrollen de forma bipartita y que el rol del Estado sea simplemente el de fijar los salarios mínimos. ¿Qué opinión tiene al respecto?

-Nosotros éramos plenamente conscientes de esto. Primero de que había que levantar las observaciones y segundo de que había una observación en particular que iba a ser muy compleja, que es la recomendación de que las discusiones se den de forma bipartita. Más allá de que esto es un tema laudado en la OIT, yo no comparto la idea de que el Estado no tenga que participar en el conjunto de las negociaciones salariales. Entre otras cosas porque la política salarial es una de las variables de la política económica, y quedar totalmente por fuera no es una buena opción desde el punto de vista de las buenas prácticas del gobierno. Pero yo no voy a ponerme a pelear con la OIT sobre eso, simplemente es algo que está pendiente. Las organizaciones empresariales reclaman y también la historia ha demostrado en estos últimos años que la presencia del Estado en la negociación salarial ha sido positiva para las dos partes, no solo para los trabajadores, sino también para las empresas. 

-¿Qué lectura hace del plebiscito del PIT-CNT? Según datos de Factum, el 61% del electorado estaría dispuesto a firmar. ¿Cuáles son las consecuencias de eso? 

-El plebiscito del PIT-CNT busca encaminar al Uruguay por el rumbo que transitó Argentina en los últimos años. Lo que está proponiendo la reforma del PIT-CNT es lo mismo que sólo Argentina en el mundo hizo, que fue quedarse con los ahorros de las personas que son a título individual, y que son cuentas personales que cada uruguayo tiene. El único país que lo hizo fue Argentina y le fue horrible. Uruguay hoy está en términos de sistema de seguridad social con posición 15 en el mundo en cuanto a calidad, y Argentina está último. El camino que está proponiendo el PIT-CNT es ruinoso desde el punto de vista de la sostenibilidad financiera del sistema. Además, los estudios dicen que los aportes patronales y de los trabajadores a la seguridad social van a tener que duplicarse para financiar un régimen que tenga como tope los 60 años para el retiro. Si a eso le agregas que se confiscan los ahorros personales, yo creo que es una catástrofe. Por eso creo que no hay que esperar a ver si juntan las firmas o no. Hay que decir las cosas como son 


“La oposición no tiene capacidad de gobierno hacia adelante”

-¿Cómo ve el papel de la coalición para la próxima campaña? ¿Considera que habrá el mismo clima que hubo en la pasada campaña entre sus integrantes?

-Si se me preguntaba esto hace un año y medio diría que la coalición debería firmar un nuevo compromiso por el país. Ahora, antes de empezar la campaña eso es imposible, porque los niveles de rispidez que ha habido con algunos de los socios lo hacen imposible. Además, cuando uno entra en competencia, cada uno busca diferenciarse. Yo creo que la coalición debe proyectarse y que en el fondo el gran dilema del Uruguay en la elección de este año es entre una continuidad con cambios, pero manteniéndose en la misma dirección, o el trancazo del lado del FA, donde veo la falta de propuestas y la falta de ideas. Algo que me sorprende mucho es que el FA esté en contra de la reforma de la seguridad social. Porque todos sabemos que dentro del FA no hubo ni habrá un acuerdo, porque tienen posiciones distintas. Esto ha llegado al punto de que hay dos candidatos que están promoviendo una reforma que sería una catástrofe para el país, y otros dos que dicen que no hay que votar la reforma. El problema es que la oposición no tiene capacidad de gobierno hacia adelante. Tiene capacidad de trancazo, tiene capacidad de cuestionar y de generar críticas. Entonces, nosotros estamos claramente en la línea de que este rumbo tiene que continuar, porque hay muchas cosas pendientes. 


“Voy a abandonar el Ministerio de Trabajo para ser candidato por el Partido Independiente”

En lo personal, ¿qué va a hacer usted este año?

Soy el candidato del Partido Independiente a la Presidencia y al Senado, y defiendo la idea de mantener el rumbo, de que el Uruguay necesita un gobierno que mantenga, en líneas generales, la línea de trabajo que se ha generado en estos años. Eso significa que todavía la fecha concreta no la tenemos definida con el presidente, pero significa que yo voy a abandonar el Ministerio de Trabajo para ser candidato por el Partido Independiente. Y eso tiene que ser antes de las internas. El partido va a participar en las internas, como es obligatorio, a pesar de que, como no tenemos competencia para la candidatura presidencial, yo me puedo retirar un poquito después.