La situación de los arroceros se ha complicado en las últimas zafras por una combinación de problemas. El hecho es que el área ha venido cayendo anualmente, y para esta zafra -pese a las conversaciones con el gobierno- nada parece demasiado claro.
Lo cierto es que los arroceros de nuestro país continúan esperando los instrumentos financieros que el gobierno analiza para que no se produzca una nueva caída en la siembra.
El titular de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago, afirmó que el análisis para definir esas herramientas «se está haciendo más lento de lo que se necesita en el sector».
Más allá de las dos reuniones que mantuvieron los dirigentes de la gremiales y los representantes del gobierno en algo más de un mes, » los arroceros necesitan saber si contarán o no con esos instrumentos financieros a fin de mes o a mediados de agosto para determinar en forma segura, el área en la próxima zafra.
Hasta ahora el gobierno está ofreciendo un Nuevo Fondo Arrocero que los productores no quieren tomar, porque están pagando el Fondo Arrocero IV, por un monto de US$ 60 millones, del que todavía deben US$ 57 millones. «No tenemos condiciones para pagar un nuevo Fondo Arrocero. Vemos con escaso optimismo la posibilidad de generar ese instrumento», dijo el titular de la ACA.
Recordó que nuestro país es el sexto exportador mundial de arroz del mundo y coloca en el exterior el 95% de lo que produce. «A nivel de chacra, con un paquete tecnológico desarrollado en base a investigación y experiencia local, se llegan a rendimientos récords, se cuida el medio ambiente y no se plantan variedades transgénicas, lo que permite colocar el cereal en la Unión Europea. Pero lo que es más importante, el sector genera cada año entre 25.000 y 30.000 puestos de trabajo, tanto directos, como indirectos», subrayó. De sembrarse esa cantidad de hectáreas, la caída será de 14.000 hectáreas.
Agregó que evitar una nueva baja del área es básica para mantener y poder generar más grano que permita pagar más fácil las deudas.
«Lamentablemente el sector arrocero tendrá que reaccionar con una nueva caída del área y vamos a exigir a la industria que haga alguna reestructura, para poder compensar esa caída de área, buscando que esa capacidad ociosa, no sea negativa para el negocio», explicó Lago.
Área
La reducción del área, que se estima para la próxima zafra entre 15.000 y 20.000 hectáreas, también se reflejará a nivel de chacra. «Se está confirmando un horizonte muy complicado, no hay una expectativa clara por el escenario negro que vemos en el horizonte. Llegamos a cuestionarnos si el sector seguirá estando en Uruguay o no», dijo muy triste Lago.
La propuesta de la gremial al gobierno fue «generar liquidez sin comprometer retenciones a exportaciones futuras, para poder seguir pagando el Fondo Arrocero IV». La visión del sector arrocero es generar instrumentos financieros «aumentando la devolución de impuestos al sector, aunque sea postergada en el tiempo, para que eso, a su vez, genere el repago de ese flujo. El gobierno no está entendiendo eso, obviamente que no está queriendo instrumentar por esa vía porque dice que no quiere comprometer el déficit fiscal.
