Uruguay XXI actuará como nexo entre proyectos privados uruguayos y fondos de inversión internacionales

EN PANINI´S

Antonio Carámbula, Director Ejecutivo del Instituto Uruguay XXI


Enfocado en la exportación de bienes y servicios, fundamentalmente de las pequeñas y medianas empresas, y en seducir a los principales inversores del mundo al Uruguay; Antonio Carámbula realizó un racconto de las actividades de Uruguay XXI, Instituto que ve con buenos ojos la posibilidad de que Uruguay realice acuerdos comerciales con potencias como China y la Unión Europea. A su vez aseguró que el Instituto pretende ser una herramienta para que los capitales del mundo puedan invertir en las intendencias departamentales uruguayas y en los negocios privados.


 El Menú  Tras una distendida conversación en la cava de Panini´s, el director ejecutivo de Uruguay XXI eligió degustar como plato principal atún rojo en salsa teriyaki, acompañado de puré de zanahorias en manteca noisette y joux de cocción. Para la sobremesa, optó por un té.


Por Oscar Cestau | @OCestau y María Noel Durán | @MNoelDuran

-Recientemente se presentaron los últimos datos sobre Inversión Extranjera Directa. ¿Cuáles son las principales conclusiones que extrae de los resultados?

-Lo primero es que Uruguay sigue siendo un destino importante para la llegada de Inversión Extranjera Directa, de hecho es, en gran medida, lo que ha explicado el crecimiento sostenido de Uruguay incluso en estos dos años anteriores- 2015 y 2016- en los que tuvimos una baja en las exportaciones de bienes.

Hemos llegado a niveles de inversión cercanos a los de los países desarrollados. Si vamos al promedio de los últimos años, Uruguay, después de Chile, ha sido el que mayor cantidad de Inversión Extranjera Directa ha captado.

Las cifras hay que verlas en perspectiva porque las inversiones muy grandes como las de UPM te mueven la aguja. De todas maneras seguimos con niveles muy importantes. Si nosotros evaluamos los inversores ya localizados y los niveles de reinversión que son de los más altos de la región, esto se puede resumir en una palabra que es la confianza en el país.

Acabamos de tener un evento de inversión europea en Uruguay y quien hizo el lanzamiento decía que la inversión era importante así como el soft-landing pero es quizás más importante la reinversión.

-El Sistema Nacional de Competitividad fue una prioridad para Vázquez durante la campaña y se aprobó a fines del año pasado. ¿En qué se está trabajando actualmente?

-Hay una Secretaría Ejecutiva, hay un gabinete de transformación productivo y competitividad. Está funcionando y hay una coordinación de las principales agencias que integran el sistema que también lo está.

Desde Uruguay XXI y con varias de las agencias e institutos del gobierno hemos estado trabajando en este período. Ya nos han trasmitido los primeros lineamientos desde la Secretaría Ejecutiva del sistema, hemos tenido reuniones y de hecho estamos pensando para mediados de julio un programa de promoción de exportaciones enfocado a pequeñas y medianas empresas que es una mejora del Pro Export.

Es un programa que si bien ejecuta Uruguay XXI cuenta con la participación activa de la Agencia Nacional para el Desarrollo y de Inefop, entre otros. Ha empezado a funcionar inmediatamente luego de que se aprobó la ley.

“Hoy tenemos más de 500 empresas que utilizan la Marca País”

-Antes de la Rendición de Cuentas algunos empresarios habían enviado una carta al Poder Ejecutivo donde criticaban la carga impositiva de las medianas y pequeñas empresas…

-Esos temas siempre están arriba de la mesa, yo me refiero a los temas que tienen que ver a las pequeñas y medianas empresas con perfil exportador. En Uruguay, en cuanto a volumen de divisas exportadas, solamente el 7% de las exportaciones la realizan pequeñas y medianas empresas. Si vamos a la mano de obra aplicada, el 20% de la mano de obra está en las Pymes. Las pequeñas y medianas empresas colaboran en la diversificación de la canasta exportadora porque los productos tradicionales -como la soja, la carne o la celulosa- son exportados por grandes empresas. Vamos a otros productos y muchas veces, también, a otros mercados.

De las empresas que alcanzan un nivel exportador-que implica una inversión muy importante para llegar a este estatus-, lamentablemente después de los primeros 15 años menos del 20% continúan exportando. Con lo cual, desde la perspectiva del Instituto se intenta colaborar para que las empresas puedan exportar y mantener ese nivel.

El programa Pro Export daba subsidios a las empresas para salir al mercado internacional. Según los datos que teníamos, por cada dólar subsidiado en primera venta había un retorno de unos 10 dólares. Ahora estamos haciendo algo más integral. La idea es que el programa tenga un módulo de generación de capacidades para que se mantengan en el nivel, un segundo módulo para trabajar en las necesidades para la internacionalización y en tercer lugar para ir a esos mercados. No queremos que nuestros apoyos se superpongan con otros que brinda el propio instituto u otras organizaciones. No queremos que uno que participe en una feria aplique para el Pro Export; tratamos de trabajar desde una perspectiva sistémica, que vayan paso a paso formándose en la cultura exportadora. Tratamos de  no generar falsas expectativas porque sabemos lo que significa para una Pyme el esfuerzo de salir.

