Pablo Inthamoussu: “El sistema de transporte tocó fondo y todavía está amenazado”

En medio de la incertidumbre instalada por la emergencia sanitaria y sus consecuencias, el director de Movilidad de la Intendencia de Montevideo le pide al gobierno nacional certezas para poder ejecutar los montos comprometidos en el Fondo de Infraestructura Metropolitana de Montevideo (FIMM). Si todo se cumple según lo pactado, el departamento de Movilidad culminará el periodo ejecutando más de US$ 250 millones en obras viales. En entrevista con CRÓNICAS, Inthamoussu reflexionó sobre la actualidad del sistema de transporte y aseguró que, a consecuencia de la pandemia, unos US$ 80 millones no ingresan al sistema de transporte. Según sus proyecciones, las consecuencias que se desprenden de esta crisis permanecerán al menos durante los próximos 24 meses.

Por María Noel Durán | @MNoelDuran

Manifestó públicamente que existe preocupación por el cumplimiento del Fondo de Infraestructura Metropolitana de Montevideo (FIMM), que es necesario para obras viales proyectadas en la ciudad. A raíz de esto solicitó reuniones con la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, y con autoridades del sindicato y de la Cámara de la Construcción. ¿El gobierno tenía plazos estipulados que no cumplió?

Sí, hay plazos. Hay una partida del MEF que es la contrapartida local del préstamo que otorga CAF al FIMM. 

De los US$ 100 millones que componen el Fondo, 80 llegan por parte de CAF y 20 por parte del gobierno nacional. 

Esos US$ 20 millones que provienen del MEF deben hacerse llegar en cuotas anuales: 2018, 2019 y 2020. En los dos años anteriores se cumplió y el Fondo empezó a andar, a ejecutar obras, pero en 2020 no hay una definición y eso nos tiene preocupados porque la ejecución no es automática, hay procesos previos y hay que tener cierta previsibilidad para que, tanto nosotros como la CND y CAF, podamos tomar decisiones.

Nosotros somos los ejecutores y como no tenemos definiciones de lo que está pasando en 2020 vamos a pedir estas reuniones para tener certezas.

Hay licitaciones que están hechas, ¿y qué hacemos con eso? Queda todo como en una nebulosa y no es bueno para nadie. Necesitamos definiciones.

¿Qué obras están comprometidas a raíz de este Fondo?

En el escenario actual estamos viendo que vamos a tener que bajar del Fondo de Infraestructura Metropolitana de Montevideo el tramo de Avenida Italia entre Santa Mónica y Barradas, que conlleva unos US$ 12 millones previstos en una obra que es también de drenaje y cuya licitación está esperando definiciones para ser adjudicada.

Otro de los proyectos es el de Cochabamba, una calle muy conectora que comunica con la disposición final de residuos y que es transitada por camiones de gran porte. También estaba previsto ensanchar Luis Alberto de Herrera entre General Flores y San Martín, y nos quedaría pendiente la licitación de las calles Rio de Janeiro y Bogotá en el Cerro. Tuvimos que optar.

Seguro vamos a hacer una obra importante en Luis Batlle Berres y también el tramo de Luis Alberto de Herrera entre Rivera y Ramón Anador.

¿Qué consecuencias puede tener un incumplimiento?

Todavía no hay un incumplimiento. No estamos teniendo certezas, confirmaciones. Si no es el 100%, al menos saber si un porcentaje se va a dar para saber también con qué contraparte contamos y qué se puede ir ejecutando con eso. En los hechos, hay licitaciones hechas y algunas prontas para salir y genera obras que no se empiezan a realizar y son fuentes de trabajo que no se generan, por eso también incluimos al sindicato y a la Cámara de la Construcción.


El flujo de tránsito está prácticamente normalizado pero la venta de boletos no acompaña esa tendencia. ¿A qué se lo atribuye?

En materia de tránsito vehicular estamos llegando a los volúmenes de tráfico que teníamos en la vieja normalidad, previa al 13 de marzo.

