Cambio del modelo de las ligas profesionales y nuevos ingresos económicos

El futuro > Del fútbol uruguayo

En la pasada edición realizamos un diagnóstico del fútbol uruguayo, de sus problemas y de la necesidad de reestructurar una liga que deje de lado el centralismo capitalino y mire el mapa futbolístico del país en su totalidad. En esta segunda entrega, de la mano del exintegrante del Consejo Ejecutivo de la AUF, Dr. Daniel Pastorini, abordaremos aspectos referidos a la protección de los derechos federativos de los clubes que forman a los futbolistas, los que se han visto perjudicados ante la aparición de diversos actores que buscan su propio negocio. A su vez, el exdirigente, quien además integró la lista de Árbitros del Tribunal del Arbitraje Deportivo (TAS) y la Comisión del Estatuto de Transferencias de FIFA, propone un modelo de clasificación a los mundiales de los ocho países que han conquistado el máximo título futbolístico a nivel de selecciones a partir del 2026, y argumenta esa postura.

Por Daniel Pastorini (*)

En la nota anterior, señalamos que era necesario concretar un nuevo modelo de fútbol uruguayo en lo institucional y en la competencia -en las ligas profesionales (LUFP)-, con autonomía y con pertenencia de los ingresos económicos que genera, precisamente, la actividad deportiva.

El tema lo desarrollamos ampliamente, y quedaron pendientes los otros puntos neurálgicos que abordaremos en esta nota.

La protección de los derechos federativos de los clubes formadores de futbolistas ante las nuevas modalidades de captación que desarrollan intermediarios, representantes, y clubes europeos 

La protección de estos derechos impone otra postura de AUF en FIFA y en Conmebol. Esto, ante la necesidad ineludible de obtener la protección en la normativa de FIFA para los clubes formadores de futbolistas en sus derechos económicos, modificando algunas normas e incorporando otras ante los vacíos reglamentarios de los Artículos 18 y 19 del Reglamento del Estatuto y Transferencias de FIFA, que actualmente favorecen a terceros (intermediarios y clubes del exterior que incorporan a estos futbolistas).

La normativa no tuvo en cuenta la figura del empresario-representante que desarrolla su actividad con jóvenes futbolistas desde antes de los 15 años.

Mediante la práctica de los empresarios-representantes, de aceptar que los futbolistas suscriban los contratos con el club formador, pero por plazos cortos -que generalmente no superan la temporada-, la situación determina que el representante, actuando como tercer empresario, pasa a ubicarse en una posición dominante, desplazando al club formador en las negociaciones con los clubes interesados en obtener la transferencia del futbolista.

De esa forma, ese tercero participa como parte oculta en la negociación, recibiendo parcialmente o totalmente el valor de un futuro traspaso de un jugador de un club a otro y eludiendo la prohibición del artículo 18 bis tercero.

A esto se agrega que el numeral 3 del artículo 18 le permite al jugador firmar por anticipado el contrato con otro club si el vigente “vencerá dentro de un plazo de seis meses”.

Durante el período 2013-2016 en que integré la Comisión del Estatuto y Transferencia de FIFA -entre otros con Javier Tebas, presidente de la Liga Nacional de Fútbol de España-, la comisión redactó la reglamentación de la prohibición de la propiedad de derechos económicos de futbolistas por parte de terceros, la cual comenzó a regir el 1º de mayo de 2015.

El Consejo Ejecutivo de la FIFA aprobó el texto sugerido para la norma, pero no tuvo en cuenta observaciones realizadas por la mayoría de la comisión sobre aspectos que no se consideraban.

Con la finalidad de llenar ese vacío, que perjudica a los clubes formadores, presentamos un proyecto en la comisión en FIFA, en gestión desde el 19/12/14, el cual fue informado al Consejo Ejecutivo de la AUF por notas del 10/11/2016 y 13/2/17. El planteo no tuvo el seguimiento posterior necesario ante el Consejo Ejecutivo de FIFA, ni por parte de la AUF ni de la Conmebol.

Es necesario, también, tener presente la nueva modalidad de captación de jóvenes futbolistas en Sudamérica por parte de clubes europeos que se desarrolla a partir del año 2016.

Puede constatarse, por ejemplo, con la información del diario El País del 16/02/16, que da cuenta de que en Montevideo, “se inició el Campus Experience Real Madrid con más de 280 jóvenes en el Carrasco Polo Club”.

Esta práctica fue reconocida, además, por el director de La Masia (residencia y academia formativa del Club Barcelona), Sr. Carlos Folguera, quien auspiciado por la Fundación Reaching U estuvo en Montevideo durante una semana. En el programa En Perspectiva, de Radio Oriental del día 25/07/16, entrevistado por el periodista Emiliano Cotelo, hizo apreciaciones como las detalladas a continuación:

El club tiene 81 chicos en la residencia y una tercera parte de los mismos son extracomunitarios”.

El club tiene unos treinta y pico de ojeadores en todo el mundo, gente que ve alrededor de 10.000 videos, de unos 10.000 deportistas, de los cuales se acaban incorporando 70 u 80 al club”.

