Incrementó el número de niños que deben dejar su familia por violencia intrafamiliar

Para 2020 > ALDEAS INFANTILES PERDERÁ LA AYUDA FINANCIERA INTERNACIONAL

Aldeas Infantiles SOS Uruguay brinda apoyo a 1700 menores que tienen problemáticas dentro de su círculo familiar. A través de un programa de acogimiento familiar, 470 niños y adolescentes viven en 55 hogares y varias casas de la comunidad. La mayoría de ellos llegan por violencia intrafamiliar.

Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi

En nuestro país aumenta cada año el número de niños que son acogidos por Aldeas Infantiles, una organización presente en Uruguay desde hace 56 años. Actualmente, 470 menores viven en los hogares de esta organización. La mayoría de los chicos que se vinculan lo hacen por violencia intrafamiliar hacia ellos. En segundo y tercer lugar, aunque en menor medida, se encuentra la drogadicción y los problemas mentales de sus progenitores.

Laura Moreira, directora de Recaudación de Aldeas Infantiles SOS Uruguay, señaló en conversación con CRÓNICAS, que la principal problemática que tiene la sociedad uruguaya en esta materia es la violencia intrafamiliar por parte de los progenitores hacia el niño, un factor que ha tenido un claro aumento.

Aldeas Infantiles S.O.S. Uruguay comenzó una campaña de recolección de fondo a través de los supermercados Devoto con el fin de reacondicionar y equipar los 55 hogares de la institución donde viven 470 niños y adolescentes. Los clientes pueden donar $5 hasta el 4 de junio . También se puede colaborar con $100 mensuales a través del teléfono 0903 6001.

En esta materia, la institución tiene dos vías para ayudar intentando siempre que los niños permanezcan con la familia, en caso de ser posible. Es así que Aldeas brinda un servicio de fortalecimiento familiar, donde se trabaja con menores que se encuentran en una situación de vulnerabilidad, proporcionando herramientas de cuidados, y colaborando con el acceso de los mayores a diversas oportunidades laborales, a través de talleres entre los que se encuentran clases de peluquería y autoestima.

El segundo servicio es el acogimiento familiar, y está dirigido a niños que perdieron la contención de su familia y que pasan a vivir en algunos de las dos modalidades disponibles. El primero sucede en una sistema de aldea, en alguna de las 55 casas  que se comparten entre otros cinco niños -algunos de ellos hermanos-, que viven al cuidado de una “tía social” o referente.

La otra opción de cuidado sucede en alguna casa de la comunidad que los acoge. Ambas formas de convivencia intentan ser momentáneas y se orientan a que los pequeños regresen en algún momento con su familia biológica, esta vez bajo responsabilidad de otra persona. De modo contrario, se agregan a la lista de adopciones del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU). En caso de que ninguna de las dos opciones pueda llevarse a cabo, el menor vivirá hasta los 18 años en Aldeas.

“Estamos convencidos de que el mejor lugar para que se desarrollen los chiquilines es su familia, entonces una vez que el niño entra al servicio de acogimiento, empieza un trabajo que hacen los técnicos para que se pueda reintegrar”, explicó Moreira.

El hecho de que un niño sea dirigido a este instituto depende plenamente del INAU. Una de las diferencias entre estos dos organismos, es que Aldeas siempre mantiene juntos a los hermanos y brinda sus cuidados bajo un modelo familiar.

No obstante, en la mayoría de los casos los niños logran retornar con su familia, un lugar donde el menor “se puede desarrollar adecuadamente”. De todas formas, esto se logra luego de “mucho tiempo de trabajo”, donde se pone foco en los vínculos.

“Muchas veces hay muchas ganas de que el niño pueda quedarse con su familia, pero sucede que no tienen las condiciones económicas necesarias. En ese caso, se brindan apoyos en otros puntos para que el reintegro se concrete”, enunció Moreira.

Problemas de financiación

Estos últimos días, Aldeas Infantiles Uruguay comenzó una campaña de recaudación de fondos. La institución se sustenta en base a apoyo internacional, convenios con el Estado y recaudación local. Si bien en un principio su financiación total era gracias a la ayuda proveniente del exterior, las necesidades de otros países del mundo hicieron que desde el año 2011 el dinero comenzara a mermar.

Desde la administración central se anunció que para 2020 Uruguay no podrá contar más con este apoyo. Este año, esta colaboración representará solo el 15%. Si el aporte de los uruguayos no aumenta, probablemente se tenga que prescindir de algún servició, sentenció Moreira. Hoy son 33 mil las personas que aportan mensualmente a la institución.

Este número también ha venido en aumento, pero de todas formas no es suficiente. La ayuda de las empresas, que a través de actividades de voluntariado corporativo pueden recibir beneficios fiscales, también es de suma importancia.