Garcé: “Lacalle ha sostenido la coalición a pesar de las tensiones y algunas crisis en el gabinete”

Foto: Diego Battiste

Adolfo “Fito” Garcé, politólogo e investigador del Instituto de Ciencia Política (Udelar)

Una interesante disputa marcada por “buenas candidaturas” en el Frente Amplio (FA) y en el Partido Nacional (PN) son los elementos que destacó en relación con las elecciones primarias el reconocido politólogo Adolfo Garcé. En otra sintonía, subrayó que estamos frente a un Partido Colorado (PC) que “prácticamente solo tiene preguntas”, y un Cabildo Abierto (CA) que, sin competencia interna, deja la duda de qué sucederá con su caudal electoral, luego de comportamientos con los que “se ha alejado de los votantes de la coalición”.

-A pesar de haber atravesado momentos críticos, no solo en materia de opinión pública, sino también por disputas con los mismos socios de la coalición, la aprobación del presidente se mantiene en cifras que se aproximan al 50%, más específicamente en un 48%, según el último estudio presentado por parte de la consultora Cifra. ¿A qué se debe?

-Mi impresión es que en este gobierno está pasando lo que suele pasar en todos los gobiernos, en la primera etapa del mandato tuvo una luna de miel, en este caso fue más intensa y más prolongada por el buen manejo de la pandemia. Después tuvo un tercer año muy difícil, como suele ser, en este caso en 2022. Fue el fin de la luna de miel y el comienzo de los reclamos que siempre aparecen. El gobierno sufrió la puesta en marcha de la transformación educativa, la parte más intensa de las negociaciones por la reforma de la seguridad social, y eso se notó en las encuestas. A las reformas que están en curso, se les sumaron dos o tres escándalos de proporciones, donde el más importante fue el de Astesiano. No digo que ahora el gobierno dejó de sufrir, pero para mi gusto ya atravesó el peor momento. Nos vamos acercando al año electoral y ya empieza a poder mostrar algunos logros, el caso de la reforma de la seguridad social es emblemático en ese sentido. Además, Lacalle ha sostenido la coalición a pesar de las tensiones y algunas crisis en la integración del gabinete. También ha logrado, en términos generales, orientar la agenda del gobierno en el sentido de lo prometido durante la campaña electoral, eso se refleja en que buena parte de los electores que lo prefirieron en el balotaje lo siguen respaldando.

-¿Qué análisis hace de las internas del PN? ¿Es previsible que se siga afianzando la diferencia a favor de Álvaro Delgado o se puede creer en la posibilidad de un escenario más competitivo con Laura Raffo?

-Si algo nos enseñó el PN a lo largo de estos años es lo difícil que es saber lo que pasará en sus primarias. En agosto del 2008 parecía seguro que Larrañaga iba a ser el candidato, pero menos de un año después, Lacalle Herrera lo había vencido. Larrañaga iba a ser para todos el candidato del PN en 2014, no había dos opiniones, pero en la recta final Lacalle Pou le ganó. Entonces, hay que ser extremadamente cuidadoso con los pronósticos de esta interna y más en mi caso que no estoy haciendo encuestas. Lo único que puedo decir es que va a haber una competencia muy especial entre un bloque muy potente liderado por Álvaro Delgado y otro bloque muy interesante, con una muy buena candidata, Laura Raffo. También se suma la incertidumbre de si habrá o no una tercera candidatura, se trata de algo que todavía está por verse. Hay que ver qué pasará con figuras muy importantes como la vicepresidenta Beatriz Argimón, el senador Gandini, el ministro Javier García, algunos intendentes, todavía hay jugadores importantes que no han terminado de explicitar para dónde van.

-¿Qué repercusión puede tener de cara a las internas del FA este papel que ha tomado Carolina Cosse como fuerte opositora?

