Conmovedora y sensible evocación de autobiográfico drama infantil, en sorprendente “opera prima”

Por Alvaro Sanjurjo Toucon          

Verano 1993 (Estiu 1993). España 2017

Dir. y guión: Carla Simón. Con: Laia Artigas, Paula Robles, Bruna Cusi, David Verdaguer.

La historia es pequeña y sencilla, a la vez que de enorme contenido dramático. Frida es una niña de seis años. Su madre acaba de fallecer de SIDA y su padre había corrido la misma suerte tres años antes. Transitoriamente al cuidado de sus abuelos en Barcelona, es confiada a su tío y la esposa de este, padres de una pequeña de tres años, habitantes de rústica vivienda rural.

Su nueva familia la acoge como hija propia, sentimiento que no basta para mitigar el dolor de la pequeña huérfana, acrecentado por comentarios en voz baja que aumentarán su sentimiento de compungida soledad.

El film es la visión de Frida a la vez que el relato efectuado en su debut en el largometraje por la sorprendente realizadora catalana Carla Simón (1986). Características que se fusionan ya que estamos ante un trabajo rigurosamente autobiográfico de su autora.

Carla Simón elaboró ese guión sobre una trágica etapa de su vida con rigor dramático y ternura, pero debía salvar él enorme escollo de hallar convincentes intérpretes de seis y tres años. Las niñas, se llaman Laia Artigas y Paula Robles y justifican aquello de “no actúes con niños, perros o John Gielgud porque te robarán la escena”; más, estas niñas hubieran competido airosamente con Gielgud. Aunque, sin quitar méritos a las pequeñas, debe destacarse el trabajo de filigrana de encuadres y montaje.      Las poéticas y conmovedoras imágenes del fotógrafo Santiago Racaj, completan esta “opera prima” que en más de un sentido recuerda la sensibilidad propia de la desaparecida Pilar Miró.

Carla Simón enfrenta el gran desafío planteado a todo debutante exitoso: mantenerse por todo lo alto.


La ley de la jungla (La loi de la jungle). Francia 2016

Dir.: Antonin Peretjatko. Guión: Antonin Peretjatko y Frédéric Cirez. Con: Vincent Macaigne, Vimala Pons, Mathieu Amalric, Pascual Légitimus.

Esta desorbitada y surrealista comedia acerca de funcionario francés al que se encomienda supervisar la instalación de una pista para esquiar en la tórrida selva de la Guayana Francesa, es una jocosa burla a la burocracia pero también a los venerables organismos internacionales a cuyo amparo se cobijan los intereses personales por sobre los nacionales.

Para cumplir su misión, el enviado contará con la asistencia de una (bella) integrante del  trajín cotidiano, llamada Tarzán, y ambos se verán sumergidos en peripecias –mayormente selváticas- que en caótico aluvión contiene reideros instantes en los que pueden reconocerse humoradas al estilo de las legendarias “Road to…”, con Bob Hope, de  los films de los Hermanos Marx, de Alex de la Iglesia, del Javier Fesser de “El milagro de P. Tinto”, y otras de gran efectividad, alternando con tontas instancias cercanas a Abbott y Costello. Aunque es curiosa la semejanza con un raro y exitoso film uruguayo cargado también de risas surrealistas y filos políticos: Misión No Oficial.

Su propuesta es tan enloquecida que las frecuentes caídas no molestan.

Vimala Pons aporta lo necesario para erigirse en despojada atracción independiente.


Cuando ellas quieren (Book Club). EE.UU. 2018

Dir.: Bill Holderman. Con: Jane Fonda, Diane Keaton, Mary Steenburger, Candice Bergen,  Andy García, Craig T. Nelson, Don Johnson, Richard Dreyfuss.

Cuatro amigas de avanzada Tercera Edad, se reúnen periódicamente para comentar el libro  propuesto por una de ellas. El material elegido en la ocasión es “50 sombras de Grey” (que obviamente no vieron en cine) cuyas descripciones eróticas sobresaltan a estas lectoras en especial cuando repasan su previa (y extensa) vida sexual.

La exitosa empresaria (Jane Fonda, de 80 años), ha tenido cuanto hombre se le antojara, aunque aún experimenta atracción por un reaparecido amor juvenil; la jueza (Candice Bergen, de 73 años) busca revivir  pasiones adormecidas cuando su ex marido y su hijo se casan con jóvenes mujeres; una viuda (Diane Keaton, de 74 años), atenazada por hijas que la creen una débil anciana, hallará un nuevo y apasionado amor; y la ama de casa (Mary Steenburgen, de 65 años) desespera por la relación sexual que para su marido es tan solo recuerdo.

Los diálogos gestados a partir de esa persecución del  hombre capaz de proporcionarles el orgasmo perfecto y romántico, transita del ocasional ingenio a la tontería propia de un Hollywood decadente. Por momentos, estas damas parecen previas al informe de Masters y Johnson y a la vetusta “Técnicas sexuales modernas” (ampliamente superada por el sitio de internet “cerdas xxx”).

Pero estas ancianas actrices y sus viejas damas dignas, se sobreponen a las endebleces del libreto merced a  sus condiciones de comediantes, y también sortean airosas los estragos de los años. Por cierto que median cirugías y los maquilladores, vestuaristas y demás que logran el milagro de la juventud eterna.

Entretenimiento menor que hará las delicias de la 3ª. edad.

Opinión de un septuagenario escuchada luego de ver el film: “Jane Fonda ya no es “Barbarella”, pero que buena está.“