Michele Santo, economista y master of arts en Economía de la Universidad de Chicago
Que detrás de las declaraciones de Orsi sobre la situación financiera de Ancap hay un ajuste fiscal “encubierto” y que la puja en la política salarial es uno de los “grandes problemas” que enfrenta el gobierno actual, son algunas de las valoraciones que Michele Santo realizó, en entrevista con CRÓNICAS, al respecto de los primeros meses de esta nueva administración. A su vez, destacó que la presión impositiva que tiene Uruguay es “altísima” y un factor que atenta contra la rentabilidad empresarial, algo que impide atraer inversiones extranjeras sin brindarles regímenes excepcionales.
-¿Cómo ha visto el inicio de este gobierno?
-En general, no ha habido grandes cambios con la instalación del nuevo gobierno. Es cierto que apenas han transcurrido dos meses y poco, y también es cierto que el escenario regional e internacional está con un elevado nivel de incertidumbre, con lo cual, una actitud de espera es bastante adecuada, más allá de que es difícil que se disipe en el muy corto plazo. Prácticamente no hubo anuncios de cambios importantes por parte del nuevo gobierno, está el problema de la Caja de Profesionales que ha sido lo más urgente a atacar en el corto plazo, además de algunas ideas generales que fueron más que nada expresión de deseos y la polémica al respecto de la fijación de los combustibles, pero no ha habido ninguna medida económica importante que signifique un cambio o un vuelco relevante. Quizás haya que esperar a que se presente la Ley de Presupuesto, para ver, en definitiva, hacia dónde rumbea el nuevo gobierno.
-Sin dudas el Presupuesto, al igual que la negociación salarial, serán dos grandes hitos que tendrá este primer año de gobierno de Orsi. Referido al apartado salarial, hay una puja entre quienes promueven un aumento del salario voluntarista y quienes apuestan a un incremento más cauto, que no erosione el empleo. ¿Qué cree que terminará ocurriendo?
-Sobre la puja en la política salarial, creo que es uno de los grandes problemas que enfrenta el gobierno actual. Claramente la visión en materia de política salarial y, sobre todo, la posibilidad de recuperación importante del salario, creo que es un punto donde no hay mucho encuentro entre el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS). El contexto negativo a nivel internacional, donde está inmerso Uruguay a raíz de la guerra comercial que ha desatado Estados Unidos y que ha traído una revisión a la baja importante del crecimiento esperado de la economía mundial por organismos internacionales como por la mayoría de los analistas, es una restricción bastante relevante y es uno de los puntos que hay que seguir con mucha atención. Lo mismo ocurre con la eventual expansión del gasto público que vaya a proponer el gobierno en el próximo presupuesto. Esos son dos elementos muy relevantes que, en un contexto internacional muy deteriorado, pueden complicar sobremanera la marcha de la economía uruguaya en los próximos trimestres.
-Gabriel Oddone dijo que se necesitarán US$ 12.000 millones de inversión extranjera, una inversión anual del 20% de su Producto Interno Bruto (PIB) para atender las demandas sociales que tiene la población uruguaya. ¿Ve viable que eso se materialice en este período? ¿Están dadas las condiciones para atraer ese caudal de inversiones?
-No, lamentablemente no están dadas las condiciones. Además, hay otra realidad. La inversión que Uruguay puede atraer es una inversión que viene esencialmente por exoneraciones impositivas. Basta ver lo que han sido las inversiones de las plantas de celulosa y los regímenes especiales de vivienda promovida en la construcción. La inversión es importante, relevante y genera un aumento de actividad en el corto plazo, pero desde el punto de vista de la situación fiscal, en la medida en que no genera un aumento importante de la recaudación, por lo menos a nivel empresarial por las exoneraciones que se deben dar, no ayuda mucho a la mejora de la situación fiscal o no ayuda tanto como si la inversión requerida pagara todos los impuestos que están vigentes en la actualidad. Ese es uno de los principales problemas. La presión impositiva directa e indirecta que tiene Uruguay es altísima y eso es un factor que atenta contra la rentabilidad empresarial y no permite que haya un aumento significativo de la inversión. Sin dudas que, si mágicamente el crecimiento de la economía subiera del 1% en promedio anual que tuvimos en los últimos cinco años, al 3% o 4%, permitiría satisfacer con un aumento genuino de la recaudación las necesidades o demandas que tiene la sociedad por un mayor gasto público, protección social y mejora de salarios. El tema es que no hay una varita mágica que haga que la economía crezca o multiplique por tres su tasa de crecimiento de los últimos años, especialmente en un contexto externo que se presenta, al menos en este año y el año que viene, bastante complicado. Entonces, yo no veo margen como para aumentar el gasto público en el presupuesto. Desearía que el ministro Oddone y el equipo económico se dediquen a reasignar partidas, manteniendo el gasto total sin cambios, porque va a ser difícil que el crecimiento y la recaudación impositiva vayan a mejorar de manera significativa.
