McKinsey llegó a Uruguay y apuesta al crecimiento sustentable e inclusivo

Xavier Costantini, senior partner y Alberto Fernández, associate partner.

McKinsey tiene presencia en 68 países, 130 ciudades y clientes en una amplia gama de sectores. Su propósito es crear un cambio positivo y duradero en el mundo. Para ello, ayuda a organizaciones a innovar de manera más sustentable, lograr ganancias duraderas en su desempeño y crear equipos de trabajo que prosperarán para esta generación y la próxima.

La firma global de consultoría de gestión, McKinsey, viene creciendo cada vez más en América Latina, donde tiene 15 oficinas y presencia en 10 países. Ha aumentado la cantidad de colaboradores en la región de 500 en el año 2000, a cerca de 2.500 en 2020, lo que representa un crecimiento del 400%.

Dentro de estos países de la región se encuentra Uruguay, que desde McKinsey consideran que tiene un gran futuro y debe trabajar para aprovechar la oportunidad de transformar su economía y tejido empresarial. La firma global asegura que el país cuenta con un conjunto de activos muy importantes, como sus recursos naturales, estabilidad institucional, solidez macroeconómica y de su marco jurídico, así como una gran capacidad para generar talento.

En el marco de la apertura de una oficina local, Empresas & Negocios dialogó con los socios que instalan la firma en nuestro país: Alberto Fernández, associate partner; y Xavier Costantini, senior partner.

McKinsey está comprometida con ayudar a sus clientes a acelerar el crecimiento sustentable e inclusivo. Trabaja con actores de sectores privados, públicos y sociales para resolver problemas complejos y crear valor en las partes involucradas.

Esa misma misión es la que Fernández y Costantini trajeron al país. A su vez, la estrategia de la firma, en particular en Latinoamérica, es continuar expandiéndose, y llegar a Uruguay se inscribe en esa tendencia. “Es un país que venimos mirando hace tiempo. Tiene mucho talento, recursos naturales y un sector tecnológico bastante desarrollado”, expresó Costantini.

En ese sentido, agregó que las tecnologías de la información y energías renovables son sectores del futuro, por lo que visualizan que Uruguay se encamina en esa línea. “Además, tiene una gran estabilidad jurídica y política, que lo hace muy atractivo para la inversión extranjera, y nosotros podemos ayudar en ese aspecto”, añadió Costantini.

Por su parte, Fernández puntualizó que el país es un hub regional y que el sector financiero tiene la oportunidad de seguir consolidándose como tal, vinculado a la sostenibilidad, a las energías renovables y nuevos sectores de la economía, logrando así una oportunidad de desarrollo y posicionamiento.

Los socios coinciden en que pueden desempeñarse y contribuir con segmentos que van de la mano del crecimiento del país por encima del promedio. “Somos una consultora generalista, servimos a empresas públicas y privadas en todos los sectores, y esa es la misión que tenemos: poder ayudar a todas las empresas a mejorar su desempeño y crecimiento”, dijo el senior partner.  

Relató que desde McKinsey ven tres sectores donde hay potencial para desarrollar. Uno es de la economía sustentable, como la energía renovable, y a partir de ahí poder exportar energía, e impulsar el hidrógeno verde. Entiende que Uruguay tiene recursos que lo hacen competitivo a nivel mundial. “Es un sector en donde se puede generar una actividad de exportación muy grande y nosotros queremos participar de eso”, apuntó Fernández.

El segundo es el sector es el de la tecnología, que en el país ya se ha posicionado, con una plataforma potente, pero, en su opinión, podría tener aún más desarrollo. “Si uno mira a Israel, por ejemplo, ya tiene un impacto global con la innovación tecnológica. Es otro sector en el que queremos ayudar”, añadió.

Y el tercero es el sector financiero.