Yo me animaría a decir que incluso superaremos el 100% en algún momento. Actualmente, la mitad de los pasajeros que usaban el ómnibus dejaron de hacerlo. Podemos concluir que hay mucha gente que continúa en el teletrabajo, otro tanto que lamentablemente perdió el trabajo, y que por ende no se está moviendo, y también que hay otro grupo de personas que desconfía del sistema de transporte como medio habitual por el tema de la pandemia y que también demorará en regresar. A la hora de hacer proyecciones estimamos que por lo menos en un plazo de 24 meses estos efectos van a continuar de alguna forma y no van a desaparecer. Es lo que se está analizando también en el mundo.

¿Se puede decir que el sistema de transporte colectivo tocó fondo?

Sí, tocó fondo y está todavía amenazado, no hemos salido del problema.

Nunca ocurrió algo similar en el sistema de transporte. En el año 2002 hubo crisis en el sector, pero la caída en ese año no llegó al 10% y fue un colapso, además fue gradual. 

En 2020, en pocas semanas se desplomó la recaudación del sistema de transporte y llegó a menos del 20% de la recaudación, y vamos a estar cerrando el año con un 40%. Eso significa 100 millones de boletos menos y US$ 80 millones que no ingresan al sistema de transporte.

Esta coyuntura dispara las medidas que estamos tomando de reducción de costos. Además, le pedimos al Poder Ejecutivo que inyecte recursos extraordinarios y ya empezamos a ver señales positivas en ese sentido. En este contexto, lo que hace la Intendencia es inyectar recursos y mantener subsidios como si no se hubiese dado la pandemia. Fue la forma de apalancar el sistema, ponerle andamios y bastones.

Además, el sistema pasó a ser más caro y se mantuvo la tarifa, porque subirla creo que sería bastante poco inteligente. Lo único que se puede hacer es bajar los costos del sistema e inyectar recursos extraordinarios.

La deducción de la masa salarial, instintivamente, genera resistencias del sector sindical, pero ya una gran porción del sistema acordó, para transitar este paréntesis de la pandemia, sostener el sistema y a las empresas y mantener los puestos de trabajo sin tocar el precio del boleto.

En términos de movilidad de cara al futuro, ¿todas las proyecciones quedaron por el camino?

Han cambiado las prioridades para todos: para la intendencia, para el gobierno y para las familias. Gobernar en tiempos de vacas gordas permite soñar un poco más. En tiempos de crisis hay que ser más creativos y tomar decisiones que a veces no son las más simpáticas; hay que priorizar.

¿Cuáles son esas esas prioridades?

En movilidad la prioridad es garantizar el servicio esencial del transporte. A nivel de la intendencia en general la limpieza es una prioridad, como también lo es mantener el servicio de alumbrado. Y se suman a las prioridades las políticas sociales, como así también tratar de colaborar en materia de empleo y de alimentación. 

Más allá de la emergencia, la idea de una vía rápida que una Montevideo y Canelones está en carpeta para algunos candidatos a dirigir las intendencias de ambos departamentos como Carolina Cosse, Álvaro Villar y Yamandú Orsi. ¿Cree que sería bueno que se implementara?

Creo que no tenemos que abandonar las utopías. Parte de la reactivación que va a ocurrir tiene que ver con seguir teniendo proyectos ambiciosos y de largo plazo. Vamos a tener que ser más creativos con menos recursos. Tenemos que seguir teniendo esos faros, seguir pensando y soñando y en esto el sector privado tiene bastante que aportar. 

Semanas atrás participó en un evento del Centro de Estudios Económicos de la Construcción en el que se presentó un estudio acerca de esta vía rápida. Al respecto de la posibilidad de que haya un medio que conecte Montevideo y Canelones, comparó al sistema de transporte de Montevideo con el de Lyon (Francia) y marcó que en la ciudad francesa se invierte tres veces más que en Montevideo para tener un sistema «con todos los chiches». ¿Cuál cree que sería la inversión ideal para el sistema de transporte de Montevideo? 

Hay un trabajo de mucha calidad técnica que se va a publicar próximamente que hizo nuestro director de Transporte, Gonzalo Márquez, y una de las cosas interesantes que se presentan allí es esa comparación con la ciudad de Lyon. 

