Mercado laboral: cómo ser el candidato ideal

«Currículum Vitae» (CV) es un término en latín que se traduce, de manera literal, como «carrera de la vida». Es lo que se pide a cada candidato interesado en aplicar a una oferta de empleo. Pero la carrera de la vida de una persona puede abarcar muchas cosas, un sinfín experiencias personales y profesionales, aprendizajes, habilidades adquiridas. ¿Qué incluir en esas hojas? ¿Cómo presentarse? Gimena Valladares, directora de Selección & Calidad de Adecco Uruguay, brindó algunos consejos a Empresas & Negocios.

Por Federica Chiarino | @FedeChiarino

Una empresa publica una nueva oferta laboral. A partir de entonces, su personal de recursos humanos empieza a recibir currículum de distintos candidatos al cargo. Esas páginas, que detallan la carrera de vida de cada uno, son el primer contacto que la compañía tiene con cada aspirante. La famosa «primera impresión». Para impactar de forma positiva, el CV debe ser, como primera condición, legible. Claridad, precisión, orden, son elementos que deben estar presentes en todo CV.

«Un CV es una tarjeta de presentación del candidato. Es el primer contacto que una empresa o una consultora tiene y conoce del candidato. Ya está hablando de uno mismo, de organización, planificación, orden, según los colores que uno elija, formato. Es algo que tiene que ver con nosotros», explicó Valladares. La experta en selección y calidad recomienda a quienes buscan trabajo o aplican a un puesto, que tengan un CV estándar, pero que lo adapten a cada oferta laboral, a cada llamado, a cada empresa a la que lo presentan.

A continuación, algunos consejos de Adecco para armar un buen currículum, de principio a fin…

El formato

Este es un aspecto importante en las hojas de carrera de vida del candidato. Sin embargo, el formato puede variar según la profesión, el cargo al que se presente y los estudios realizados. «Es totalmente diferente si nosotros nos ponemos a analizar un CV de un desarrollador web, de un creativo publicitario, o de un contador público o un ingeniero industrial», según Valladares.

En el caso de un creativo publicitario, se esperan presentaciones fuera de los estereotipos comunes, pero no así en el caso de un veterinario, un técnico en administración o un ingeniero.

En términos generales, Adecco recomienda utilizar tipografías clásicas como Arial, Calibri o Helvética, y no incluir más de dos colores en el texto. Que el currículum se vea ordenado, prolijo y limpio.

La foto

En primer lugar, es de destacar que la foto no es un elemento excluyente en el proceso de selección de los candidatos, o no debería serlo, en opinión de Valladares. En un mundo de imágenes, se busca identificar al candidato, más allá de su nombre y apellido. Reconocerlo, en instancias previas a una posible entrevista personal o digital.

Adecco recomienda una foto neutra, sobre fondo blanco. El candidato no tiene que salir serio, necesariamente, sino natural. Que sea una imagen digna del candidato, y que se alinea a un ámbito laboral.

Formación académica

Presentarla en orden cronológico. Adecco sugiere la siguiente fórmula: año de comienzo y de finalización, instituto, nombre de la carrera o curso.

Formación complementaria

Aquí se incluyen cursos, talleres, seminarios. Pero siempre siguiendo el mismo criterio: que todo se relacione con la oferta laboral a la que el candidato está respondiendo. Tener cinturón negro en karate no es relevante, cuando una compañía busca, por ejemplo, un asistente contable. Mencionar solo aquellos cursos o talleres que tengan que ver con lo que se busca.

Es muy válido, en la actualidad, incluir el manejo de herramientas informáticas. Esto agrega valor al candidato, aún cuando no se establece como requisito en el llamado, ya que hoy la tecnología es un factor fundamental para casi cualquier trabajo.

«Cuando uno es sincero, auténtico, espontáneo, y lo muestra con su discurso, con su comunicación, con sus gestos, cae bien al entrevistador».

