Gabriel Murara: “Lo que más deseo es que podamos recuperar todo el empleo perdido”

Gabriel Murara, presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay


En el marco del Día de la Industria, el presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), Gabriel Murara, conversó con Empresas & Negocios acerca de las necesidades del sector, que representa el 12% del PBI,y que tiene, al día de hoy, una capacidad ociosa del 35%.

Por María Noel Durán | @MNoelDuran

En el marco del Día de la Industria, ¿qué reflexión hace acerca del momento que atraviesa el sector?

A pesar de que el sector venía debilitado por distintos factores, tanto internos como externos, está fuerte y tiene una gran capacidad ociosa, es decir que tiene cómo reaccionar si implementan medidas competitivas y si pudiéramos mejorar también la exportación.

La producción de la industria manufacturera no es muy distinta a lo que era 10 o 15 años atrás porque ha tenido últimamente una baja importante.

A pesar de eso, el sector ocupa a más de 160.000 personas, es el 12% del PBI y tiene una capacidad ociosa no menor al 35% que está disponible para una recuperación rápida.

¿Cómo impactó la pandemia a la industria uruguaya?

Desde el año 2014 veníamos con una tendencia a la baja, y salvo en el año 2017 que hubo un pequeño crecimiento, el acumulado de los últimos cuatro a cinco años era absolutamente negativo.

La pandemia profundizó la caída y eso lo podemos ver en las mediciones actuales. El último dato de agosto informa de un 10% menos de producción, un 10% menos de empleo, pero este último dato se convierte en 16% menos porque ahí está jugando el seguro parcial que implementó el Ministerio de Trabajo y de Seguridad Social que, a propósito, fue una medida acertada porque permitió a muchas industrias adaptarse sin tener que despedir al personal.

¿Cómo ve el manejo que hizo el gobierno de la emergencia sanitaria declarada a raíz del Covid-19?

Acompañamos las medidas propuestas por la ministra Azucena Arbeleche desde el primer momento cuando dijo que había que mantener encendidos los motores de la economía.

En aquel momento, en marzo y abril, emitimos comunicados instando a los sectores que tenían trabajo a seguir impulsando fuertemente para, de esa manera, generar aportes y trabajo para poder ayudar a los sectores que estaban con menor actividad.

No podemos dejar de lado que no teníamos ningún conocimiento, que las medidas fueron paliativas y que se fueron tomando a medida que aparecían los problemas.

Uruguay tenía un sistema de previsión social, un sistema médico y un montón de organizaciones funcionando que otros países no tenían. Gracias a esa historia del país se pudo ayudar a los sectores que más lo necesitaban. Eso contribuyó, a su vez, a que el porcentaje del PBI que invirtió Uruguay no fuera tan importante como lo fue en otros países. El gobierno difirió pagos, y hubo prórrogas en los vencimientos de todos los bancos;en este sentido también hay que agradecer al sistema financiero, que acompañó muy bien el momento.

¿Qué transformaciones tiene que hacer la industria para adaptarse a la nueva normalidad?

La industria- con o sin pandemia- tiene que seguir invirtiendo, tecnificándose y capacitándose. Toda experiencia nueva deja enseñanzas y hay que trabajar en muchos procesos de calidad. Necesitamos organismos fuertes como el LATU, LCQA y UNIT.

Hay que tecnificarse, primero, para satisfacer al mercado interno con productos de calidad, pero también para encontrar nichos de exportación. Los productos certificados pueden competir mejor con productos importados por calidad, siempre y cuando esos productos no vengan con precios de competencia desleal.

Para que esto no suceda tenemos que tener sistemas más ágiles para combatirlos. Eso depende de todos, de públicos y privados en conjunto. Los empresarios también tenemos que hacer muchos deberes.

¿Como se encuentra el país en materia de competitividad y de productividad?

En materia de productividad el tema siempre es empresa por empresa. Es decir, no hay una regla de productividad, sino que cada uno sabe cómo puede ajustar los números de su producción.

