Pomposa, acartonada y extensísima telenovela bíblica, en versión cinematográfica

Por A. Sanjurjo Toucon

Moisés y los Diez Mandamientos: la película. (Os Dez Mandamentos: o Filme). Brasil 2016. Director: Alexandre Avancini. Guión: Paula Richard y Vivian Oliveira, basado en la Biblia. Con: Guilherme Winter, Sérgio Marone, Camila Rodrigues, Gisell Ité, Petronio Gontijjo, Denise Del Vecchio. 

“Moisés y los Diez Mandamientos: La película”, originalmente llamada “Os Dez Mandamentos: O Filme”, es una producción brasilera de 2016, cuyo título hace referencia que se trata de un film. Aclaración innecesaria ya que la presentación “en vivo” del  protagonista luce bastante improbable. La misma es una referencia a la génesis de este film.

El 23 de marzo de 2015, la empresa brasileña de televisión, Rede Record, comenzó a exhibir en el formato de telenovela este asunto que, extraído de la Biblia, es convertido en una “historia de Moisés”. La telenovela, de gran  éxito en Brasil –y al parecer por aquí también, va en Canal 10 de lunes a viernes por la noche- ya lleva más de trescientos cincuenta capítulos.

Según la bien informada Internet Movie Data Base, en 2015 se registra como “Os Dez Mandamentos” (“Moisés  y los Diez Mandamientos”) una recopilación de veinte episodios de la telenovela, con unos diez directores diferentes y los mismos actores y técnicos. La misma fuente indica en 2016, el estreno de “Os Dez Mandamentos: O Filme”, (“Moisés y los Diez Mandamientos: la Película”, el film de dos horas, que acaba de estrenarse en Montevideo, compaginado con parte de los materiales originales; de los que pueden verse en “internet” gratis y ofrecidos legalmente,  alrededor de trescientos capítulos.

El recurso (comercial) de compaginar un film en episodios convirtiéndolo en una única película, síntesis de los capítulos originales, se utilizó ampliamente en  la primera mitad del siglo XX con las “series”.

Este film, “Moisés y los Diez Mandamientos: la Película”, aparece dirigido por  una sola  persona, Alexandre Avancini, uno de los diez directores de la recopilación de veinte capítulos compaginados en 2015.

Lo visto  en internet y en TV nos entrega una reconstrucción física de  los  personajes bíblicos y su entorno que, bien podría corresponder a los alegres brasileños que desfilan anualmente por la muy carioca “rúa Marqués de Sapucaí”. Vestuario y maquillaje poseen pulcritud y artificiosidad suficientes para convertirlos en absurdos productos recién salidos de fábrica.

El críptico lenguaje bíblico, susceptible de encontradas interpretaciones, ya sea en los films de Cecil B. de Mille y sus derivados, como en el teleteatro brasileño, han buscado un camino neutro, mostrando pero no analizando contenidos simbólicos o directamente expuestos. Los pronunciamientos acerca de la virginidad de María, el tríptico Dios, Padre, Hijo y Espiritu Santo, entre otros asuntos sobre los que existen terrenales divergencias, eran eclipsados por la vistosa monumentalidad hollywoodiana -en blanco y negro primero, en chillones colores después- y ahora en carnavalesca apoteosis.

De modo que subsisten y son ignoradas, las interrogantes más frecuentadas por los no creyentes. Si Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, ¿cómo es  posible que el ser humano cometa tropelías contra sus semejantes?

Incestos, asesinatos, plagas, racismo, robos, traiciones, genocidios, cuentan con la aquiescencia de Dios. Ese Dios que permitió campos de concentración, gulags y cuanta forma de tortura nos amenaza “a causa de nuestros pecados”. Algo bastante difícil de comprender y sin intenciones de explicar racionalmente.

Las falacias bíblicas son aceptadas en “Moisés y los Diez Mandamientos: la Película” con la misma ligereza asumida en anteriores adaptaciones.

Los planteos teológicos quedan fuera.

No obstante, desafiando al racionalismo, la Biblia ha sido interpretada por quienes afirman allí se hallan varias visiones proféticas. Así, las puertas de Jericó, la apertura del Mar Rojo y otras medidas proteccionistas, podrían verse como anuncio del Muro de Berlín, la muralla china, y hasta el Muro de Trump.

No existe texto bíblico alguno llamado “Los diez mandamientos”, no obstante las pautas éticas y morales, que dieran lugar a los llamados” diez mandamientos”,  provienen de la Biblia, y fueron pretexto de control sobre las masas  a lo largo de la historia.

La asociación “ad hoc” de la industria cinematográfica norteamericana (al igual que la de otras naciones  con una poderosa presencia de judíos) con los potenciales espectadores norteamericanos, intrínsecamente religiosos (protestantes, judíos, católicos y otras sectas cristianas), favoreció la irrupción del cine bíblico. Acerca de la figura de Cristo en el cine, puede consultarse el capítulo “De la Cruz a la Pantalla” de nuestro libro “La vida proyectada” (ediciones del cuartito).

El cine bíblico comprende las adaptaciones más o menos fieles al  original literario, y todo film en el que personajes o situaciones bíblicas integren dramáticamente el relato. Una lista infinita donde se hallan “La Biblia”, una     producción  italiana dirigida  por John   Huston, “David y Betsabé”, “La última tentación de Cristo”,”Salomón y la reina de Saba” “Éxodo”, “El arca de Noé”, ´”Sansón  y Dalila”,… y la vitriólica y risueña “La vida de Brian”.

