Desde 2011 el sector rural no para de perder puestos de trabajo

Cambio > EN EL COMPORTAMIENTO DE TRABAJADORES RURALES PREOCUPA A LA ARU

El presidente de la Asociación Rural de Uruguay, Pablo Zerbino, dijo a CRÓNICAS que los motivos de las pérdidas laborales corresponden a la rentabilidad del sector y a los “problemas importantes” de capacitación y que si todos los grupos políticos no toman conciencia de esto, “no se llegará a buen puerto”. En tanto, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, resaltó los avances que ha tenido Uruguay en materia de derechos laborales y aseguró que nuestro país es uno de los pocos en el mundo que cuenta con jornadas de ocho horas y leyes de seguridad social en el campo.

Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi

Las demandas de puestos laborales en la agroindustria registraron una caída del 30% en nuestro país durante los años 2015 y 2016, según indica el Monitor de Mercado Laboral elaborado por la consultora Advice. Este porcentaje confirma la tendencia que se registra desde el año 2011 y acompaña diversos problemas en algunos sectores del agro, tales como la industria láctea, la ovina y la curtiembre.

Durante los años 2003 y 2009 el sector agropecuario sufrió una expansión, que  fue impulsada por las medidas implementadas por el gobierno argentino, gravando determinado tipo de cultivos, lo que llevó a que un gran número de productores cruzaran a estas tierras y desarrollaran en ellas sus inversiones. Sin embargo, la bonanza pasó, Argentina cambió de administración de gobierno y las condiciones cambiaron.

Tres años antes de que comenzara a bajar el número de personas que trabajan en el sector rural, las empresas cotizantes del mercado uruguayo comenzaron a disminuir. Actualmente, las mismas son 200 mil, y un cuarto de ellas están vinculadas al agro, según indicó Federico Muttoni, director de Advice a CRÓNICAS.

El 40% de las empresas de esta área son unipersonales y el 47% micropersonales. Solamente el 12% son firmas pequeñas, el 1% medianas y el 0,1% de gran magnitud.  Hoy, son 95 mil las personas registradas en la seguridad social del sector rural. Seis años atrás, eran 105 mil.

Para el presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Pablo Zerbino, esta disminución ha sido provocada por los mismos productores. El motivo responde a la necesidad general de ajustar los números de las empresas para lograr mantener una rentabilidad que, año a año, se agrava.

Los problemas en la competitividad del sector se agudizan debido al atraso cambiario. Esta situación, que ya se nota en el interior del país, pronto llegará a Montevideo, por lo que se necesita una concientización y revisión por parte de todos los grupos políticos, apuntó  Zerbino en conversación con CRÓNICAS. “Si no alertamos, esto puede llegar a ser muy grave”, expresó.

“Venimos insistiendo con la esperanza de que no lleguemos a situaciones como las que hemos vivido en el pasado. Tenemos muestras muy claras de adónde terminan las políticas cuando se prioriza, en forma desmedida, el mercado interno y no se atiende debidamente todo lo que es la exportación, sobre todo, en un país como Uruguay, que depende absolutamente de ellas”, apuntó.

De todas formas, consideró que esta situación no guarda relación con el gobierno actual dado que en nuestro país “se ha trabajado más de 50 años de esta forma” y que, en cambio, se trata de una estructura muy arraigada que genera serias dificultades.

El presidente de la ARU advirtió que de continuar con estas políticas no se llegará a buen puerto, a pesar que “todos los referentes políticos son optimistas en cuanto al futuro inmediato”.

Por su parte, Muttoni tampoco expresó un futuro alentador y aseguró que actualmente no se tiene una perspectiva de crecimiento, y que, por el contrario, se puede continuar viendo una disminución de la cantidad de empresas en el agro y, por lo tanto, de los puestos de trabajo.

Además, dijo que la tecnificación continuará jugando su papel haciendo que las empresas que encuentren en ella una mayor productividad se volcarán a la tecnología, reduciendo más personal.

“Quizá este año los precios no acompañen todo lo que se esperaba. El sector agropecuario tiene muchas empresas micropersonales y pequeñas, y hay un alto nivel de endeudamiento. Son condiciones complejas”, aseguró.

Capacitación

Para Zerbino, el otro factor que incluyó en la pérdida de empleos corresponde a los “problemas importantes” de formación de los uruguayos, una dificultad que se agrava en el tiempo, sobre todo en los sectores específicos.

Si bien el sector lechero –uno de los más castigados– se está recomponiendo, junto al ovino, su técnica hace que se exijan tareas con un nivel de compromiso importante y con conocimientos a fondo, según Zerbino.

Además, aseveró que desde ARU notan un cambio en el relacionamiento entre trabajadores y empleadores, y que es más difícil retener al personal. “Yo creo que eso responde al tema de la educación. La gente ya no tiene respeto, compromiso ni consideración del trabajo como en el pasado lo había”, declaró. Añadió que es difícil poder dimensionarlo y encontrar las razones adecuadas, pero que es un comportamiento cada vez mayor.