Una firma en todo el mundo

Tomando en cuenta la experiencia de McKinsey a nivel regional, con 15 oficinas en Latinoamérica, ¿cuáles son los mayores aprendizajes para aplicar en el país? Esta fue una de las consultas realizada a los ejecutivos. Fernández enfatizó en que uno de los puntos es el aprendizaje de la importancia de estar localmente para crecer como hub regional. “Son muchos años de trabajo en lugares como Perú, Chile, Colombia, Argentina, y creo que la experiencia tanto a nivel regional como global va a ser muy rica a través de Uruguay”, reflexionó Fernández.

Subrayó que se tiene gran experiencia en el sector financiero, en sostenibilidad y en la práctica de operaciones. “Por eso creo que al final es una experiencia bastante holística, regional y global, porque esas oficinas en las que hemos estado creciendo en la región también fueron creciendo con McKinsey global”, añadió.

Es que la compañía funciona como “una firma” y siempre intentan utilizar la experiencia internacional para traer la innovación de punta y aplicarla a las distintas empresas y sectores en los países.

Costantini, a su turno, resumió la experiencia en tres puntos fundamentales. Uno, es la presencia local. El segundo es que son una empresa global con un expertise muy fuerte en muchos temas. “Nuestro éxito en Uruguay, en las nuevas oficinas, será tener una red interna de gente comprometida en ayudar a desarrollarnos, y esto tal vez nos diferencia de otra consultora más local”, explicó.

El tercero es conectar a Uruguay alrededor del mundo y atraer a empresas para que inviertan. Pero a la vez, también ayudar a empresas locales a conseguir oportunidades fuera del país y encontrar socios.

El trabajo de McKinsey combina estrategias, tecnologías transformadoras y talento para resolver los desafíos de los clientes. Trabaja junto a empresas establecidas del mundo, incluso junto a las más disruptivas. En los últimos cinco años, por ejemplo, trabajó con más de 5.500 clientes, incluyendo el 80% de las empresas de Fortune 500.

En búsqueda continua del mejor talento

McKinsey se encuentra continuamente en búsqueda de talento por tratarse de un recurso más que fundamental para idear el funcionamiento de la compañía. En el caso de Uruguay, están muy vinculados a cuatro grandes universidades -Universidad de Montevideo, Universidad Católica, Universidad ORT y Universidad de la República-, para conseguir el talento que está saliendo de sus grados.

“También estamos buscando en otras capas, no solo en los recién salidos sino con experiencia, sobre todo en los grandes ejes, que son la transformación digital, perfiles de ingenieros, personas con experiencia en sostenibilidad, sustentabilidad y energías renovables. Queremos crecer rápido, entonces nos importa mucho conseguir el talento para poder hacerlo”, sostuvo Fernández.

Además, la empresa busca ciertas cualidades básicas en los integrantes del equipo. En ese sentido, Costantini nombró como característica fundamental la capacidad de resolver dificultades, formular, especular y descomponer un problema, así como lograr estructurar su resolución. Esto, dijo, son elementos clave.

Otro aspecto en que se pone foco es en la comunicación, por tanto, se busca personas con empatía y capacidad de trabajar en equipo. “Es un sector de servicios, estamos para servir a nuestros clientes y ponerlos primero, entonces eso requiere empatía”, explicó el entrevistado.  

Sumó que se busca personas con “el motor prendido”, precisamente porque en la firma existen numerosas posibilidades. “De hecho, nosotros decimos que dentro de la empresa cada uno tiene que definir su McKinsey, deben definir qué quieren construir y eso requiere un espíritu de entrepreneurship y también de autonomía”, explicó el ejecutivo.

En ese sentido, Fernández expuso que la curiosidad y el querer aprender rápido son dos factores que se toman en cuenta a la hora de contratar trabajadores. “Las oportunidades en McKinsey para aprender son infinitas, porque es una firma global, está en múltiples industrias, funciones, entonces cada uno puede elegir la carrera que quiera, pero tiene que tener una curiosidad especial”, advirtió.

