Abdala: “Reincorporamos una unidad de control financiero que de forma inexplicable había sido eliminada por la administración anterior”

Pablo Abdala, presidente del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU)

La atención de niños y adolescentes muchas veces se plantea como la solución anticipada de problemas futuros. Recientemente, en ese sentido, ha sido la reforma de la educación la cuestión que ha llevado nuevamente a poner sobre la mesa esta visión. Sin embargo, estas franjas demográficas enfrentan otras necesidades de atención aún más básicas, de las que se encarga INAU. Una de ellas es el derecho a tener una familia y es aquí, entre otros factores, donde la actual gestión destaca haber tenido mejores resultados. “2021 y 2022 fueron los dos años de más registros de adopciones de la historia del INAU”, resaltó su presidente.


-¿Qué balance hace de su gestión hasta el momento?

-Estamos conformes con el rumbo que lleva nuestra gestión, durante estos más de tres años el INAU se ha expandido en el territorio y ha desarrollado nuevos dispositivos. Por un lado, en lo que concierne a los centros CAIF y a la primera infancia, ha habido una gran expansión partiendo de la prioridad que el Poder Ejecutivo marcó en la Rendición de Cuentas del 2021. En ese sentido, estamos haciendo llegar un informe al Parlamento según el cual el año pasado se incrementaron más de 3.000 cupos en la ampliación de los centros de primera infancia. Esto se llevó adelante tanto por la vía de generación de cupos, como por la transformación de los centros al transitar de un régimen de atención de cuatro horas a uno de ocho. Lo mismo con relación a los clubes de niños, en los cuales durante esta administración ha tenido lugar la apertura de más de 12 nuevos, con más de 1.000 cupos. Otro tanto puede señalarse con relación a la adolescencia, específicamente, con los centros juveniles. En este caso estamos hablando de 25 proyectos nuevos, los cuales representan más de 1.500 cupos de ampliación.


-Todo esto que me menciona tiene que ver con cuidados de tiempo parcial. ¿También se han logrado avances en lo que refiere a las responsabilidades de tiempo completo?

-En el área de tiempo completo, en lo que refiere al amparo, a los hogares y a las residencias, también hemos generado nuevas plazas y hemos impulsado nuevos proyectos. Se puede mencionar, por ejemplo, la creación de seis nuevos Centros de Acogimiento y Fortalecimiento Familiar (CAFF). Estos se distribuyeron dos en Montevideo, uno en Pando, uno en Young, uno en Rocha y otro en Bella Unión. Cuatro ya están funcionando y dos están en proceso de apertura.


-¿Cuál es el panorama con respecto a las adopciones?

-En el régimen de las adopciones se ha producido un avance con todos los cambios que se han venido procesando. Los mismos se reflejaron en que 2021 y 2022 fueron los dos años de más registros de adopciones de la historia del INAU. Fueron 151 en el 2022, 125 en el 2021, y la tendencia para el 2023 parece indicar la confirmación de este buen suceso.


-¿Qué valoración hace del impacto de los cambios generados por la LUC en el proceso de adopción?
-Fueron muy positivos y marcaron un hito, representaron una modificación al régimen que desencadenó un proceso virtuoso. La ley por sí misma no iba a producir los buenos resultados, pero sí estableció un nuevo marco y nuevas pautas a las cuales hubo que adaptarse. En definitiva, lo que se ha obtenido es un equilibrio entre la eficiencia y las garantías. Las garantías en materia de adopción son indispensables porque cualquier decisión que se tome con relación a la integración de un niño a una familia tiene que tener sustento técnico. Pero, por otra parte, los tiempos terminan siendo relevantes y en cierto punto afectando las propias garantías. Cuando nosotros asumimos, la valoración de las familias tomaba entre tres y cuatro años, había un atraso que, a partir de los cambios de la LUC y de la gestión, se superó. Hoy se cumple, como estableció la ley, con el plazo máximo de 18 meses para la valoración de las familias.


