Bajar la inflación, poner objetivos de deuda de mediano plazo, y no subir impuestos son lineamientos que propone el CED para mejorar la economía

Ante un panorama electoral incierto

El Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) realizó en el Hyatt Centric Montevideo su tradicional almuerzo en el que presenta un análisis de la coyuntura económica y política en el Uruguay. Esta edición, además, tiene la relevancia de celebrarse en año electoral. Durante la primera mitad de la instancia, el presidente del CED, Hernán Bonilla, presentó el panorama económico, y luego el director de Equipos Consultores, Ignacio Zuasnábar, introdujo la perspectiva política.

La economía

Con respecto al panorama económico del país de cara al futuro, Bonilla explicó que se espera que Uruguay rebote luego del relativo estancamiento que supuso la sequía. Esto estaría colocando el crecimiento estimado para este año alrededor del 4%, comparado con el del año anterior, que no superó el 1%. Durante el año 2023 se crearon unos 40.000 empleos, y el salario real aumentó un 3,7%.

En lo que respecta a la inflación, el CED estimó para fines de este año un 5,5% anual, que “es algo muy positivo, porque salimos de la zona de confort que veníamos desde hacía tiempo del 8%”, comentó Bonilla. El economista destacó el hecho de que la regla fiscal se viene cumpliendo, pero advirtió que “para poder consolidarla del todo es importante que pueda cumplirse durante este año electoral”, ya que “históricamente durante años electorales se gasta mucho”.

Otro aspecto en que se concentró el experto fueron los altos costos que supone vivir en Uruguay. Nuestro país, explicó, se encuentra aprisionado en la llamada “trampa del ingreso medio”. Esto significa que por un lado nos cuesta captar inversiones porque la mano de obra no es tan barata como en países de menores recursos, pero a su vez nos cuesta captarlas porque nuestra economía no es lo suficientemente sofisticada ni productiva como la de países más desarrollados.

El economista diagnosticó que, para salir de la trampa, Uruguay debe descender un escalón más en la tasa de inflación, es decir apuntar a mantenerla entre un 2% y un 4% anual, debe incorporar un objetivo de deuda de mediano plazo, y un “mayor compromiso por parte de los candidatos” de no subir los impuestos. “Lo ideal sería bajarlos, pero dado el contexto internacional, nos conformamos con una promesa de no subirlos”, comentó.

El CED postuló varios lineamientos que recomienda para mejorar la situación económica del país, y que además ya han presentado a todos los candidatos presidenciales. El economista señaló que a nivel burocrático existen muchas trabas, como la duplicación de tarifas, que de eliminarse mejorarían la eficiencia del Estado. Además, Bonilla insistió en la falta de competencia que existe en algunos mercados en el país, como en alimentos y artículos de higiene personal.

En materia de regulación laboral, el CED instó a la promoción de esquemas más flexibles en lo que concierne a horas de trabajo, licencias, etc, y a la disminución en la brecha entre el costo que le implica a una empresa contratar a un trabajador, y lo que el trabajador percibe como salario. En Uruguay “ese costo es de alrededor del doble”, y para reducir la brecha “habría que reducir los aportes a la seguridad social”, según Bonilla.

En ese sentido, el economista se expresó en contra de la iniciativa de plebiscito del PIT-CNT para bajar la edad jubilatoria a 60 años de manera constitucional. “Retroceder en la reforma de seguridad social sería muy perjudicial, un desastre por donde se lo mire. No oí a ningún colega defender la propuesta”, sentenció.

Además, Bonilla habló de la importancia de continuar con los esfuerzos para una mayor apertura comercial en el escenario global. Expresó que la insistencia del TLC con China quizás no sea necesaria, y sugirió que quizás un encare más focalizado, como buscar la habilitación de exportación de garras de pollo a China.

En cuanto al precio de los commodities de la base exportadora uruguaya, el único producto que tiene una variación positiva con respecto al año pasado es el arroz, con 22%, mientras que la carne bovina, la soja, la celulosa y el petróleo tuvieron una variación negativa.

El escenario político

El sociólogo Ignacio Zuasnábar presentó un panorama electoral que “aún es incierto”, aunque “si las elecciones fueran hoy, el Frente Amplio (FA) tiene la ventaja”. La coalición de izquierda tuvo un ascenso de popularidad durante mediados de 2022, y hoy tiene una intención de voto de un 42%, comparado a un 27% del Partido Nacional (PN) y un 7% de los colorados (si sumamos los votantes de todos los partidos de coalición quedan en 38%).

La consultora también midió la percepción de la economía por parte del votante a lo largo del tiempo. En este sentido, la visión negativa durante la pandemia ha dado paso a una percepción más positiva de la economía, y durante la última medición fue la primera vez que se observó un mayor porcentaje de percepciones positivas que de negativas desde 2015.

La aprobación del presidente hoy se encuentra en un 49% de la población, un descenso de sus números iniciales del 65%. Durante la época de los casos de Astesiano y Marset fue cuando tuvo una disminución más notoria, alcanzando un 35%.

En lo que respecta a las internas, según Equipos Consultores, donde Zuasnábar es director, Orsi lidera la del FA con un 45%, seguido muy de cerca por Cosse con 44%, y Bergara tiene un apoyo del 7%. Dentro del Partido Nacional el panorama favorece a Álvaro Delgado, que tiene un 58% del apoyo, seguido de Laura Raffo con un 24%. En el caso del Partido Colorado el escenario está muy fragmentado por la amplia oferta de candidatos, pero quienes lideran la encuesta son Andrés Ojeda, con un 23%, Gustavo Zubía, con 22%, y Robert Silva, con 21%.

Consultados sobre el rumbo actual del país, quienes opinan que el mismo se desarrolla mucho actualmente son un 8%, quienes piensan que avanza lento pero seguro son un 31%, quienes lo ven de manera estable son un 24%, los que creen que está estancado son un 16, y quienes piensan que está en retroceso o decadencia suman un 21%. Zuasnábar señaló la importancia del balance en esta métrica. El sociólogo reflexionó que este es un año muy especial para la democracia, ya que más de la mitad de la población del mundo estará votando, y destacó la estabilidad del panorama político uruguayo si se lo contrasta con las opciones radicales que aparecen alrededor del mundo. “Hoy por hoy el votante medio uruguayo no está asustado de lo que podría pasar si gana el candidato que no votó”, y eso “me parece algo a destacar”, señaló.