Ven los videos, se ponen en contacto con las familias, se les hace un seguimiento en el colegio o en el club de origen.

El club hace un contrato en donde se especifica muy claramente que el niño es becado”.

Reconoció, a su vez, que se gastan US$ 20.000.000 por año, señalando que Parecen [cifras] altas pero después resulta que no, si se lo compara con lo que después cuesta ir a comprar un jugador del exterior”.

Actualmente se constata también otra variante. La captación adopta otra modalidad, que se encuentra en desarrollo en los países productores de “materia prima”: jóvenes futbolistas con talento.

Los grandes clubes europeos, comenzaron a instalar una “sucursal” en los países donde se encuentra la “materia prima”. En Uruguay, el Manchester City con Torque, con dirigentes, funcionarios y/o asesores cuyas remuneraciones se corresponden con las de ejecutivos de empresas multinacionales, debiendo tenerse presente que el Manchester City fue comprado por el jeque de los Emiratos Árabes, Mansour bin Zayed Al Nahyan.

Consideramos que deben ser bien recibidas las inversiones auténticas en los clubes de fútbol en las que el inversor realiza un aporte económico a un club profesional para desarrollar un proyecto, como por ejemplo, mediante un fideicomiso. En cambio, cuando el inversor es una sucursal de un club extranjero el tema es diferente y pasa a ser de atención por encima del fútbol, y puede incidir incluso en las divisas que ingresan al país por ese rubro. Exigiría su control y su regulación a nivel del gobierno.

La necesidad de otros nuevos y diferentes ingresos económicos para los clubes de las ligas profesionales y las selecciones nacionales

En el futuro del fútbol mundial (antes de la pandemia y más aún después), Uruguay tiene la oportunidad de acceder a otros escenarios y mercados con posibilidades económicas de ingresos, que puedan permitir desarrollar un fútbol uruguayo profesional al más alto nivel.

El fútbol uruguayo tiene un “valor llave” que comparte con otras siete naciones en el mundo. Es uno de los ocho países que en toda la historia de FIFA ha obtenido el título (más de una vez) de campeón mundial.

El Consejo Ejecutivo de FIFA ha resuelto aumentar, a partir del 2026, de 32 a 48 los países que participen en la fase final del Campeonato Mundial FIFA, y va a definir la reglamentación de la integración de los grupos clasificatorios según criterios que ya se han comenzado a divulgar.

El Consejo Ejecutivo de FIFA es el órgano competente para reglamentar la forma de clasificación de los 48 países a las finales de la Copa del Mundo (artículo 34, numeral 10 del estatuto FIFA).

La AUF y las asociaciones que componen Conmebol deben, de inmediato, involucrarse en el tema y fijar su posición, no quedando al arbitrio discrecional del Consejo Ejecutivo de FIFA, ni limitándose a aceptar sus decisiones.

El 13 de febrero del 2017 (conjuntamente con un informe al Consejo Ejecutivo de AUF, de los asuntos tratados en la Comisión de FIFA que integré), sugerimos realizar una propuesta para la clasificación a las finales de la Copa del Mundo con 48 países a partir del 2026, incluyendo la clasificación directa de los países campeones mundiales y la disputa entre esos países de una Copa de Campeones Mundiales, a jugarse en las mismas fechas FIFA en que los demás países compiten por la clasificación a los restantes 40 cupos para la final.

Entre 1930 y 2018 se han disputado 22 Copas del Mundo, cinco de las cuales han sido obtenidas por países europeos -Alemania, Italia, España, Inglaterra y Francia- y tres por países sudamericanos -Argentina, Brasil y Uruguay-.

Los tres países sudamericanos las obtuvieron en nueve ocasiones, a lo que se suman los títulos mundiales y olímpicos de Uruguay conquistados en Colombes (Francia) en 1924 y Amsterdam (Holanda) en 1928. Los mismos tuvieron la relevancia y el reconocimiento de Campeón Mundial de FIFA, disputado en las Olimpiadas.

Cabe igualmente tener presente la particularidad de que los cinco países europeos campeones del mundo tienen las cinco ligas más importantes a nivel de clubes, y que los jugadores que integran las selecciones nacionales de los tres países sudamericanos, en su casi totalidad militan en los clubes de esas ligas europeas.

Resulta claro que esta es la oportunidad para que los ocho países campeones del mundo reivindiquen y legitimen sus logros y sus derechos adquiridos en la competencia deportiva en casi 100 años.

Esto es, tienen el legítimo y justo derecho a clasificar directamente a las finales de las copas del mundo si se aumenta la participación a 48 países.

La reivindicación y el reconocimiento de este derecho permite, a su vez, establecer la disputa de una copa de los países campeones mundiales, la que podría disputarse en el mismo tiempo en que las demás naciones compiten por la clasificación de los otros cupos y en las mismas fechas FIFA.

Lo singular de esta propuesta en FIFA es que tendrá también el interés y el peso político en especial de Alemania, España, Inglaterra, Francia e Italia, además de Argentina y de Brasil, por lo que representa para los cinco países europeos, pero también para los clubes de las cinco mayores ligas profesionales del mundo.