Hacer el 100% de lo posible

McKinsey se destaca por el expertise, tanto funcional, como operacional, o en finanzas, conocen los mercados de sus clientes y también la dinámica competitiva. “El expertise es clave y la capacidad de poder traerlo a todos los sectores también. Ponemos lo mejor de la firma al servicio de los clientes”, señaló Costantini.

En segundo lugar, recalcaron la capacidad de trabajar en equipo, de poder integrarse a los grupos como si estuvieran trabajando con ellos desde siempre. “Esto es parte de la cultura, de los procesos, y eso hace que tengamos un estándar común y que nos destaquemos de forma global”.

A título personal, el senior partner expresó que en McKinsey hay un orgullo de sentir que tiene la obligación de superarse y ser de los mejores. “Tenemos un dicho que es only McKinsey can do, tal vez no es del todo cierto, pero es parte del espíritu de tratar realmente de superarnos y de conseguir un impacto durable y potente para los clientes. Es una mentalidad de no fallar, de dar lo mejor; hace que hagamos el 100% de lo que se puede”.

Además, señaló que un concepto sobre el que siempre trabaja la compañía es el de crecimiento-productividad en todos los sectores, entendiendo que la productividad es una palanca clave para el crecimiento de cualquier economía.

“Si miramos qué ha pasado en los países asiáticos en los saltos de niveles de PBG (producto bruto geográfico) per cápita, siempre ha sido acompañado de un salto grande en productividad, consecuencia de la incorporación de capital, tecnología, pero también de educación. Una de las cosas que nosotros queremos es ayudar a lograr un salto de la productividad en el país en todos los sectores”, puntualizó Costantini.


Perfiles

Alberto Fernández es uruguayo. Hizo su carrera en la Universidad de la República. Luego se fue a vivir al exterior. “Conocí McKinsey cuando estaba haciendo mi máster en Finanzas en Filadelfia. Me fui a las oficinas de Madrid, estuve tres años ahí y luego me fui a Chile donde estuve seis años”, relató. Luego, estuvo un tiempo fuera de la firma, invirtiendo en empresas en Europa, y ahora retornó para abrir, junto a Costantini, la oficina en Uruguay.

Xavier Costantini, por su parte, es un socio senior en McKinsey. “Soy francés. Empecé mi carrera en la empresa hace 22 años, en París, luego me fui a Chile en 2008, donde estuve 14 años; y ahora vine a Uruguay. Lidero la práctica de sustentabilidad en la firma”.


Un sueño y una oportunidad

Desde que Fernández se fue de Uruguay siempre quiso volver en algún momento, confesó. Pero quería hacerlo agregando valor al país. “Esta oportunidad me permite, personalmente, y al Uruguay, agregar mucho valor”, subrayó. “También a nivel personal, es mi casa. Siempre va a ser una satisfacción profesional y propia hacer cosas para colaborar con el desarrollo del lugar donde nací”.

A su turno, Costantini comentó que en McKinsey ya se tienen identificados los países en donde se quiere estar, y Uruguay era uno de ellos. Pero no estaba definido que iba a ser este año, ni tampoco que él vendría. “Estudie en Bélgica, después me fui a Francia, luego a Chile, volví a Francia, a McKinsey, me quedé ochos años, y luego retorné a Chile 14 años; entonces ya era momento de otra etapa. Cuando conversé de esto con algunos colegas surgió la oportunidad de Uruguay y dije que sí de inmediato”, contó.


McKinsey Global Institute en Uruguay

McKinsey Global Institute (MGI), es un think-tank especializado en investigación empresarial y económica, a través del que se ayuda a los clientes a desarrollar una comprensión más profunda de la evolución de la economía global y las principales tendencias de negocios. El MGI proporciona insights que contribuyen a la toma de decisiones sobre aspectos críticos con perspectivas globales, regionales y nacionales.

“Creo que es una rama dentro de la empresa que puede agregar mucho valor a Uruguay. Lo estaremos trayendo para el país”, dijo Fernández al respecto.