Sitial muy particular ofrece la interpretación marxista leninista de “El evangelio según San Mateo”,  llevada magistralmente a la pantalla por el realizador comunista Pier Paolo Pasolini. El predominio de lo cristiano en Pasolini, acaso nos evitó  una adaptación de “El capital”,  otro texto sagrado igualmente tedioso y alejado de la vulgar condición humana.

Esa filmografía incluye dos grandes historias de Moisés,  provenientes del cine de los EE.UU. Ambas con el mismo título “Los diez mandamientos” y dirección de Cecil B. de Mille, un amante de las grandes superproducciones: de la circense “El espectáculo más grande del mundo” a la ferrocarrilera “Union Pacific”, la demagógica “Las cruzadas” y muchas más que movieran a multitudes   dentro y fuera de  la pantalla.

“Los diez mandamientos” (1923) tuvo a Theodore Roberts en el rol de Moisés, y “Los diez mandamientos” (1956), contó con la  pétrea actuación de Charlton Heston y unos efectos especiales que  ya eran viejos.

Los “diez mandamientos” bíblicos, cuyo origen se sitúa en la leyenda, fueron compendiados por Hollywood (que poco los respetaba) en grandes superproducciones cuyos libretos actualizados (o sea mostrando mayores o menores superficies del epitelio y efectos especiales de variable interés) se escribieron y reescribieron cuidando no malquistarse con grupo alguno. En  primerísimo  primer lugar la crucifixión, la confusa trinidad del  Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se avinieron a  películas “light”, en definitiva producto ecuménico fílmico de gran consumo por la cultura judeo-cristiana. Este material, generalmente simplificador, casi como que se salteó la   partición en dos del judaísmo (a su vez dividido por otras causas)   dando lugar al cristianismo, subdividido en dos grandes nucleamientos: a) la Iglesia Católica Apostólica Romana –a la que casi dos milenios después los  Pactos de Letrán firmados por Mussolini,  y el cardenal Gasparri, representando a   Pio XI, convirtieron en Estado- y; b) múltiples cultos surgidos a lo largo de los siglos (desde Lutero y el protestantismo a los liderados por David Miranda).

Suele afirmarse que, desde tiempos lejanos, la política de  Itamaraty se sitúa por encima de coyunturales gobiernos, manteniendo su viejo sentimiento de convertirse en una potencia imperial, semejante a la de sus odiados/imitados vecinos del norte. Esa indoblegable meta, vehemente deseo, parece concretarse (parcialmente) con el cine, que a través de “Moisés y los Diez Mandamientos: la Película” sacude a la industria y los  públicos occidentales  judeocristianos.

Hollywood, que ha dejado de ser un lugar geográfico, para convertirse en una forma de encarar el cine, ha llegado a Brasil. Si la designación de Jorge Bergoglio como Papa, provocó que muchos de sus connacionales expresaran que “Dios es argentino”, nuestros vecinos del norte pueden afirmar que “Moisés es brasilero”.


El onceavo mandamiento: Pare de Sufrir

La Rede Record brasileña, decisiva en la producción y exhibición de la telenovela y de los filmes surgidos de ella, según la revista “estilo” (Mendoza, Argentina), pertenece a Edir Macedo, de quien traza esta semblanza:

“El obispo evangélico Edir Macedo, poderoso dueño del canal brasileño Rede Record, es un precursor en materia de ciertos despliegues hipnóticos de la iglesia electrónica, que suele convocar a multitudes en las playas de Río de Janeiro en sesiones que incluyen prédicas y milagrosas curaciones de enfermos”.

“Fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios en 1977, con millones de fieles en el mundo, su presencia resulta más que intensa en las redes sociales y en la grilla de programación de trasnoche de los canales de aire”.

“El patrimonio de Macedo está estimado en 1.200 millones de dólares y está cuestionado por sus posiciones ultraconservadoras, su prédica en contra de los homosexuales, su rechazo a la educación sexual en los colegios del Estado, su postura contra el divorcio y contra los matrimonios de distintas razas, entre otras posiciones muy discutibles”.


Prontuario de producción

– El guión tomó cuatro de los libros que componen la Biblia: Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.

– El rodaje tuvo lugar en el desierto de Atacama (Chile), el estudio Recnov (Río de Janeiro) Porto do Mangue (Rio Grande do Norte), algunos ´trabajos de post producción se realizaron en  los EE:UU.

– Se ha confeccionado una extensa categorización de roles dividida en: Primera temporada y Segunda temporada, a su vez subdividas en: Elenco: Personajes principales, Sub protagonistas, Participaciones especiales, Personajes recurrentes, Personajes de primera y segunda fase.

– En una planilla se detalla nombre del personaje, autores de su  muerte, causas de la misma  y sus motivaciones.

– Se construyeron veintiocho escenarios y una ciudad escenográfica albergando las urbes de egipcios y hebreos.

– La publicidad del film comprende: personas con trajes de época cuando se realiza la venta previa de entradas.

– Se editaron Consejos para lograr el aspecto de la bella Nefertari.

– La Rede Record, productora y exhibidora de la telenovela, es propiedad de Edir Macedo, fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios.

– El presupuesto inicial era de doscientos cincuenta mil dólares por capítulo, en el que trabajarían más de cien personas.

– “Moisés y los Diez Mandamientos: la Película”, de dos horas de duración, se realizó a   partir de los 176 capítulos iniciales; se incluyen imágenes adicionales.

– Una de las frases publicitarias de los “trailers” asegura “un final inesperado”.