Nicolás Albertoni: “Lo central, más allá de lo económico, es mostrar el consenso político que se está dando en los asuntos importantes”

EDICIÓN ESPECIAL 2019

Nicolás Albertoni, analista internacional de la Universidad del Sur de California


En un escenario de incertidumbre, Uruguay se distingue por su solidez institucional y apertura al diálogo. A futuro se presentan nuevos desafíos, pero con la ventaja de que existe un alto nivel de consenso en el país,que debe pasar de las intenciones a la acción concreta.

¿Cuáles son los desafíos en materia económica que tiene Uruguay en lo inmediato –año 2020-, ante un escenario de escaso crecimiento, en medio de una región que tampoco crece y que tiene problemas sociales, y en un mundo donde la guerra comercial entre Estados Unidos y China acelera la desglobalización?

Hace poco tiempo salió el índice de incertidumbre global y muestra que la incertidumbre del empresariado a nivel internacional, hoy es mayor que la de la crisis del 2008, entonces, hay un contexto incierto altamente elevado que podría ser básicamente por factores poscrisis, pero ahora se abre el elemento material de la guerra comercial que tú decís.

Yo creo que lo central, más allá de lo económico, es mostrar este consenso que se está dando en grandes temas como educación, inserción, entre otros.

Más allá de las idas y vueltas entre los diferentes partidos para conformar el gobierno, al final del día se puede ver un buen nivel de consenso en los asuntos importantes para el país.

En una región incierta, ese factor puede ser un eslabón de relevancia para Uruguay, es decir, mostrarse sólido ante una Argentina y un Brasil que claramente se verán confrontados. En Uruguay hay un diálogo sólido, de búsqueda de certezas en los grandes temas de Estado. No es un detalle nada menor que un representante de Lacalle Pou haya estado en la cumbre del Mercosur con Topolansky. Son mínimos factores que parecen pasajeros pero son importantes al momento de que un inversor mire a América Latina y en especial al Cono Sur, y se pueda concentrar en Uruguay.

Vivimos en un contexto en el que los desafíos económicos terminan siendo bastante políticos e implican seguir consolidando certezas en un mundo que las pierde. Y debemos trabajar para que no se diluya esta visión de consenso en cuanto a Estado de Derecho, que significa que no van a cambiar a grandes rasgos las reglas del país. Yo creo que es un factor bastante relevante. Después hay otro nivel de consensos, educación e inserción, por ejemplo, donde debemos trabajar para pasar de las intenciones a las acciones concretas.

¿Cómo evalúa las propuestas económicas de las autoridades recientemente electas?

Azucena Arbeleche tiene una visión moderna y estratégica de las relaciones económicas internacionales que va a ser muy importante para el país. Eso va a ser una señal relevante, al menos, para ver los acuerdos comerciales como un factor de dinamismo del mercado local y mostrar que abrir mercados es, al final del día, aumentar los incentivos del empresariado local a competir para crecer.

También hay un desafío importantísimo con respecto a las políticas laborales. Es fundamental que se vea más certidumbre en ese sentido. No hablo de los sindicatos, pero sí que se vea que hay reglas que son claras para los inversores desde un punto de vista laboral. Es esencial que se resuelva rápido cuál va a ser el rumbo. Si se va a hacer en un formato de Consejos de Salarios tal cual está o en otro, es importante que la señal al inversor internacional llegue rápido. Si estamos un año y medio debatiendo cuál será el modelo –por sectores, por ramas-, ahí se puede abrir un frente que no estamos teniendo en cuenta, y es la incertidumbre latente que no hay que perder de vista y que no es menor.

En general, el rumbo hacia el que van las propuestas de la coalición es muy bueno; debe mostrarse que vamos a tratar de resolver los grandes temas complejos de forma eficiente y en diálogo.

En materia económica, ¿cuáles son los temas más urgentes a resolver en el corto y mediano plazo?

Uno de los grandes temas es la inserción económica del país. Cuando hablamos sobre el Mercosur flexible, el Mercosur máximo o mínimo, debemos ver cómo lo vamos a poner en práctica, cómo lo vamos a institucionalizar. No debemos dar grandes pasos en este sentido sin saber cuáles serán los pilares institucionales que lo van a sostener. Por ejemplo, si flexibilizamos el Mercosur y dejamos que cada uno negocie a su manera, tendrá que por lo menos avisar al resto para saber qué está negociando. Tenemos que dar ese debate hacia adentro y saber bien qué va a pasar el lunes siguiente cuando Brasil diga: “Miren, ya que estamos en este Mercosur flexible, salgo a negociar con China”. Es complejo imaginar el escenario de Brasil avanzando en un acuerdo y nosotros dos años debatiendo sobre si avanzamos o no. Eso puede generar desviaciones de comercio que pueden ser complejas para Uruguay.

Hay que pasar de las ideas a la acción política. Y en lo internacional, en materia de derechos laborales, sea cual sea el rumbo, también hay que dar claridad.

¿Cuáles son las fortalezas que tiene el país para afrontar ese contexto de turbulencias y guerras comerciales que mencionábamos en la primera pregunta?

En las últimas décadas en el país hubo cierto grado de diversificación; la dependencia en el Cono Sur ya no es la de hace muchos años. Hay una buena diversificación en general entre China, Europa y Estados Unidos.

En segundo lugar, la solidez institucional es clave en estos casos de incertidumbre. No olvidemos que América Latina sigue siendo una región en desarrollo. Por lo tanto, en el futuro, cuando se miren los emergentes, América Latina está en esa lista y vaya si es importante estar entre los primeros cinco en el listado de países en términos de confianza. Quien nos ganaba a veces era Chile en algunos factores, pero hoy se encuentra en un contexto complicado.