Lo mismo sucede con los idiomas. Puede que en el llamado no se pidan conocimientos de un idioma determinado, pero esto siempre representa un valor agregado, para poder estar en contacto, por ejemplo, con clientes y proveedores extranjeros. Adecco recomienda incluir, siempre, los idiomas sobre los que el candidato tiene conocimiento.

Los «cursos generalistas», según Valladares, siempre suman. Aquellos vinculados a la comunicación oral efectiva, programación, manejo del tiempo, liderazgo. Estos son aspectos o temas que también aportan a cualquier cargo.

Experiencia laboral

El orden en que se presenta este aspecto, no debe ser aleatorio, sino cronológico. Debe incluirse solo aquello que tenga que ver con la oferta laboral a la que se postula. Lo destacado, o lo que se muestre en primer lugar, deberá ser la mayor fortaleza del candidato, según el puesto al que aplica. «Si nosotros lo más rico que tenemos para mostrar es nuestra experiencia actual, podemos comenzar desde ahí, hasta nuestra primera experiencia. Si lo más rico que tenemos para alinearnos, lo que más produce un impacto positivo, es nuestra primera experiencia, vamos con eso», recomendó Valladares.

¿Y si no tengo experiencia?

Cualquier pasantía es válida, por más corta que haya sido. Demuestra un contacto previo con el ámbito laboral, adquisición de ciertos hábitos como la puntualidad, el orden, la prolijidad y el cumplimiento de normas. No importa si la pasantía realizada fue de dos semanas o un mes, siempre es mejor que nada.

También son válidas, según Valladares, las experiencias de trabajo no formal. Proyectos, experiencias, o ayuda a algún familiar en su empresa o emprendimiento. Todo esto debe ser verídico y comprobable, pero también suma.

Las referencias

La distinción entre las referencias personales y laborales, hoy ha quedado obsoleta. Las consultoras recomiendan incluir solo las laborales, y que sean aquellas que permitan investigar y dar fe de los antecedentes del candidato. Esto comprende anteriores jefes, supervisores o directores de empresas en las que el candidato trabajó.

En caso de no contar con experiencias laborales, Adecco recomienda incluir como referencias, por ejemplo, a un tutor de tesis o un docente que conozca de verdad al candidato y su forma de trabajar en el ámbito académico. No se recomienda utilizar familiares o amigos como referencias.

Es importante que aquellas personas que se destaquen en el CV como referencias estén al tanto de ello. Es recomendable avisar y pedir permiso antes de incluir sus datos personales en el CV, para que el llamado de un empleador o consultora no los tome por sorpresa.


El encuentro, más allá del papel

Pasada la etapa de entrega y recepción del CV, el candidato espera el llamado crucial. Suena el teléfono… Es de la empresa a la que aplicó. ¿Cómo responder? Ser espontáneo y natural, este es el primer consejo de Valladares para el primer contacto telefónico.

El candidato puede preguntar, y se espera que lo haga, si le quedan dudas. Pero siempre teniendo en cuenta que habrá otra instancia de diálogo, en la entrevista a pautar. Puede preguntar la ubicación de la empresa, el nivel salarial u horario de trabajo. Siempre teniendo en consideración que su tiempo vale oro, y que no querrá avanzar en un proceso de selección para un cargo que no es de su verdadero interés.

Ganar-ganar

«En un proceso de selección, la relación tiene que ser un ganar-ganar. Uno ganar como candidato, en cuanto a mostrar lo que sabe, las competencias que tiene, y lo que realmente puede hacer. Y la empresa, también, ser muy sincera y transparente en lo que pueda ofrecer», opinó Valladares.

El primer aspecto a tener en cuenta es la puntualidad. Llegar a la hora establecida, o incluso, unos minutos antes. Ser sobrio, clásico y tradicional en la vestimenta, peinado, maquillaje. Pero nunca perder la naturalidad y el estilo propio. Tampoco se trata de disfrazarse para la ocasión. «Cuando el candidato es genuino, espontáneo, auténtico, es cuando mejor cae y mejor se puede mostrar», asegura la directora de Selección & Calidad de Adecco Uruguay.