Por otra parte, Muttoni aseguró que han cambiado las especificaciones de las búsquedas laborales que realizan las empresas, algo que responde en parte a las nuevas legislaciones. “En 15 años pasamos de establecimientos más tradicionales a unos más modernos, de producción mixta. Eso hizo que la gente, que los empresarios del agro se tuviesen que ir aggiornando, mejorando el clima laboral en las empresas y teniendo una mayor capacidad de comunicación”, refirió.

En cuanto a los trabajadores rurales, señaló que el perfil de estos fue cambiando con el tiempo. “Se busca un perfil más técnico donde hay que aprender, trabajar en equipo y estar más comunicado, con capacidad de aprender permanentemente para adaptarse a los cambios tecnológicos que marcan las nuevas formas de producir y realizar las cosas”, dijo.

Leyes en el campo

En los últimos años el trabajo rural ha sido contemplado por dos normativas: la de seguridad social, que dispone de una pena para aquellas empresas que no brinden los instrumentos necesarios a sus trabajadores para protegerse de posibles accidentes, y la ley de ocho horas.

La ley de Seguridad Social ha hecho que el trabajo en el campo sea tomado con más conciencia, según Zerbino. De todas formas, añadió que es difícil poder llevar adelante todas las indicaciones, dado que en varios casos al personal le cuesta incorporar las especificaciones. “A nivel del sector agropecuario los accidentes laborales nunca han sido muy altos, pero tengo entendido que aun así han bajado”, afirmó. Por otro lado, Muttoni aseguró que los accidentes bajaron en todos los sectores – salvo en el de la salud – pero que dentro del agro, aquellos que están relacionados con transporte son los que más se registran.

Sobre la ley de ocho horas en el campo, el presidente de ARU apuntó que ha logrado que los establecimientos se ordenen en busca de eficiencia. Aun así, expresó que es difícil regular para todo el sector con una sola norma, dado que cada actividad tiene sus determinadas características de trabajo, y muchas de ellas dependen del clima. “Hay que conocer bien la campaña para llevar adelante este tipo de reglamentaciones que, entiendo, son útiles, pero también es comprensible que se presenten dificultades para implementarla”, remarcó.

Muttoni coincidió con Zerbino acerca de que la ley de ocho horas obligó a que las empresas se organicen mejor y que al principio se tuvo una cierta “resistencia” que fue terminada con la generación de flexibilidades para ambas partes.

“Hoy vemos que se respeta la normativa vigente mucho más que hace algunos años. Hay una mayor preocupación por desarrollar a las personas y por brindar seguridad en el trabajo”, formuló.


El gobierno reconoce mejora de la calidad laboral para empleados rurales

En tanto, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, dijo a CRÓNICAS que los factores que explican una disminución de los puestos de trabajo corresponden a los “profundos e importantes” cambios tecnológicos por los que atraviesa el sector, y por la concentración de la propiedad de la tierra.

Reconoció, además, que la capacitación de los trabajadores rurales, junto con la de los empresarios y pequeños productores, es un punto para hacer foco, y que desde el gobierno se orientan a trabajar en ellos.

Asimismo valoró un crecimiento del salario real de los trabajadores rurales superior al crecimiento del salario real de los trabajadores del país, el nivel de formalidad y una importante disminución de las horas excesivas de trabajo. Sobre este último punto, dijo que se han registrado  mil empleados menos que realizan más de 50 horas semanales y  4500 menos que hacen más de 60 horas cada semana.  “Esos son progresos en la calidad de vida de la gente”, calificó el jerarca.

En cuanto a la accidentalidad laboral, Murro aseguró que en los últimos dos años se registraron entre siete mil y ocho mil siniestros  menos entre todos los sectores de actividad, salvo en el de la salud privada. Entre los años 2014 y 2016, ganadería y agricultura pasó de registrar 3.369 accidentes a 2.961. En viñedo, fruticultura, horticultura, criadero de aves y apicultura, de 750 a 588, y en forestación descendieron de 392 a 286.

Respecto a las estimaciones para el futuro, el ministro señaló que se debe mantener la mira en la promoción de fuentes de trabajo de calidad y en los derechos laborales, así como también en la sindicalización de los empleados. “Lamentablemente, en el segundo semestre de 2016, el único sector que tuvo que emitir un decreto de salario fue el sector rural por una actitud negativa de las principales gremiales empresariales. Esa fue una excepción, porque en el resto de los sectores tuvimos un 95% de acuerdo. Por una opinión empresarial no tuvimos acuerdo y fue un sector donde no se pudo negociar”, recordó.

Cautela en los lanares

Zerbino observó que el sector ovino está repuntando a nivel interno gracias al esfuerzo de los productores y criadores. No obstante, la situación vivida responde a una tendencia mundial de caída del stock. “Es evidente que hay alternativas productivas que se han priorizado, y creo que sería necesario un poco más de tiempo para poder aventurar que se está recuperando en forma importante y que haya una locación de stock que nos permitiera salir de los 6 millones de lanares y pasar a 15 millones. A nivel internacional, me da la sensación de que aún no están dadas las condiciones”, expuso.