En el semestre se registraron 19 conflictos con interrupción de actividades, lo que hizo que se perdieron 108.345 jornadas laborales. Esta cifra incluyó el primer paro general parcial del año, que se realizó el 4 de junio, en rechazo a la ley de urgente consideración (LUC) bajo la consigna “la emergencia es la gente”.Si se analiza lo ocurrido a nivel sectorial -excluyendo el paro general y considerando solamente los convenios de rama o empresa-, se observa que la construcción representó el 70% del total. Ello fue debido a una serie de paros rotativos en el mes de mayo en rechazo a la LUC y en reclamo de negociación colectiva. En segundo lugar se ubicó la educación (14%), también con paros en rechazo a la LUC. Dentro de los paros en la administración pública se encuentra el de los guardavidas de la Intendencia Municipal de Maldonado, realizados a comienzos del año por mejores condiciones de trabajo. También hubo conflicto en el área comercial de UTE, porque de acuerdo al sindicato, la empresa alteró mecanismos acordados en la negociación. Por último, hubo paros en el BPS en reclamo a mejores medidas de protección para evitar contagios de Covid-19, y en el Ministerio de Desarrollo Social, en reclamo del no cese de contratos.Falta la otra mitadPara el segundo semestre del año quedan muchos temas abiertos, según el informe de la UCU. Algunos están relacionados con temas más coyunturales, como los conflictos y la negociación; y otros con temas más estructurales, como las nuevas formas de organización del trabajo. “Con relación a la conflictividad laboral, en la medida que se retoman las actividades podemos esperar que surjan nuevos conflictos. La negociación colectiva en el sector privado está pendiente y en breve comenzará a discutirse el presupuesto quinquenal”, señala el informe.