María Laura Rodríguez: «Es necesario que las empresas recuperen oxígeno»

EDICIÓN ESPECIAL 2019

María Laura Rodríguez, economista responsable de asesoría económica, comunicación y medio ambiente de la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU).


Para la UEU, si los costos de producir en Uruguay a nivel logístico y de tipo de cambio real no bajan y se vuelven competitivos, el país seguirá teniendo empresas que reduzcan su personal y cierren. A esto se suma un contexto internacional desafiante “pero con espacios para comerciar y crecer”.

¿Cuáles son los desafíos en materia económica que tiene Uruguay en lo inmediato –año 2020-, ante un escenario de escaso crecimiento, en medio de una región que tampoco crece y que tiene problemas sociales, y en un mundo donde la guerra comercial entre Estados Unidos y China acelera la desglobalización?

Los principales desafíos son la mejora de la competitividad y de las cuentas públicas, ya que ambos factores son fundamentales para lograr un mayor crecimiento, inversión y generación de empleo.

En materia de competitividad, es necesario bajar costos de producir en Uruguay, además de disminuir costos logísticos, y tener un tipo de cambio real competitivo. De otra forma, seguiremos teniendo empresas que reducen su personal o cierran -como hemos visto hasta ahora- porque no pueden competir. Esto tiene que ir acompañado por la firma de acuerdos comerciales que permitan ingresar a nuestros mercados de destino en igualdad de condiciones que nuestros competidores.

Parte de esa baja de costos se relaciona también con la necesidad de contar con cuentas públicas saneadas, de forma que no estén presionando a través de impuestos, tarifas y otros costos ocultos al sector productivo.

El contexto internacional es realmente desafiante, pero creo que hay espacio para comerciar y crecer, y más aún con la escala de Uruguay. Si bien la guerra comercial entre Estados Unidos y China nos afecta porque son dos grandes mercados de destino, impacta en los precios de los commodities y en la actividad mundial en general. En el mundo se siguen firmando nuevos acuerdos bilaterales y multilaterales, y allí es donde debe estar Uruguay.

¿Cómo evalúa las propuestas económicas de las autoridades recientemente electas?

La orientación de las propuestas está en línea con las necesidades que planteaba anteriormente: mejorar la competitividad, las cuentas públicas, salir en busca de más acuerdos comerciales, retomar el crecimiento y la generación de empleo. Sin embargo, falta conocer más detalle para poder hacer una evaluación. Por ejemplo, nos preguntamos cómo se van a implementar los recortes de gasto público, en qué tiempos, si se alcanzará el monto previsto, si será efectivo para bajar el déficit fiscal o si el timming para mejorar la gestión de las empresas públicas permitirá una baja de tarifas de forma medianamente rápida.

En materia económica, ¿cuáles son los temas más urgentes a resolver en el corto y mediano plazo?

La competitividad tiene aspectos de corto, mediano y largo plazo. Lo mencionado anteriormente debería ser tratado lo antes posible. Es necesario que las empresas recuperen oxígeno. Sin embargo, no hay que descuidar los temas de mediano y largo plazo, que deberían estar enmarcados en una estrategia nacional de desarrollo consensuada por todos.

Allí podríamos destacar temas como la reforma de la seguridad social, necesaria para mejorar las cuentas públicas; o la reforma educativa, para contar con gente mejor formada para el futuro que se viene. Pensar qué cambios se pueden procesar en nuestra matriz productiva, si estamos preparados para las nuevas tecnologías como blockchain e inteligencia artificial. Los temas climáticos también son muy relevantes y no creo que nos estemos preparando lo suficiente, tanto a nivel de adaptación al cambio climático como en relación a las posibles exigencias que puedan venir de mercados de destino. A su vez, los países competitivos son los que invierten en investigación y desarrollo, los que innovan, los que se diferencian, y en ese sentido todavía hay mucho para hacer.

¿Cuáles son las fortalezas que tiene el país para afrontar ese contexto de turbulencias y guerras comerciales que mencionábamos en la primera pregunta?

Una gran fortaleza de Uruguay es su prestigio en materia de seguridad jurídica, de cumplimiento de contratos y de institucionalidad fuerte. Se trata de un activo muy importante y toma más relevancia debido al contexto complejo en esa materia en América Latina. Esa carta de presentación también hay que usarla para acceder a acuerdos con los mercados, que permitan tener algunas certezas en materia de comercio e inversiones en este mundo tan turbulento.

En este sentido, no avanzar es retroceder. Es preocupante que haya un deterioro en el relacionamiento a la interna del Mercosur entre Argentina y Brasil, que nos deje una vez más estancados. También hay que destacar que tenemos un sistema financiero saludable y que todavía tenemos grado inversor, que nos permite financiarnos de forma accesible. Es algo que hay que cuidar.