Yo daría vuelta la pregunta: primero tenemos que decidir qué transporte queremos, y si resolvemos que queremos uno de alta calidad como el de Lyon debemos saber que no hay magia, que tendremos que invertir en vez de US$ 300 millones, US$ 900 millones.

En Francia existe un impuesto que pagan todos los empresarios que tienen más de 10 empleados sobre un porcentaje de la masa salarial de esos funcionarios. Es una decisión inteligente.

En ese caso del monto total que se invierte en el sistema de transporte, un 40% proviene de las tarifas y el 60% son subsidios de todo tipo. En Montevideo el 62% proviene de la tarifa y el 38% de subsidios, los números están invertidos. Eso habla de las decisiones que tomamos todos los uruguayos… No se trata de tal o cual administración, son decisiones históricas. Tenemos el sistema de transporte que decidimos tener.

¿Qué logros tuvo el gobierno departamental en materia de movilidad?

Uno se enamora de lo que hace y reconozco que puedo tener algún sesgo demasiado positivo, pero creo que hemos tenido unos cuantos logros.

La seguridad vial no está en el tapete como creo que debería estar. Es una pandemia y Montevideo históricamente ha tenido un buen trabajo, pero este periodo se cierra con tasas de mortalidad en el tránsito muy por debajo de la media en el país y estamos mucho más parecidos a ciudades europeas que a ciudades de la región. Terminamos el periodo con seis fallecidos cada 100.000 habitantes. 

Cuando hablamos de un fallecido es un montón, es un 100% para esa familia pero es una tasa histórica en Montevideo. Son vidas que no se perdieron y dolor humano evitado, y creo que es importante hacer énfasis en esto.

En materia de transporte, en 2019 habíamos detenido por primera vez la caída en la venta de boletos. También logramos un salto de calidad en la flota -algo que no se detiene por la pandemia-, con unidades con piso bajo y aire acondicionado, junto con el cambio de la matriz energética en taxis y ómnibus; creo que son logros muy importantes.

También la consolidación y ampliación del Centro de Gestión de Movilidad que nos ha permitido ver cómo está el tránsito en tiempo real y, además, tenemos interconectados más del 70% de los semáforos de la ciudad. Eso nos permite aplicar planes semafóricos para mejorar los tiempos de viaje, algo que se evidencia, por ejemplo, en la rambla de Montevideo.

Finalmente, esperamos que el Fondo de Infraestructura nos permita llegar al 100% y, de ser así, al final del periodo si lo sumamos al Fondo Capital y a fondos propios se hará una inversión mayor a US$ 250 millones en obras viales que resuelven también otros aspectos circundantes como saneamiento o ciclovías. Le entregamos al próximo gobierno un patrimonio vial que ha mejorado sustancialmente.


¿Qué queda en el tintero?

Mejoramos la calidad y el confort pero queda en el tintero agilitar el sistema de transporte, es decir, mejorar los tiempos para que las personas hagan un uso más racional del automóvil. Nos queda en el tintero seguir construyendo la red para ciclovías; dimos un impulso importante pero es necesario continuar para unir los distintos tramos.


Una mano

A falta de recursos suficientes para poder asistir al transporte, la Intendencia de Montevideo tomó la decisión de solicitar al BROU una línea de crédito a más largo plazo. Para esto se requiere el aval de la Junta Departamental de Montevideo (JDM), dado que la  Constitución de la República no permite el endeudamiento más allá del periodo de gobierno. “Estamos convencidos de que estará esa mayoría especial en la JDM para asistir al transporte con unos $ 350 millones”, aseguró el director de Movilidad.


Un nuevo modelo


“Hay que estudiar el modelo que tenemos”, aseguró Inthamoussu al referirse al funcionamiento del sistema de transporte colectivo. Al día de hoy, los operadores privados realizan un servicio público que se remunera por pasajero transportado. “Hay sistemas avanzados en el mundo, y creo que es una línea que vamos a tener que recorrer, que se remuneran por kilómetro recorrido y no por pasajero transportado”. De darse esta transformación, la intendencia debería transformarse en un regulador mucho más potente, según Inthamoussu. “Creo que ese cambio tiene que estar en la hoja de ruta de los próximos años”.