Aduana impulsa acuerdo de reconocimiento mutuo en América Latina, que facilite el comercio

Enrique Canon > “Un camino largo pero valioso”

Uruguay, junto con otros nueve países latinoamericanos promoverá un acuerdo de reconocimiento mutuo entre Aduanas, que permita que los operadores certificados trabajen bajo las mismas normas y procedimientos y así reducir los obstáculos técnicos al comercio, según informó el director de Aduanas, Enrique Canon. Se destacó la importancia de este tipo de acuerdo para facilitar el intercambio comercial y mejorar la competitividad de las empresas.

El anuncio de Canon fue realizado durante una actividad organizada por CPA Ferrere para analizar las oportunidades que representa el Programa Operador Económico Calificado (OEC), de la que también participaron Diego Casella, director de ese programa de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA), Ariel Jabcovski, gerente del Departamento de Consultoría en Gestión de Riesgos de CPA Ferrere y Laura Caffera, abogada senior del Departamento de Impuestos y Aduanero de Ferrere.

Canon se refirió a la “escalera de beneficios” que tiene el programa que apuesta a “crear la cultura del cumplimiento”, ya que ello permite enfocar los controles en aquellos que deben ser controlados, logrando una optimización de los recursos.

Explicó que a nivel internacional los aranceles han ido disminuyendo, pero por el contrario hubo un incremento de las barreras no arancelarias, como las exigencias de certificación. “Entonces las ventajas para el comercio exterior ya no son arancelarias, sino que son del tipo de controles”, subrayó.

El jerarca destacó que la DNA “es bastante simplificadora, facilitadora”, ya que más allá de su misión recaudatoria, apunta a “ser una herramienta de inserción internacional del país”.

“No es posible bajar más los aranceles. Entonces ¿por dónde podemos ganar competitividad?”, se cuestionó, respondiendo que a nivel de tiempos puede haber una “reducción de burocracia, reducción de trámites”. Pero más allá de las mejoras internas del organismo o de otros organismos estatales, interpretó que la DNA debe mirar al exterior y dirigir sus objetivos a “los acuerdos de reconocimiento mutuo” de certificaciones. Aseguró que se trata de “un camino largo pero valioso”.

El mismo incluye visitas recíprocas de validación, un plan de acción y luego un período de prueba. Ese camino ya se inició con Brasil, Bolivia, Corea del Sur y Perú, y también se comenzará con Estados Unidos.

Pero más allá de esos acuerdos, Canon interpretó que “la perla de todo el esfuerzo” sería alcanzar un acuerdo de reconocimiento mutuo regional, y en esa dirección se avanzó con los presidentes de los países de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú) y el Mercosur durante la XIII Cumbre Presidencial de la Alianza del Pacífico, realizada en julio del año pasado en México. En ese ámbito, acordaron impulsar un acuerdo de reconocimiento mutuo regional, a fin de asegurar niveles elevados de seguridad aduanera en toda la cadena de suministros de bienes y promover la armonización y estandarización de procesos.

El pasado diciembre en San Pablo, Brasil, se realizó la primera reunión de trabajo conjunto para ese proyecto regional entre representantes de seis aduanas y nuestro país: Bolivia, Chile, Guatemala, Paraguay, Perú, República Dominicana, y Uruguay En dicha instancia se expresó la voluntad y el compromiso de avanzar en el proyecto, al que recientemente se sumó Colombia y al que Canon espera que se adhieran otros países.

“Qué interesante sería que América Latina fuera la primera región que tuviera un acuerdo de reconocimiento mutuo continental”, señaló.

“Me parece un sueño. Puede parecer chico para la competitividad, pero estamos haciendo nuestro aporte”, concluyó el jerarca, quien espera que este proceso “dé un nuevo incentivo a las empresas uruguayas para participar” en el proceso de certificación.

 Más competitivos

Caffera contextualizó que a partir de los ataques terroristas del 11 de setiembre de 2001 algunos países comenzaron a adoptar “iniciativas unilaterales” para identificar las vulnerabilidades en materia de seguridad, lo que terminó generando problemas en el intercambio comercial. Ante esta realidad, en 2005 se generó un marco de estándares para lograr “una armonización en los sistemas de seguridad” que permitieran un abordaje integral y que no perjudicara los flujos de comercio. Es en ese marco que la DNA empieza a crear la figura del OEC. Se trata de “generar un contexto donde el operador privado sea un garante en materia de seguridad”, explicó.

Caffera subrayó que los temas de seguridad y de facilitación “parecen ser bien distintos”, pero que el programa de OEC busca que “estos dos problemas tengan soluciones con una misma herramienta”. “Este programa viene experimentando éxitos, pero en este momento es necesario renovar ese impulso (…) y generar que más actores del sector privado se incorporen”, agregó.

Casella por su parte, recordó que el programa de OEC comenzó a trabajar en 2014 como parte del proceso de modernización de la DNA y aseguró que “ha repercutido a nivel nacional e internacional”. Sin embargo, evaluó que “lo que más costó fue transmitir a qué apunta el programa” y los beneficios que trae consigo para las empresas: “la certificación de las empresas le da una serie de beneficios que tratamos que tengan un impacto en la competitividad”.

“Tratamos de generar medidas de facilitación del comercio, apuntando a mejorar la competitividad de las empresas nacionales y que accedan a los mercados de destino con mayor rapidez y reduciendo los costos asociados”, agregó.