En cuanto a los temas impositivos, nosotros lo que hacemos es trabajar con las Pymes para colaborar en su proceso exportador.

 -Es un estadio más avanzado porque para poder llegar a ese nivel de inversor indudablemente deben ser viables primero.

-Sí, totalmente.

-¿Cómo se encuentra la situación en lo que refiere a la exportación de bienes y servicios?

-Después de dos años en los que tuvimos una baja en materia de exportaciones de bienes, el año pasado fue del 7%. Los principales productos siguen siendo la carne, la celulosa y la soja. Desde noviembre del año pasado hemos tenido crecimiento, y en lo que va del año hemos percibido un aumento de casi el 5% con respecto al año anterior. Nuestra perspectiva es estar al cierre del año en un crecimiento del 8% respecto al 2016.

En materia de servicios, venimos de una temporada récord en turismo en 2017 y en materia de exportación de servicios globales Uruguay se ha ido posicionando y los últimos datos dicen que nuestros niveles de exportación superan los US$1.500 millones que provienen de 2.000 empresas de distinto volumen y que emplean a unos 20.000 trabajadores; con la particularidad de que muchas de estas implican inversión porque las empresas elijen a Uruguay como centro regional; eso genera nuevos puestos de trabajo, bien remunerados y aporta a generar cultura de trabajo.

Al mismo tiempo, colaboran en el posicionamiento de la Marca País porque estas empresas nos sirven para mostrar que están aquí, decir en China que Lifan está instalada en el país es una buena carta de presentación.

A pesar de que el vecindario nunca estuvo tan complicado, estamos cumpliendo con las expectativas.

China LAC (Latinoamérica y el Caribe) es el principal evento empresarial entre China y Latinoamérica, es una iniciativa del gobierno chino cuya edición número 11 se realizará en Uruguay del 30 de noviembre al 2 de diciembre.

 -En lo que refiere al TLC con China, ¿qué tan factible es que se concrete? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas que conlleva?

-Yo soy proclive a la apertura comercial y a que hay que buscar nuevos acuerdos, en particular con China. Creo que el gobierno uruguayo ha dado señales inequívocas de la voluntad de avanzar en este tipo de acuerdos. Se firmó un TLC de última generación con Chile que está en el Parlamento, se está trabajando para mejorar el acuerdo de libre comercio que tenemos con México, como nunca los astros se alinearon para lograr un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea y se están dando pasos en ese sentido.

Nosotros aspiramos a que el Mercosur sea tan importante para la Unión Europea como es la Unión Europea para el Mercosur.

En cuanto a China estamos avanzando y habrá una reunión de la comisión mixta Uruguay-China antes de fin de año en Uruguay.

Las ventajas de estos acuerdos tienen que ser de ganar-ganar para ambos. Un ejemplo es el ingreso de carne en Japón, que es un mercado exigente pero Uruguay cumple con los requisitos; una vez que se derrumban esas barreras y se ingresa hay que lograr que los productos lleguen al mercado. En el caso de Japón, una vez que ingrese nuestra carne lo va a hacer con un arancel del 39%. Y nuestros principales competidores que son Australia y Nueva Zelanda, además de tener la ventaja geográfica de estar ahí, pueden lograr un producto similar al nuestro con un 9% de arancel. Nosotros tenemos que lograr esto y no puede haber dos opiniones al respecto. Uruguay tiene que abrirse al mundo porque somos tres millones pero hacemos alimentos para 30 millones por lo que tenemos que lograr que esos productos accedan a los mercados con facilidad.

En cuanto a las desventajas, puede ser que haya un sector que se vea afectado pero hay que ver de qué manera se corrigen las asimetrías para que haya garantías para las industrias locales. Hay que mirarlo con mucha atención, no es solo abrir. Los acuerdos sirven si ganamos los dos; yo le tengo fe a Uruguay.

-Algunos analistas dicen que Uruguay apuntó muy alto y que deberían haber empezado por otros países de Asia, como Singapur, por ejemplo. ¿Coincide?

-Las cosas se dieron así. China hoy es nuestro principal socio comercial en materia de bienes; el 22% de nuestras exportaciones de bienes van a China, tenemos tremendas oportunidades en materia de servicios como el turístico, por ejemplo, y sobre todo tenemos una gran oportunidad para aprovechar que China es uno de los principales emisores de inversiones en el mundo y las inversiones chinas todavía no han llegado al país. En lo que tiene que ver con cuestiones de tamaño, nunca hemos sentido ningún tipo de postura de imposición, el trato fue franco e igualitario.

Estamos en un mundo donde las tendencias proteccionistas están avanzando y se dan cosas increíbles como que Estados Unidos promueve el proteccionismo y China se abre al mundo. Por eso, uno de los principales objetivos del China LAC (Latinoamérica y el Caribe) es la nueva ruta de la seda que esperemos que nos sirva de camino para la carne, el arroz, los lácteos y demás. Uruguay, por tener una posición estratégica entre dos gigantes, tiene condiciones para ser una puerta de entrada a la región.