Los grandes clubes europeos se benefician y resuelven su posición contraria a la cesión de sus jugadores en las fechas FIFA, evitando largos desplazamientos. Al clasificar directamente Argentina, Brasil y Uruguay, sólo necesitan viajar estos jugadores fuera de su continente a dichos países tres veces (como visitante en las fechas FIFA) en los años de disputa de la Copa de Campeones Mundiales.

A su vez, permanecerán en Europa, sin desplazarse, los jugadores sudamericanos de los clubes europeos que integran las selecciones de Argentina, Brasil y Uruguay cuando éstas juegan como visitantes frente a los países europeos que oficien de locatarios. También le soluciona a FIFA resolver indirectamente la difícil situación de enfrentamiento de los clubes europeos en la obligación de la cesión de jugadores en las fechas FIFA.

Es indudable que los otros siete países campeones del mundo van a sumar su peso político y económico ante el Consejo Ejecutivo de FIFA (el órgano competente) para reglamentar la forma de clasificación facilitando la aprobación de la propuesta por lo que les representa en lo deportivo y en lo económico.

En lo deportivo, en la medida de que esos países se aseguran la participación en las finales de la Copa del Mundo, sin el riesgo de estar excluidos, como sucedió con Italia y pudo suceder con Argentina en el último Mundial de Rusia 2018.

En lo económico, el interés va a ser incuestionable por la dimensión de los recursos e ingresos que produce un campeonato entre países campeones del mundo durante el tiempo en que los demás países disputan la clasificación para las finales de la Copa del Mundo.

El continuo avance de la tecnología, unido a la integración de miles de millones de personas, en especial del continente asiático -China, India, Corea, Japón- como usuarios de la televisación de los partidos correspondientes a una copa de países campeones del mundo va a producir ingresos económicos trascendentes por los derechos de televisación, de la mercadotecnia, de sponsors, publicidad en todos los rubros, presencia de las marca de productos deportivos, venta de productos de merchandising, etc.

No puede desconocerse que entre las metas de China se encuentra, en lo inmediato, el desarrollo de una gran liga de fútbol profesional, con la contratación de jugadores por sumas similares a las europeas. En lo inmediato, la postulación ya anunciada de China para organizar y ser elegida sede de la Copa del Mundo FIFA del 2030.

Concretar esta propuesta representa, además, la posibilidad de la inserción de Uruguay, con su liga profesional potenciada, en un nicho de mercado futbolístico de Asia -China, Corea, Japón, India- con miles de millones de habitantes, donde se pueden obtener ingresos por comercialización de audiovisuales de sus campeonatos, sponsors, merchandising, etc. Esto implica generar ingresos económicos sin precedentes para el fútbol uruguayo; para ello basta con que resulte interesante a un porcentaje mínimo de ese mercado de millones de consumidores del fútbol.

Tampoco se puede desconocer al otro gran actor del fútbol del futuro: Estados Unidos, formando actualmente una liga profesional al más alto nivel (la MLS), mientras se prepara para ser la sede del 2026, precisamente a partir de cuya fecha los países finalistas de los mundiales pasarán a ser de 32 a 48.

Estos son los escenarios en que se desarrollará el fútbol que viene. Es lo que el escritor Mario Vargas Llosa (Premio Nobel de Literatura), en su formidable ensayo denomina “La civilización del espectáculo”.

La conducción de la política Internacional de AUF en la FIFA y Conmebol debiera ser realizada con la intervención de una comisión especial

Debería contar y priorizar su desarrollo con la gestión directa y la participación de los clubes profesionales que deberían ser protagonistas, integrando un órgano o comisión especial en la AUF con el presidente y el secretario de Asuntos Internacionales del Comité Ejecutivo de AUF, agregando cinco miembros con idoneidad para ese cometido, designados por la liga profesional (LUFP).

Esto es indispensable para poder cumplir objetivos y finalidades como las precedentemente señaladas, concretar propuestas para la clasificación directa a las finales de la copa mundial con los países que ya la han obtenido, y para disputar una copa de países de copas mundiales.

Una Comisión Especial de Asuntos Internacionales en AUF tendría el cometido de informar y asesorar permanentemente al Congreso de AUF, a la LUFP y a los clubes profesionales sobre todos los asuntos que se tratan y resuelven en FIFA y Conmebol.

Que en el futuro el fútbol uruguayo quede relegado o tenga un lugar preponderante a nivel internacional dependerá del compromiso, de la responsabilidad y de la voluntad de la dirigencia de los clubes profesionales en adoptar de inmediato un nuevo modelo institucional y deportivo. A su vez, de obtener nuevos ingresos económicos, y de no dejar pasar la oportunidad de hacer valer el “valor llave” para la clasificación directa a los mundiales partir del 2026, conjuntamente con la disputa de países campeones del mundo.

(*) Exintegrante del Consejo Ejecutivo de la AUF, de la lista de Árbitros del Tribunal del Arbitraje Deportivo (TAS) y de la Comisión del Estatuto de Transferencias de FIFA.