-En el FA se da una situación parecida a la del PN, también va a haber una competencia muy interesante entre dos buenas candidaturas. Así como no puedo dar por cerrada la primaria del PN, no puedo dar por cerrada la primaria del FA. A lo largo de los últimos meses ha quedado claro que Yamandú Orsi tiene un poco más de apoyo que Carolina Cosse, pero todavía falta muchísimo. Advierto una tendencia al fortalecimiento de Cosse vinculado a su perfil confrontativo ante el gobierno, lo que es clave ya que estamos en tiempos de polarización, de enojos, de emociones. La manera de hacer política de Cosse, hasta su gestualidad, sintoniza bien con una parte muy importante del electorado frenteamplista. Se trata del electorado que está más molesto, más incómodo, más enojado con el gobierno. Orsi en todo caso tiene un gran desafío, porque parece ser un muy buen candidato para ganar el balotaje, porque es menos confrontativo, más centrista, más dialoguista, pero eso no necesariamente lo transforma en el mejor candidato para ganar la primaria, dado este clima de crispación en una parte del electorado.

-Dentro de las dudas generadas en torno a quiénes competirán en las internas del PC, en términos generales, ¿qué análisis hace? Pensando en su capital político, ¿qué puede significar la vuelta de Pedro Bordaberry? 

-En el caso del PC solo sabemos que Acosta y Lara quiere ser candidato, en estos días trascendió que Gabriel Gurméndez probablemente también lo sea y después no sabemos nada más. Sabemos que Ciudadanos probablemente tenga su propio precandidato, no sabemos quién es, si Robert Silva o Adrián Peña, mucho menos sabemos qué va a pasar con Pedro Bordaberry. Tampoco sabemos qué va a hacer el ala sanguinettista del batllismo, no sabemos si va a tener su propio candidato o quién va a ser. En el caso del PC tenemos prácticamente solo preguntas. Está claro que el partido tiene un gran capital político en Pedro Bordaberry, pero pasa el tiempo y no se sabe qué va a pasar con él, solamente hay que seguir esperando. Una vez que la oferta esté definida, habrá que ver qué chance tiene el partido de achicar la distancia que viene teniendo hace años con los blancos.

-CA no tiene disputa interna. Teniendo en cuenta la tensión que ha mantenido con el resto de la coalición, ¿la falta de un escenario competitivo de debate y presentación de ideas lo debilita? ¿Qué debe hacer CA mientras los otros compiten?

-Tener una interna atractiva ayuda, ni hablar. CA no va a tener una competencia por la candidatura presidencial, entonces, los micrófonos de los periodistas y las luces de la opinión pública van a estar puestos en otro lado. CA probablemente pase un poco más desapercibido en la elección primaria, la gran pregunta es qué va a pasar en octubre, porque tampoco la elección primaria es un buen predictor. De hecho, algo de esto ocurrió hace cuatro años, cuando sacó 50.000 votos en la primaria y después en la nacional sacó 300.000. La gran pregunta es si lo que ha hecho a lo largo de estos años -formar parte de la coalición, pero tensar la cuerda cada vez que lo creyó necesario, sus creencias y su ideología, los conflictos fuertes con los demás socios- va a tener consecuencias en términos electorales. Tenemos que ser muy cautos, tengo mis dudas, si tuviera que arriesgar diría que no creo que su comportamiento lo beneficie, se ha alejado mucho de los votantes de la coalición.


En lo electoral, ¿hay efecto contagio?


-Pensando en las internas, pero fundamentalmente mirando más allá, ¿puede influir en alguna medida el resultado de las elecciones en Argentina?

-No conozco investigaciones que digan que hay algo así como difusión de comportamientos electorales. Lo que es muy frecuente es que lo que pasa en un país influya en otro. Por ejemplo, si un país adopta una política económica determinada y le va bien, es probable que el país vecino, si tiene un problema semejante, trate de hacer lo mismo. Esto es habitual, bastante conocido en políticas públicas, se trata de procesos de difusión que ocurren frecuentemente. Volviendo a lo electoral, por ejemplo, sí pudo incidir el triunfo de Lula da Silva en 2002 en el triunfo de Tabaré Vázquez en 2004. Esto estuvo vinculado a que parte de la opinión pública tenía dudas respecto a qué podía pasar con un presidente de izquierda, y lo sucedido con Lula constituyó un factor más para decidirse a votar por la izquierda en Uruguay. Puede pasar, pero no está demostrado, si tuviera que arriesgar algo diría que no creo que incida mucho.