Llevar una copia del CV impreso nunca está de más, si bien se sabe que el empleador o la consultora ya lo tienen. A su vez, si el candidato cuenta con un portafolio de trabajos o proyectos que pueda ser relevante o atractivo, es positivo compartirlo con el entrevistador. Pero siempre tener cuidado de no apabullar o saturar de información. Buscar la instancia natural de presentar el material extra. No hace falta llevar títulos, certificados o copias de estos, ya que, de ser necesarios, serán solicitados en otra instancia o vía mail.

¿Qué decir de uno mismo?

Valladares explicó que no hay una prohibición respecto a qué decir y qué no. Siempre se apunta a lo natural, lo espontáneo. «Buscamos gente real. Ya no buscamos candidatos acartonados, que finjan tener marketing personal impresionante o correcto, porque después, en la práctica, todos somos humanos y cometemos errores, y representamos una etapa evolutiva», opinó. De parte del entrevistador, debe entenderse que, depende de la franja etaria del candidato, el desarrollo que habrá adquirido a nivel evolutivo, lo que se espere de él.

Un consejo fundamental es conocerse a uno mismo, saber cuáles son las competencias más destacables de cada uno, qué identifica al candidato como tal, cuál es su huella personal. Para ello, una técnica es pensar qué resaltan los amigos, la familia de uno como candidato. Qué le han reconocido en anteriores pasantías, trabajos, en la carrera académica. Todo esto hace a las fortalezas de un candidato.

En contraposición, están las debilidades. Es bueno reconocerlas, aceptarlas, porque todo ser humano las tiene. Pero se valora que el candidato esté dispuesto a superar y mejorar en aquellos aspectos débiles.

¿Qué contar sobre otras experiencias laborales?

Los logros, los aprendizajes, y todo aquello que el candidato considere que aportó al cargo y a la organización anterior. Qué logró como empleado, desde su departamento, desde su equipo de trabajo. Qué resultados obtuvo la empresa gracias a su colaboración. Qué aprendió el candidato de ese trabajo y qué feedback recibió.

Aspiraciones salariales

Un aspecto clave. La respuesta suele dar miedo, y es importante no quedar excluido del proceso de selección por este punto. ¿Estaré sobrevalorándome o devaluándome?, se preguntan muchos. Está bien responder con una cifra concreta, pero siempre conviene aclarar que uno, como candidato, está a las órdenes para negociarlo o conversarlo, de acuerdo a las responsabilidades y tareas. Aquí se aconseja tratar de ser generalista, no limitarse.

En la entrevista laboral, explicitar los verdaderos intereses. Si el candidato desea el puesto por el tipo de trabajo, el cargo o la experiencia, aclarar que el salario es algo flexible y negociable. Sin embargo, si el candidato se encuentra trabajando a cambio de determinado salario, y desea pasar a ganar más, quizás la flexibilidad sea menor. Aclarar cuánto se espera para sentirse motivado y desempeñarse con éxito en el cargo.

Es importante ser sincero con uno mismo. No decir que sí a todo o «es negociable», cuando en realidad no lo es tanto. «Cuando uno es sincero, auténtico, espontáneo, y lo muestra con su discurso, con su comunicación, con sus gestos, cae bien al entrevistador», explicó Valladares.


Preguntas modelo de entrevistas laborales

– ¿Cuáles son sus objetivos profesionales?

– ¿Qué lo motivó a buscar un nuevo trabajo / su primer trabajo?

– ¿Por qué cree que es indicado para el puesto laboral?

– ¿Qué cree que puede aportar, desde su experiencia, al puesto?

– ¿Cuáles son sus puntos fuertes y débiles?