Precisamente, hablando de competitividad tenemos un gran problema que se viene arrastrando desde hace muchos años. Desde el año 2010 en adelante se ha ido generando una pérdida de la competitividad muy importante. En eso intervienen varios factores, como el déficit fiscal, incremento de tarifas, una inflación que es de las más altas del mundo; y el tema laboral también juega su partido.

Ahora se han corregido algunos puntos que venimos reclamando hace años que atrasaron inversiones y que hicieron que algunas se retiraran del país. La educación y la capacitación también influyen; todo hace a la competitividad.

Que se hagan efectivas las correcciones en base a lo solicitado por la OIT,¿puede ser un llamador de nuevas inversiones?

No. Eso puede dar al inversor otro punto de vista de tranquilidad, porque a nadie le gusta que le ocupen su empresa, como ha pasado. Ahora hay más garantías. Hay varios puntos de la OIT que aún no se han corregido y está la idea de hacerlo porque este organismo instó al país a arreglarlo. Ya es un tema que superó a las cámaras empresariales. El país tiene que arreglar el asunto.

 Anteriormente dijo que los empresarios también tienen deberes para hacer. ¿Cuáles, por ejemplo?

Muchos…Invertir en calidad, en productividad, en las relaciones laborales, aunque esto es de los dos lados no de uno solo.

¿Cómo se encuentran las relaciones laborales?

En un promedio general, relativamente bien. Hay que destacar la actitud del PIT-CNT que permitió llevar adelante los lineamientos (de la negociación salarial) porque no se podía seguir con el sistema de indexar salarios cuando había 200.000 personas desocupadas en el país. Hubo un gran trabajo en el Ministerio de Trabajo y es importante destacar que se hayan podido lograr esos acuerdos de forma tripartita.

¿Cómo es el vínculo de la Cámara de Industrias con el gobierno actual?

Tenemos un vinculo directo con el Ministerio de Trabajo y es bien fluido. La Cámara también tiene un vinculo importante con el Ministerio de Economía.

¿Hay diferencias en el vínculo con el gobierno anterior?

Con el Ministerio de Industrias teníamos un buen diálogo, tal vez no tan fluido como ahora pero no avanzamos mucho en medidas concretas. Tenemos que seguir tratando de resolver ahora temas que vienen arrastrados de gobiernos anteriores. La relación era buena pero no avanzábamos y la industria no tiene tiempo, no tiene la capacidad económica paraesperar (por medidas) uno o dos años. Se necesitan resoluciones más ágiles, sean positivas o negativas, al menos para saber de qué estamos hablando.

El diálogo con el Ministerio de Trabajo es más de ida y vuelta. Antes, cuando se planteaba algo, era muy difícil que el sector privado pudiera poner una coma en algún tema que se estuviera hablando. Hoy quedó demostrado en las reuniones que tanto el sector privado como los trabajadores pueden formar parte del diálogo tripartito. Antes no alcanzaba ninguna goma del mundo para borrar la coma que había puesto el gobierno y ningún lápiz para escribirla en otro lado.

¿Qué deseo tiene para el fin de año de la Industria, y ya pensando en el 2021?

Eneste último periodo al frente de la CIU empecé hablando de que estamos complicados con la competitividad, y no lo hemos podido arreglar. Entonces, lo que más deseo es que podamos recuperar lo antesposible todo el empleo que hemos ido perdiendo este año. No solo para la industria, sino para todo el país.


Ley de inversiones: una política de Estado

El presidente de la Cámara de Industrias resaltó que la CIU aportó a los cambios instruidos en la Ley de Inversiones y que sintió que realmente fueron escuchados. “Los cambios fueron muy positivos”, estimó.

Murara comentó que espera que en los próximos años se empiecen a ver los frutos de estas transformaciones, a la vez que apuntó que es muy importante que lleguen inversiones para que se recupere el trabajo.

“No hay que olvidar que tenemos unas 90 mil personas en seguro de desempleo”, puntualizó.

Finalmente, reconoció que la Ley de Inversiones ha sido implementada por gobiernos de todos los colores políticos y que hoy por hoy,a más de dos décadas de su creación,ya puede considerarse “una política de Estado”.