-¿De dónde cree que se pueda recortar el gasto?
-Si no hay un cambio estructural en las funciones públicas y en lo que se pretende que haga el Estado, es muy difícil. Hay una parte sustancial del gasto que es jubilaciones y transferencias a la seguridad social. Hay otra parte importante que son salarios, con números crecientes, de empleados públicos, y el gasto discrecional que queda es muy chico. Entonces, si no se está dispuesto a reducir el número de funcionarios públicos y la estructura del Estado en cuanto a oficinas y funciones que lleva a cabo, va a ser muy difícil.
-¿Ve voluntad en este gobierno para llevar a cabo esto que menciona?
-No, no veo. Claramente, si no lo hizo o no lo pudo hacer el gobierno anterior, creo que mucho menos lo va a poder hacer el actual gobierno, que filosóficamente no comparte este tipo de ideas. Entonces, si la apuesta es que el crecimiento genere un incremento de recaudación que permita un aumento de gastos, y eso se plasma en el Presupuesto, vamos a tener problemas fiscales a futuro, porque no creo que el crecimiento se vaya a materializar en los niveles que serían necesarios para generar un incremento en la recaudación.
-Mencionaba que el gobierno pasado no pudo hacer frente a este tema. ¿A qué atribuye esa dificultad?
-El único gobierno que redujo a la fuerza el número de empleados públicos e intentó reducir el peso del Estado, fue el de Jorge Batlle, y no fue ajeno a eso la crisis tan significativa que tuvo el país en el año 2002. El mandato de Jorge Batlle entregó el gobierno con un superávit primario muy significativo. Parece difícil que, en una situación donde no haya una crisis importante, se pueda llegar a una baja sustancial del gasto público, porque parecería ser que la sociedad uruguaya no tolera eso y no lo demanda, y entonces, seguimos en esa inercia donde cada gobierno que pasa aumenta un poco más el gasto público y la presión impositiva directa o indirecta.
Nuevo precio de combustibles: “Hay un ajuste fiscal encubierto”
-Una de las grandes polémicas que tuvo el inicio de este gobierno fueron los números negativos y el panorama complejo, tal como se refirió Yamandú Orsi, sobre Ancap. ¿Cree que hay un ajuste fiscal encubierto, como señaló la oposición?
-Claramente, hay un ajuste fiscal encubierto. De hecho, la evolución del precio del petróleo, junto a la suba o a la firmeza que está teniendo el precio de la carne, son de las pocas noticias positivas que tiene Uruguay, además del notorio encarecimiento en dólares que ha tenido Argentina y ha revertido el flujo de comercio en las fronteras. El precio de los combustibles ya lo usó en gobiernos anteriores el Frente Amplio como una forma de recaudación, lo está volviendo a usar ahora y seguramente va a hacer caja lo más que pueda, mientras el precio de petróleo siga bajo, que en estos días está en los niveles más bajos de los últimos cuatro años. Mientras esa situación se mantenga, vamos a tener un efecto positivo, salvo que eso se estabilice de manera permanente. Si nos gastamos esa mejora que va a tener la caja de Ancap y después el precio del petróleo vuelve a recuperarse, vamos a tener un problema importante. Mientras tanto, todos los uruguayos financiamos el aparato estatal pagando el combustible a precios más caros de los que deberíamos. De hecho, sin ir más lejos, en Argentina YPF a principios de mayo bajó los precios de los combustibles un 5% y acá los mantuvimos, cuando el precio internacional ha caído de manera significativa.
“Esta situación podría aumentar el interés de la UE para aprobar el acuerdo con el Mercosur”
-El escenario internacional, como usted mencionaba, es complejo para el país. Aun así, ¿ve oportunidades para acercarse a China o a la Unión Europea (UE)?
-Primero, hay una situación de incertidumbre total. En este momento nadie sabe dónde va a terminar esto y qué va a pasar cuando culmine la actual pausa que propuso Donald Trump, y qué tipos de acuerdos se van a negociar. Uno podría pensar que esta situación podría aumentar el interés de la UE para finalizar y aprobar definitivamente el acuerdo con el Mercosur, algo que sería positivo, pero habrá que ver qué posición termina tomando Francia al respecto. Creo que, más allá de que para Uruguay pueden aparecer oportunidades de nicho y no somos para nada relevantes para el contexto mundial, podemos tener alguna oportunidad que habrá que evaluar si se puede aprovechar. En términos generales, el contexto de guerra arancelaria es negativo para Uruguay como para todos los países.