Daniel Olaizola: “Debemos entender como sociedad que detener las actividades del puerto es un atentado a la nación”

Encargado de Asesoramiento en Jaume y Seré Comercio Exterior/Logística

La pandemia impactó fuertemente en el comercio internacional aumentando de manera “explosiva” los precios. A la vez, es cada vez más necesario que en los puertos nacionales se trabaje de modo eficiente y con costos competitivos, puesto que “un barco que se va sin hacer la escala en Montevideo es trabajo uruguayo que no llega a los clientes en el exterior”, según explicó a CRÓNICAS el entrevistado. En otro orden, analizó la situación actual del sector logístico y comentó cuáles son las claves para mejorar.

-¿Cuál es la realidad actual del sector logístico uruguayo?

-Me parece importante definir correctamente el alcance del diagnóstico. Al hablar del sector logístico se incluyen muchos subsectores que tienen realidades muy disímiles. Algunos sectores han sufrido mucho la pandemia, que agregó problemas a cuestiones sin resolver que venían desde antes, y otros sectores que estaban mejor preparados han podido sostenerse y miran con optimismo hacia los próximos años.

Todas las actividades de logística ligadas al turismo, free shops de frontera, que incluyen despachantes de aduanas, transportistas, depósitos, entre otros, se vieron muy duramente afectadas y recién están empezando a recuperarse. Mientras tanto hay otros sectores asociados al e-commerce que han tenido un fuerte empuje, o a las cadenas exportadoras, por ejemplo, que se han mantenido y están intentando crecer –no sin dificultades, por supuesto–.

-¿Cuáles son los principales problemas a resolver en materia logística y portuaria?

-A veces cuando se plantean estas preguntas, uno ve que connotados analistas aportan complicados diagnósticos acerca de los proyectos que deben encararse. Por supuesto que debe proyectarse a futuro, innovar y ver más allá de los problemas cotidianos. Pero soy un convencido de que muchos de los problemas de la logística (aérea, terrestre, portuaria) se resuelven con pocas medidas concretas para problemas del día a día. La ampliación de horarios de atención al público de muchos servicios del Estado en frontera, por ejemplo.

Cuando un camión no puede cruzar una frontera porque llegó a media tarde y si bien hizo Aduana –porque debemos destacar que en general la Aduana lidera con luz en lo que tiene que ver con servicios a la carga en los pasos de frontera–, hay otros organismos intervinientes que ya no están disponibles; ese camión parado genera gastos de estadía, esa mercadería no llega a destino a tiempo, y en definitiva todo se encarece y se complica. Debe entenderse que el comercio exterior y la logística precisan un Estado dando servicios en horarios extendidos. No sé si es realista hablar de 24/7, pero al menos horarios extendidos. El gobierno que logre cambiar eso hará historia.

-¿De qué manera ha impactado la pandemia?

-Uno de los efectos más significativos de la pandemia en el comercio internacional lo estamos viviendo en el tema de los fletes internacionales, que ha tenido un explosivo aumento de precios que se debe en parte –pero no solamente– a la pandemia y sus efectos. El enorme aumento en las tarifas de fletes ha impactado a nivel global y tiene consecuencias directas en la actividad logística, en los costos de las empresas y en el consumidor, que es en definitiva quien termina pagando el precio de la mercadería.

-¿Cómo ha afectado al Uruguay la crisis logística internacional? ¿Ve una salida para esa situación?

-Lamentablemente, Uruguay tiene poco para hacer ante esta situación, que afecta a todos los operadores y países a nivel global. El impacto ha sido directo a nivel de tarifas –su efecto más visible–, pero además ha determinado escasez de contenedores vacíos para los exportadores, demoras en la llegada de contenedores con mercaderías para los importadores, inestabilidad en la confirmación de escalas en el Puerto de Montevideo, complicaciones para confirmar fechas de carga en origen, lo cual dificulta la planificación de los stocks de mercadería o insumos. Son muchos los problemas y, por lo que sabemos, nos espera aún un poco más de tiempo para volver a niveles de normalidad prepandemia.

-¿Cuáles son las claves para mejorar el sector? ¿Cómo puede el Puerto de Montevideo competir con los puertos de la región en mejores condiciones, sobre todo, con los brasileños?

-La respuesta fácil sería decir bajar los costos. Es uno de los problemas, pero no el único. Es cierto que algunos servicios son más caros en Uruguay que en Brasil medidos en dólares. Pero también es cierto que los barcos que llegan a buscar carga deben trabajar en forma eficiente, a costos competitivos, y de forma rápida y segura.

Debemos entender como sociedad que detener las actividades del puerto es un atentado a la nación. Un barco que se va sin hacer la escala en Montevideo es trabajo uruguayo que no llega a los clientes en el exterior, son insumos que no llegan a tiempo para nuestra industria. En esto no hay lugar para ideologías. El puerto es el lugar por el que sale el fruto del trabajo de muchos compatriotas y así debemos entenderlo todos.

-Muchos barcos no están llegando a Uruguay por una cuestión de escala. ¿Cómo se hace para obtener esa carga y que no se vaya a otros puertos?

-Nuestra capacidad de generar más carga propia es limitada, por eso debemos incentivar la recepción de cargas de la región. Debemos entender que Paraguay es un cliente muy importante y seguir mejorando la calidad de los servicios que le prestamos, para de esa forma lograr que la carga de tránsito desde y hacia Paraguay pase siempre por los puertos uruguayos, porque nuestro sistema portuario no es solo Montevideo. Nueva Palmira también debe recibir todo el apoyo que necesite para concentrar cargas de la hidrovía. Nuestros puertos deben ser concentradores de cargas y no puertos secundarios en la región.

-¿Qué evaluación hace del plan de obras viales para las carreteras que ha desplegado el Ministerio de Transporte?

-Creo que hay cuestiones muy importantes que se están resolviendo. La doble vía en la ruta 5, por ejemplo, o las obras en la ruta 6, que permitirán conectar a una región muy importante al noreste del país que había estado históricamente postergada. Seguramente eso posibilitará que la producción de esas zonas tenga mejor acceso al Puerto de Montevideo y genere mayores oportunidades para su exportación.