-Se lanzó la campaña de adopciones “Su futuro depende de tu amor”, que consta de informar a la población respecto a la importancia de la adopción de niños mayores de cinco años. ¿Cuál es la situación de estos niños?

-A pesar de la nueva realidad en la que nos encontramos, nuestro país exhibe una debilidad que no es nueva. Esta tiene que ver con que los niños cuando cumplen los cinco años, cuando traspasan el umbral de la primera infancia, pierden en gran medida las posibilidades de ser dados en adopción. Esto es por una razón muy sencilla y es que las familias adoptivas aspiran a incorporar niños pequeños o recién nacidos, en la franja de cero a cuatro.


-¿Qué se plantea con esta campaña?

-Lo que nos planteamos es el desafío de sensibilizar y desarrollar una estrategia para persuadir a las familias de que no descarten de antemano la posibilidad de incorporar niños mayores. Lo hacemos por distintas razones, en primer lugar, por la constatación del hecho que ya mencioné, lo que los limita a poder acceder a un derecho humano fundamental, que es el derecho a vivir en familia. Sin embargo, lo que también INAU ha constatado y ha acumulado como evidencia, es que cuando las adopciones de niños más grandes se concretan, los procesos terminan siendo muy exitosos. Lo que queremos transmitir es que la evidencia indica que cuando los procesos de adopción recaen en niños más grandes, terminan siendo tan exitosos como los otros. Los niños, por más que ya tengan más conciencia de su realidad como ocurriría con cualquier ser humano, tienen un deseo y una necesidad natural de incorporarse a una familia, de vivir y de crecer en una familia.


-Esta campaña dio inicio en octubre del año pasado. ¿Ya se visualizan resultados?

-Es prematuro para hablar de resultados y mucho menos para hablar de una tendencia, no podemos perder la seriedad. Sin embargo, debe decirse que en los números del año 2023 pareciera empezar a reflejarse incipientemente una mejora estadística en cuanto a la incorporación de niños de más de cinco años, fundamentalmente los que están en la franja de cinco a 10. Veremos si esto se confirma el resto del año y si eventualmente por esta vía podemos llegar a concretar una nueva realidad. Por supuesto, es un camino muy largo que hemos iniciado y que después tendrán que seguir las futuras administraciones. Tenemos que generar entre todos una nueva cultura a través de informar bien y de transmitir toda la evidencia a las familias y a las personas que están vinculadas al sistema de adopción.


-Al inicio de la gestión, auditorías revelaron faltantes y debilidades en los controles a ONG. ¿Se ha mejorado en este aspecto? ¿Cómo se está trabajando en este campo?

-Se ha venido cumpliendo un gran ordenamiento. Efectivamente, nosotros en eso encontramos una gran debilidad, muchos atrasos en la gestión, en el control de las rendiciones de cuentas de los distintos proyectos. No hay que olvidar que INAU desarrolla su actividad en forma directa en algunos proyectos, pero tiene un campo muy amplio de trabajo con las organizaciones sociales donde hay, en términos aproximados, cerca de 900 convenios con la sociedad civil.


-¿Qué presupuesto es el que se destina a estas organizaciones?

-INAU tiene un presupuesto muy significativo, es el quinto en cuanto a asignación en el Presupuesto Nacional. Estamos hablando de un presupuesto que el año pasado fue de $ 18.000 millones, más de US$ 400 millones, cuya mitad se destina al financiamiento de los convenios con la sociedad civil. Esto habla a las claras de la enorme estructura y de la gran escala que representa la gestión de los servicios por convenio.


-Hablaba de que se ha llevado adelante un ordenamiento. ¿Cuáles han sido las claves del mismo?
-El directorio reincorporó, a los efectos de controlar, una unidad que había existido históricamente, pero que de forma inexplicable había sido eliminada por la administración anterior. Se trata de la Unidad de Contralor Financiero Contable de Convenios, la cual ha venido realizando un gran trabajo según el cual se aplica el reglamento estrictamente. Cuando se producen atrasos en las rendiciones de cuentas se activan los distintos mecanismos para regularizar esa situación. Todo eso ha conducido a una situación saludable, ordenada y de buena administración. Por supuesto, surgen inconvenientes y dificultades, pero hay un sistema que funciona, donde la intervención siempre es temprana y oportuna.


