Inclusión financiera permite a Uruguay estar “bien preparado” para adaptarse al cambio de la crisis del Covid-19

Cambios > Aceleró una tendencia global a utilizar cada vez menos efectivo

Martín Vallcorba, exasesor del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), sostuvo en diálogo con CRÓNICAS que la tendencia que se ha dado en los últimos años en torno a la inclusión financiera y el aumento de medios de pago electrónicos “encuentra a Uruguay bien parado” para “poder adaptarse a ese cambio y a esas necesidades que surgen de la mano de la crisis del Covid-19”. Esto incluye tanto al acceso de las personas a dichos medios de pago, como a las plataformas tecnológicas a nivel de los comercios.

– ¿Cómo se encuentra la institucionalidad financiera uruguaya en cuanto a su digitalización?

– En los últimos años, de la mano de lo que fue el proceso de inclusión financiera, ha habido avances muy significativos en ese sentido. Hoy, todas las instituciones financieras -tanto bancos como emisores de dinero electrónico- tienen una plataforma digital bastante desarrollada, que habilita a realizar la mayoría de las operaciones de manera virtual. Y eso, en el marco de lo que han sido las medidas de distanciamiento social que se han adoptado como respuesta a la crisis del Covid-19, ha sido un elemento fundamental que ha permitido que el sistema de pagos haya seguido funcionando de manera aceitada, y que las personas y las empresas hayan podido seguir operando más allá de las restricciones que toda esta crisis ha generado.

– ¿Contribuyó a prepararnos para la llegada del Covid-19, teniendo en cuenta que se está recomendando usar menos efectivo?

– Sin duda. En primer lugar, todas las medidas que se impulsaron en el marco del programa de inclusión financiera fueron fundamentales para que hoy la población, en su enorme mayoría, acceda a medios electrónicos y pueda realizar un montón de transacciones a distancia que cuatro o cinco años atrás hubiera sido imposible.

Recordemos que más de un millón de personas pudieron acceder al sistema financiero en estos últimos años de manera gratuita. Hay más de 1.300.000 instrumentos de dinero electrónico que se han emitido, y casi un millón de tarjetas de débito. Sacando las duplicaciones, nos da esa cifra de más de un millón de personas que han accedido de manera gratuita al sistema. Muchos comercios, por ejemplo, han tenido que implementar como una estrategia casi de supervivencia todo lo que tiene que ver con la venta online. Muchos comercios ya lo han venido incorporando, porque es la tendencia desde el punto de vista del consumo y la forma de comprar de los consumidores se está, cada vez, consolidando más. Pero la crisis del Covid-19 le dio un empuje mucho mayor, y el hecho de que haya comercios que ya habían podido acceder a la utilización de medios electrónicos, y de que se hayan mejorado notoriamente las condiciones de acceso -sobre todo a los negocios más chicos- a estos medios electrónicos fue un elemento que también facilitó todo este proceso.

– ¿Puede llegarse a un 100% de digitalización?

– Si, cuando hablamos del 100% de digitalización estamos pensando en una sociedad sin uso de dinero en efectivo, yo creo que estamos lejos, aún con la crisis del Covid-19. El dinero en efectivo va a seguir existiendo y se va a seguir utilizando. Lo que sin duda hay es una tendencia que ya viene desde hace unos cuantos años a nivel global, de cada vez utilizar menos efectivo. La pandemia lo que hizo fue acelerarla. En primer lugar, porque el distanciamiento nos obliga muchas veces a tener que hacer un pago no presencial, y para eso los medios de pago son los electrónicos; y también porque, por cuestiones sanitarias, se recomienda usar menos efectivo. Entonces, los dos factores son elementos que se suman a lo que era una tendencia que los consumidores ya venían transitando de cada vez utilizar menos efectivo y cada vez utilizar más medios electrónicos. Esa tendencia -y esta crisis que la acentúa- encuentra a Uruguay bien preparado tanto del lado del acceso de las personas a los medios electrónicos como de la plataforma tecnológica a nivel de los comercios, para poder adaptarse a ese cambio.

– ¿Cómo será el uso de dinero electrónico versus en efectivo bajo la nueva normalidad?

– Esta nueva normalidad nos va a mostrar un sistema de pago mucho más basado en medios electrónicos de lo que teníamos antes. Al mismo tiempo, este es un fenómeno que tiene mucho de cultural. Las personas, una vez que se familiarizan con el uso de los medios electrónicos, en general es un proceso que se profundiza. La gente lo encuentra más cómodo, es más seguro andar con menos efectivo encima, y desde el punto de vista sanitario también es positivo. Entonces, esta crisis va a acentuar esta transformación cultural en cuanto a la forma de hacer los pagos, y eso lo vamos a estar viendo. Recordemos que venimos, además, de un proceso de acelerada expansión en el uso de medios electrónicos. El uso de tarjetas de débito se multiplicó por 30. Por tanto, venimos en un proceso de cambio muy importante, y esta crisis va a provocar una profundización.

– ¿En qué periodo de tiempo fue que se multiplicó por 30 el uso de tarjetas de débito?

– La rebaja del IVA empieza, si tenemos que ponerle una fecha de implementación, en agosto del 2014. Si consideramos la situación en los 12 meses previos a julio, y lo comparamos con los últimos 12 meses para los cuales tenemos información -que es el cierre del año 2019-, lo que vemos es que hay un aumento de esa magnitud.


Inclusión financiera “no se va a revertir”

– ¿Cree que los cambios previstos en la Ley de Inclusión Financiera que se proponen en el proyecto de urgente consideración serían un paso atrás para el país?

– Creo que es una medida inoportuna. Personalmente, la consideraba equivocada antes de la crisis del Covid-19, en buena medida porque se basaba en algunas ideas o preconceptos equivocados. Pero más allá de ello, en este momento, tanto por razones sanitarias como por razones de la propia lógica del funcionamiento de la economía, me parece que es un retroceso que no está bueno.

Dicho eso, también creo que hay que señalar que, como se trata de un cambio cultural, la creciente utilización del medio de pago electrónico no se va a revertir, porque esto es un proceso que no lo impone la ley. La Ley de Inclusión Financiera no obliga a usar medios electrónicos, es una decisión que toman los consumidores. Entonces, ese proceso no se va a revertir.