Tras un segundo trimestre de estancamiento, la actividad del sector Comercio y Servicios registró una caída de 2,8% interanual durante el tercer trimestre del año, con contracciones generalizadas tanto a nivel de rubros, como de empresas, según el informe elaborado por la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (CCSUy). La economista de la gremial, Ana Laura Fernández, aseguró que los datos sorprendieron de forma negativa, y que el sector atraviesa por “una fase desafiante” con problemas “de tipo estructural”. “No vemos vientos a favor que vengan ni de la región ni del ámbito internacional”, lamentó.
Según el informe publicado por la CCSUy, la actividad se contrajo de manera incluso más pronunciada que el trimestre anterior (-0,1%). Ana Laura Fernández, jefa del Departamento de Estudios Económicos y Comercio Internacional de la Cámara, comentó a CRÓNICAS que los resultados los “sorprenden en cierta forma”, puesto que a pesar de que ya se atravesaba por un segundo trimestre con una situación de estancamiento, “el escenario de menor actividad se profundizó durante este tercer trimestre”.
La contracción fue generalizada. De los 20 rubros que comprende el informe, 13 vieron disminuida su actividad. Esto se percibe incluso si se desagrega a nivel de tamaño de las empresas: las micro y las pequeñas continúan con su caída, pero las grandes que en el período anterior estaban en alza, ahora también mostraron una contracción.
La entidad también advirtió de varios rubros que desde hace por lo menos tres trimestres vienen en caída, como el de electrodomésticos, ópticas, librerías y cuidado personal.
Si se divide el país en regiones, se observa que todas ellas vieron un declive con respecto al trimestre anterior, salvo la región Costa, que comprende a los departamentos de Maldonado, Colonia, Canelones, San José y Rocha. La situación es particularmente desfavorable para las regiones Litoral y Noreste, que ya vieron dos trimestres consecutivos de caída en sus ventas, en el caso del Litoral de un -6,8%.
Para Fernández, la situación en parte se explica por la diferencia cambiaria con Argentina y la elevada inflación del país vecino. Señaló que algunos de los rubros que se ven más afectados son los de cuidado personal, minimercados y supermercados, en los que “hay un corrimiento del consumo” por parte de los uruguayos.
De acuerdo al sondeo de la CCSU, el 58% de las empresas consultadas consideran que la situación de precios desfavorables para Uruguay con respecto a Argentina está “afectando el desarrollo de su negocio” de forma negativa.
Turismo
En lo que respecta al sector turístico, el impacto del escenario económico de la vecina orilla también está presente. Dentro de este sector “ocho de cada diez empresas esperan un escenario similar o peor para el próximo período”, informó Fernández, con lo cual “las proyecciones de cara a la temporada turística no son optimistas”.
Fernández también agregó que la comparación de los números respecto a la llegada de turistas “claramente tampoco nos permite proyectar un cambio favorable hacia la temporada turística”, ya que “algunas estimaciones hablan de un ingreso de turistas incluso menor al del año anterior”.
La economista remarcó que un factor clave no es sólo el hecho de que los uruguayos opten por hacer turismo en Argentina por los bajos precios, sino también que “la situación económica hace una menor disposición de los argentinos para venir a veranear a Uruguay”.
A su vez, expresó que a pesar de los ajustes al salario real, que “están por encima de la inflación”, ese consumo privado “en gran parte se está corriendo hacia el exterior”, y “no sólo a Argentina, sino también a Brasil y otras partes del mundo”, dado que “Uruguay hoy está caro frente a todos los principales socios comerciales”.
Fernández aclaró que el estancamiento no se explica únicamente por la particularidad que vivimos hoy como región, expresó que “la economía viene creciendo poco”, también debido a “otros factores, como la sequía, que han impactado fuertemente al sector agroexportador y a la comercialización de los bienes de comercio minorista”.
La economista reflexionó que el sector comercial y de servicios “está atravesando una fase desafiante”, que además tiene el aditivo de ser “de tipo estructural”, ya que “a diferencia de otras veces, en esta ocasión la situación se prolonga en el tiempo”. “No vemos vientos a favor que vengan ni de la región ni a nivel internacional”, lamentó.