De enero a octubre de 2019 cayeron 10% las ventas de automóviles, según ACAU

La caída > SE EXPLICA, PRINCIPALMENTE, EN EL RUBRO DE AUTOMÓVILES DE PASAJEROS

Las cifras brindadas por la Asociación del Comercio Automotor del Uruguay (ACAU) respecto a las ventas de automotores registradas en octubre de este año y en comparación con el mismo período del año pasado, señalan una suba de casi todos los rubros pero una baja general –menos el de minibuses, que descendió por una unidad-. Ignacio Paz, gerente de ACAU, aseguró a CRÓNICAS que se esperan momentos de incertidumbre.

La Asociación del Comercio Automotor del Uruguay (ACAU) divulgó días atrás las cifras del total de ventas de automotores de octubre de 2019, donde se destaca el aumento en la venta de ómnibus, las cuales escalaron de 34 a 78 en lo que respecta al mes de octubre de 2018 primero y 2019 después. Mientras que en octubre de 2018 se comercializaron 3.579 unidades, en el mismo período de este año fueron 3.729 vehículos. En concreto, en octubre de este año se comercializaron 1.833 automóviles, 688 SUVs, siete minibuses, 960 utilitarios, 163 camiones y 78 ómnibus.

En diálogo con CRÓNICAS, Ignacio Paz, gerente de ACAU, señaló que cuando se hacen los comparativos se trata de tomar los períodos de tiempo lo más largos posibles, ya que mes a mes pueden existir hechos circunstanciales que cambian los resultados. “Si bien este mes de octubre creció respecto a octubre del año pasado, en lo que va del año, de enero a octubre, hay una caída en el entorno del 10%”, aseguró.

Consultado sobre los motivos de la misma, Paz señaló que responde a distintos factores que se dan de manera simultánea. Indicó que el principal índice que influyó es el costo del dólar. Luego, entendió que está en juego el índice de confianza del consumidor -estudiado por la cátedra SURA y la Universidad Católica- que ha ubicado el estado de ánimo de los uruguayos en “moderado pesimismo” a la hora de adquirir bienes durables, como pueden ser los autos.

El entrevistado explicó que ese resultado significa que al momento de tomar una decisión de una compra, los potenciales clientes “no están con un ánimo o una seguridad como para hacer la transacción. No se trata de un factor grave, porque vehículos se han vendido, pero sí menos que el año pasado”.

El gerente entiende que un año electoral es un año de incertidumbre, y que también genera un estado de ánimo en las personas que no los lleva a tomar riesgos. “Creemos que el mercado va a cerrar por encima de los 40.000 vehículos, lo que significa una caída respecto al año pasado. Entendemos que empezará una nueva etapa con el gobierno que sea y veremos cuáles son los lineamientos que darán a partir del principio del mandato”, afirmó.

Entre impuestos y competencia interna

Paz indicó que el mayor problema del comercio automotor es la carga impositiva, que es la más pesada del continente y explica que los vehículos uruguayos sean los más caros, generando, en algún caso, a valer el doble que, por ejemplo, en Chile.

La carga impositiva pesa de manera decisiva en el precio, según indicó el ejecutivo. Los impuestos son el Imesi, IVA, tasa consular, arancel, “que sumados  influyen uno sobre el otro, y genera que un vehículo que esté en el Puerto de Montevideo tenga un valor CIF de US$ 10.000, pero en el mejor de los casos llega en la venta al público a US$ 20.000. Siendo que el mercado uruguayo ofrece casi la misma gama de productos que Argentina, Brasil y Chile”.

Paz explicó que si en el comercio nacional una firma quisiera “descolgarse” con un precio para lograr tener una ganancia importante, enseguida el mercado lo bajaría, ya que existe mucha competencia.

Entre los factores que influyen en que las ventas de vehículos están en descenso, se ubicaría también el precio del combustible, que es de los más altos de la región. El gerente dijo que hoy la ecuación de tener un vehículo en una casa implica el precio del auto, el combustible y la patente más cara que en París, Londres y Madrid.

“Son todos los elementos que juegan alrededor del vehículo y pesan en contra. Ya es un tema casi filosófico tomar el vehículo como un bien suntuario y de lujo y no como una herramienta de libertad, de ganar tiempo, de poder salir con la familia, o para el trabajo. Esto lo hemos tratado de explicar en muchas oportunidades pero sin mucha suerte”, puntualizó Paz.