Iniciativa francesa de instituir seguridad alimentaria no pondría en riesgo acuerdo con el Mercosur

Acuerdo > entre Mercosur y UE no tiene fecha concreta de firma ni ratificación

Luego de que desde el gobierno francés se incitara a la Unión Europea a utilizar un instrumento de la posguerra -debido a la pandemia- para generar una mayor seguridad alimentaria, es decir, producir más alimentos e importar menos, CRÓNICAS consultó a expertos en relaciones internacionales sobre el tema. Según Gonzalo Oleggini, podría significar un perjuicio a corto y mediano plazo. Por su parte, Nicolás Albertoni se apuró en aclarar que el acuerdo entre ambos bloques ya está negociado, y que si bien falta ratificarlo, es muy difícil que tenga un impacto real para los países sudamericanos.

Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo

La semana pasada, el gobierno francés anunció la intención de organizar una conferencia sobre cómo reforzar la soberanía o seguridad alimentaria.

Este concepto se sugiere cuando acontece alguna crisis. Los gobiernos -en este caso la Unión Europea (UE)- buscarían tener la capacidad de producir la mayor parte de alimentos y depender lo menor posible del resto. La idea proviene de la posguerra y ahora se vuelve a poner sobre la mesa, utilizando el argumento de la pandemia como disparador.

De acuerdo con el investigador en negocios internacionales, Gonzalo Oleggini, Francia pone el tema a discusión “en un año de definiciones”.

En diálogo con CRÓNICAS, el experto listó cuatro factores importantes para el bloque europeo en lo que resta del año. En primer lugar, sigue en pie la firma -y posterior ratificación- del acuerdo entre la UE y el Mercosur; en segundo lugar, esta posición respecto a la soberanía alimentaria; en tercer lugar, la designación del presupuesto para el período 2021-2027; y, por último, la salida del Reino Unido continúa como un dolor de cabeza para la región.

“Esas cosas están todas arriba de la mesa mezcladas y se está negociando sobre eso, y Francia tira este mensaje de la soberanía alimentaria para presionar y obtener más recursos”, analizó Oleggini.

La granja versus el acuerdo

En el supuesto de que el Parlamento Europeo ceda a los avances franceses y, efectivamente, se termine aprobando dicha iniciativa, para el Mercosur significa un perjuicio en el corto y mediano plazo, indicó. “Se podría estar frente a un escenario en el cual la UE tratara de producir más para importar menos”, detalló.

Sin embargo, la situación no es tan negativa como parece. “Sobre el acuerdo en sí mismo, uno tendería a pensar -desde un punto de vista diplomático y de procesos- que no tendría” un impacto, reflexionó Nicolás Albertoni. El investigador en Relaciones Internacionales explicó a CRÓNICAS que se está hablando de un acuerdo ya concluido. “El efecto lo tendría si se abrieran los textos nuevamente, que no sería una buena señal”, acotó.

Sin embargo, el experto resaltó que podría llegar a afectar en la pendiente ratificación. Según ejemplificó, “no es loco pensar que mañana” Francia insista a la UE que se necesita una mayor seguridad alimentaria, por lo que no sería bueno ratificar el pacto.

En este sentido, Oleggini reconoció que la negociación entre ambos bloques económicos va a afectar a los granjeros europeos, ya que van a entrar más productos agrícolas del Mercosur. Por ende, la lógica detrás de Francia es instar a que se necesita más dinero para producir mejor y competir con los alimentos importados.

De esta manera, ambos tuvieron visiones distintas sobre las posibilidades de que la UE ceda ante las presiones del gobierno liderado por Emmanuel Macron.

Si bien Albertoni no consideró que sea “un mecanismo individual”, recordó que en el segundo semestre será Alemania quien asuma la presidencia de la UE, y este país “está con una visión bastante positiva” del acuerdo. “Si Francia fuera quien esté a la cabeza, quizá debería pensar un poco mi respuesta”, asintió.

Oleggini, por su parte, proyectó que el producto final del presupuesto elaborado por el bloque europeo tendrá en cuenta “algunos de los reclamos de los países agrícolas por el tema de la pandemia”. El virus “cambió” un poco las reglas de juego. “Si esto lo analizaba hace tres o cuatro meses, seguramente las presiones de Francia no tuvieran el resultado que ellos desean, pero ahora yo creo que algo van a lograr, porque tienen argumentos”, expresó.


Sudamérica y Europa, expectantes

Los dos expertos en relaciones internacionales se refirieron a la situación del acuerdo entre Mercosur y la UE, cuya firma y posterior ratificación se vieron ralentizadas por la pandemia.

Al respecto, Albertoni señaló que no hay una fecha concreta para que esto se concrete, ya que hay mucha incertidumbre debido al contexto global. Oleggini explicó que de los tres capítulos que componen al acuerdo, el comercial (los otros dos son de cooperación y diálogo político) es el que depende principalmente de la aprobación del Parlamento Europeo. Lo tiene que aprobar dicho ente y alguno de los países del Mercosur para que empiece a funcionar entre ambos, en un instrumento conocido como ratificación bilateral. Así, por ejemplo, Uruguay no tendría que esperar a que todos sus socios del bloque lo discutan, sino que debe aprobarlo por su cuenta y esperar a que Europa haga lo propio para que entre en vigencia.

“No nos va a importar mañana muchísimo si Argentina quiere debatir tres años más o 20 sobre el acuerdo, porque la ratificación bilateral es uno de los grandes éxitos de nuestro equipo negociador del lado del Mercosur”, alabó Albertoni.

Así, ambos concordaron en la buena disposición que tiene Uruguay para con el pacto con Europa. Según Oleggini, va a ser de los países que lo va a ratificar más rápidamente, mientras que Albertoni sostuvo que el nuevo gobierno uruguayo se mostró “muy positivo de la apertura en general”.