-A Uruguay como engranaje en la región, ¿cómo le afecta la situación de los vecinos a la captación de inversiones?

-Los acuerdos comerciales deben mirarse a largo plazo y no solo a partir de las coyunturas. Hoy tenemos un barrio complicado. Cuando se dice apuradamente que es bueno que les vaya mal a los vecinos para captar más inversiones nosotros, es una verdad a medias. La escala de nuestro mercado no es atractiva; por eso es importante que le vaya bien a Brasil y a Argentina.

-¿Deberían bajarse las exoneraciones impositivas para que quede más dinero en el país?

-Creo que son cosas que se deben monitorear permanentemente. La ley de promoción ha sido una gran herramienta, parece que es de buena gobernanza siempre estar ajustando de qué manera se puede optimizar la ley para que sea el mayor beneficio para el país. Sí quiero decir que las exenciones fiscales han sido una gran herramienta para la llegada de las inversiones a Uruguay.

-¿Cómo ve la herramienta de las PPP, muy criticada últimamente, incluso por el ministro Víctor Rossi?

-Es un proceso nuevo y Uruguay está aprendiendo las primeras lecciones pero es algo que en el mundo existe; es una forma de facilitar el financiamiento. Hay que hacer ajustes; muchos se hicieron, pero es lógico que no funcionara todo lo aceitado que debería en un comienzo pero es una gran herramienta para dar soluciones a las necesidades de infraestructura que tiene Uruguay.

-En charla con Empresas & Negocios a comienzos de 2016 se había marcado una serie de objetivos para Uruguay XXI. ¿Cuán conforme está con lo hecho?

-No es bueno el conformismo, pero algunos de los objetivos se han ido cumpliendo. Lo que tiene que ver con la internacionalización de las empresas hemos avanzado y estamos en condiciones de presentar en 15 días un nuevo programa de atención a las pequeñas y medianas empresas exportadoras. Estamos trabajando en carteras de proyectos departamentales y privados. Además, nos hemos transformado en referentes en la organización de misiones como las presidenciales que realizamos junto con empresarios a Europa, China o la reciente a Egipto. Vamos a cerrar un año bastante intenso en eventos; este es un equipo chico pero muy comprometido.

“Tengo vocación por lo ejecutivo, nunca aspiré a cargos parlamentarios, no es lo mío. Sí tengo el orgullo de ser un servidor público”

-¿Qué evaluación hace del gobierno?

-Es un gobierno que agarró las cuentas públicas con algunas complicaciones y las viene arreglando. Las expectativas hacia adelante son buenas, el país ha seguido creciendo. Todo indica que vamos a crecer al 3%, las exportaciones aumentan, siguen llegando las inversiones. La discusión de Rendición de Cuentas va a ser complicada como todas pero con una coyuntura electoral que está un poco adelantada y que hace más difícil estar en una postura de gobierno. Hay mucha efervescencia electoral y no está bueno.


Un enlace entre Uruguay y el mundo

¿Por qué los inversores eligen establecerse en un país con costos tan altos como Uruguay? A raíz de esta consulta, el director ejecutivo de Uruguay XXI, Antonio Carámbula, explicó que la competitividad “no se mide solo por los costos o por el tipo de cambio”.

Según detalló, la competitividad se mide por una serie de factores como la estabilidad política, social, económica, la seguridad jurídica de un país que protege la inversión extranjera y la promueve. “Hay un buen entorno de negocios porque no hay distinción entre la inversión extranjera y la nacional, no se exige una contraparte nacional para llegar al país. Hay una ley de promoción de inversiones que da una serie de estímulos fiscales y además porque tenemos grado inversor que es algo que no abunda en la región y es un diferencial”, apuntó.

A su vez Carámbula aseveró que la calidad de vida es un aspecto clave para los empresarios que arriban al país.

Por otro lado, señaló que el gobierno es consciente de la necesidad de mejorar la infraestructura que se ha deteriorado a causa del crecimiento de las inversiones que fuerzan las estructuras que estaban preparadas para una performance menor.

Por eso, el gobierno llevará a cabo un plan que requiere de una inversión mayor a los US$12.000 millones, cuyo propósito será mejorar carreteras y ferrovías, y realizar mejoras portuarias, entre otras. Además, tendrá un capitulo de infraestructura social que tiene que ver con viviendas, centros de salud, centros educativos y demás.

“La tercera parte de ese plan (US$ 4.000 millones) se hace a través de la herramienta de Participación Público Privada”, indicó.

Por la misma línea, Uruguay XXI está trabajando con las intendencias para tener una cartera que promociona en el mundo con proyectos departamentales, “en los que ya hay algunos de Montevideo y de Canelones”, dijo el director de Uruguay XXI. “También estamos en este momento con una consultoría del Banco Interamericano de Desarrollo para desarrollar una cartera de proyectos privados; así cuando recibamos interesados en invertir, podamos ayudarlos a través de una unidad ejecutora que haga de nexo entre las oportunidades de negocios que hay en Uruguay y los fondos de inversión”, concluyó.