Por Álvaro SanjurjoToucon
La comunidad de los corazones rotos (Asphalte). Francia 2015. Dir.: Samuel Benchetrit. Con: Isabelle Huppert, Gustave Kervern, Valeria Bruni Tedeschi, Michael Pitt.
Las soluciones habitacionales para personas de bajos recursos, parecen adolecer de los mismos problemas en diversas partes del planeta. El rápido deterioro de los materiales utilizados, fue lugar común en los monótonos bloques grises de edificios prefabricados en los países europeos comunistas, en degradadas viviendas montevideanas convertidas frecuentemente en reinos del narcotráfico, y hasta en las edificaciones construidas en los suburbios parisinos, más próximas a sus similares de otras capitales, que a las tradicionales imágenes de los grandes bulevares situados a pocos kilómetros.
Un cochambroso edificio de apartamentos en las proximidades de un París de estos años, es el escenario elegido por el realizador Samuel Benchetrit (1973, Francia), coguionista con Gabor Rassov, para esta aproximación tierna, con momentos plenos de surrealismo, a varios de los hombres y mujeres que, con escasísimas excepciones, parecen reflejar el resquebrajamiento de su hábitat.
Un lisiado procurando combatir su soledad, la enfermera adicta en la que busca refugio, la actriz enfrentada a la decadencia y especialmente la pérdida de juventud, el adolescente deslumbrado por una mujer mayor, son algunos de los personajes nucleados de diferente manera por el vetusto inmueble.
La óptica escogida no es la del drama más intenso, sino que el asunto es tamizado con risueñas situaciones directamente embarcadas en un surrealismo de reideros absurdos, cuyo máximo exponente es el astronauta que caído allí, aguarda a sus jefes para abandonar el lugar.
Concebido como un trozo de vida, el film plantea y deja situaciones sin resolución. Lo cual, por cierto, acrecienta su autenticidad en la que juega rol principal un elenco donde destacan las composiciones sin estridencias, perfectamente dosificadas. Isabelle Huppert es atractivo aparte; estupenda.