-Se celebraron los 35 años del Plan CAIF. ¿Qué análisis hace de su impacto en la sociedad uruguaya?
-La celebración de los 35 años del Plan CAIF es la celebración de un éxito y de una gran obra que hemos construido todos los uruguayos. Implicó la resolución a tiempo, antes que otros países supuestamente más avanzados, de la cuestión de la primera infancia. En el país se generó un consenso y se entendió muy rápidamente la importancia de invertir y de atender la primera infancia de manera integral. En esa etapa de la vida es mucho lo que se juega, los niños y las niñas que empiezan su vida están definiendo aspectos centrales de su personalidad y esto es sin retorno posible. Aspectos que hacen a lo emocional, lo cognitivo, lo neurológico, es decir, a la propia conformación de la personalidad en general. Resulta indispensable en el marco de las políticas de primera infancia darles a esos niños la protección y al mismo tiempo la oportunidad de que puedan crecer en ámbitos saludables. Se ha tenido un proceso de acumulación permanente a través de los distintos gobiernos, por eso yo siempre digo que es un éxito de la democracia. Esto empezó en el primer gobierno democrático que lo presidió el Dr. Sanguinetti y los gobiernos de todos los partidos no solo ratificaron esta política, sino que avanzaron en ella y la profundizaron.


-¿Y cuál es su implicancia en la actualidad?

-En esta etapa de la vida del país nuestra administración no podía ser excepción en cuanto a ese avance sostenido. El gobierno actual no se conformó con el crecimiento inercial de la política, dispuso un refuerzo presupuestario específico para estos fines. En la Rendición de Cuentas del 2021 se destinaron US$ 50 millones para la atención a la primera infancia, de los cuales una parte la gestiona el Mides y otra parte el INAU a través del Plan CAIF. La inversión en primera infancia es la inversión social con la tasa más alta de retorno. No solo hay una cuestión de derechos, sino también una inversión en términos de generar una sociedad mejor, de apostar a una convivencia más armónica. El CAIF es la atención y el seguimiento del niño en su entorno familiar y comunitario. Es sin duda una alternativa igualadora, creo que es un elemento que permite el acceso a los beneficios y al bienestar de las familias con carácter general.


-Pensando en el futuro, ¿queda mucho por hacer?

-Por supuesto que queda mucho por hacer, el esfuerzo que el Poder Ejecutivo planteó en el 2021 parte de una constatación de que hay un bolsón de niños y de familias que no concurren a centros educativos. Se estimó en el año 2021 en unos 35.000 niños, particularmente de los quintiles más desfavorecidos, los quintiles uno y dos desde el punto de vista de la distribución del ingreso. Este esfuerzo que se está haciendo apunta fundamentalmente a esos sectores que hoy están por fuera del sistema.


Una denuncia pública que encendió las alarmas

-La militante nacionalista Romina Celeste publicó un video en el que una niña señala haber sufrido violencia en instalaciones del INAU, más específicamente, por parte de educadores del programa Germina. Según publicó Montevideo Portal, esta denuncia pública fue tomada por INAU y se está investigando. ¿Esto es así?

-Nosotros no tenemos ninguna denuncia de esas características. Exhortamos a que quienes tengan datos referidos a eventuales situaciones de irregularidades de derechos de niños en el ámbito del INAU formulen las denuncias inmediatamente. Es legítimo publicar o denunciar hechos a través de las redes sociales, pero pediría que se comuniquen con el INAU y que realicen las denuncias por las vías correspondientes. En este caso alcanza con llamar a la Línea Azul y plantear la información. Todas las denuncias que llegan al INAU se procesan. Vale la pena agregar que tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de plantear públicamente aspectos referidos a niños, me refiero a preservar su imagen, no revictimizarlos y procurar, como establece el Código del Niño, que no sufran vulneraciones en su derecho a la intimidad y de imagen.